
El boxeador que pasó de hombrear bolsas a ganarle a Monzón
Ser boxeador no es para cualquiera, hombrear bolsas de harina y cajones de verdura en pleno verano tampoco, pero eso y ganarle a Carlos Monzón tres veces seguidas solo era tarea de Raúl "Granito" Pérez, la sombra negra del campeón
VIDA SUSTENTABLE10/11/2019 Pepe Lucero


Raúl Pérez no es un desconocido en el ambiente del boxeo, pero sí lo es para las nuevas generaciones que conocen a Monzón más por sus polémicas que por logros deportivos. Nacido en Rafaela, Perez pasó de terminar la escuela primaria a hombrear pesadas bolsas de harina y cajones de verduras, lo que le proporcionó un físico impecable que supo aprovechar su entrenador de toda la vida, Alfredo Charra. "El pibe Pérez era una piedra, se afirmaba y tiraba la trompada, la extendía completamente y si daba en el blanco ya no había vuelta atrás", declaraba Charra a la Revista "El Satélite" hace ya unos años.
"Los boxeadores de ahora se la pasan abrazándose en el ring, lo único que les falta es besarse, algunos dicen que lo hacen para descansar y tomar aire pero si empiezan así en el segundo round no se como llegan al décimo, en mi época era ir para adelante y pegar", expresa Pérez a Región Oeste. El paso del tiempo alejó naturalmente a "Granito" del ring pero sus hijos heredaron la pasión por el deporte; hoy solo disfruta de la vida y de sus amigos, los que visita seguido en el Bar "Los Satiagueños".
Con solo 14 años, Pérez ya estaba entrenando con Charra. En aquella época se practicaba con bolsas de arena pura, más duras que las de hoy en día, las que hacían de Monzón cuando "Granito" se entrenaba antes de la primera pelea con Carlitos, quien era uno más del ambiente amateur. El épico enfrentamiento se produjo en Rafaela, allá por 1960; el segundo se dio en Sunchales el año siguiente y el último de vuelta en la "Perla de Oeste", en 1962. Las tres las ganó Pérez, lo que años más tarde generaría un comentario de Monzón diciendo a la prensa que: "Me tuvo de hijo".
"Si Monzón llegó donde llegó, Pérez hubiera conquistado el mundo", decía el entrenador Charra. Y quien no podría conquistar al mundo si después de entrenar duro a la mañana para ganarle a Carlos se iba a trabajar por la tarde levantando más de una bolsa de 70 Kilos de harina por vez, para luego volver al gimnasio a seguir entrenando. "Me recorrí toda la región con esas bolsas al hombro, repartiendo en las panaderías", recuerda Raúl. "Ahí estoy peleando con Carlos, le metí una mano y abrió las piernas", rememora en referencia a una fotografía en la que se captó justo el momento del golpe.
Le decían "Granito" porque pegaba duro como el concreto, pero la vida pega más duro y Raúl se terminó retirando a los 28 años luego de tantos éxitos. Debía dedicarse a la familia y el trabajo, mientras Monzón se desviaba por el camino del estrellato y la tragedia. No hubo cuarta pelea entre ambos, ya se sabía quien iba a ganar y eso no es negocio, el mismo negocio que probablemente le haya boicoteado la carrera. "No me quisieron promocionar, es una lástima, pero así es la vida. Yo miraba las peleas de Carlitos desde mi casa y lo alentaba, quería que gane, después la fama terminó con el, que se le va a hacer".




Reciclaje, arte y propósito a partir de bolsas plásticas

La ciencia al servicio de la conservación y la educación ambiental

Abejas, tulipaneros y jóvenes, la agenda de los ediles capitalinos

Axis a la Carta, del desafío ecológico a una oportunidad culinaria

El impacto de las especies exóticas en los ecosistemas correntinos

Observar y conocer el entorno natural para preservarlo

Suma de voluntades para sentar las bases de un corredor biológico en el Santa Catalina

Migración e inclusión, los desafíos de la educación intercultural en Corrientes

El arte de sanar con la naturaleza y el poder de las plantas medicinales

La inteligencia artificial, motor de transformación en el comercio electrónico argentino

