Más que un octógono negro, una ley para proteger la alimentación de los argentinos

GENERAL30/10/2021Josefina EchezárragaJosefina Echezárraga
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Días atrás, fue aprobada la ley nacional 27.642, conocida como Etiquetado frontal, la cual establece la obligatoriedad los envases de alimentos lleven un octágono negro que advierta cuando los productos contienen excesos de azúcares, sodio, grasas saturadas y grasas totales, según el perfil nutricional establecido por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que se fija a partir de cuándo se considera el exceso, según el porcentaje en el que ese nutriente crítico colabora en el valor calórico del alimento. 

El tema interesa particularmente a Quintaesencia porque nos pone de frente a una problemática mundial que, en Argentina genera preocupación desde hace muchos años. ¿Qué comemos los argentinos? La pregunta hasta ahora era difícil de responder, es que cualquier persona que buscara comprender las etiquetas de los envases se encuentra con palabras poco entendidas que finalmente hacían claudicar hasta al más insistente consumidor.

Lo que buscamos es trata de mirar más allá, rascar por debajo y escuchar a quienes desde hace varios años trabajan en la educación y concientización de una alimentación saludable. Por eso, este medio entrevistó a la licencia en Nutrición Gabriela María Fank, (MP. 2884), quien con términos simples nos cuenta que hay detrás de un primer paso fundamental para hacer frente a una realidad de mal nutrición que genera un sinfín de patalogías asociadas.

Gabriela, no duda, es tajante, y resalta: “Este es un primer paso importantísimo para los y las argentinos y argentinas, si bien el tema tomó relevancia hace dos años, hace mucho tiempo que varios sectores involucrados con el cuidado de la alimentación viene trabajando muy duro para poner el derecho a una buena alimentación en la agenda política, digo que es el primer paso, porque no nos podemos quedar solo con la ley, ahora hay que seguir dando pasos, porque lo que viene ahora es un cambio en la fabricación de alimentos”. 

Además, aclara que, si bien la ley se hizo conocida como ley de Etiquetado frontal, la ley se llama Promoción de la Alimentación Saludable. “esto nos pone de frente a algo mucho más profundo, es una ley integral, que contempla diversas aristas, no solamente el octógono negro que vamos a ver en el frente de los envases”. 

Tras su aprobación, se espera su promulgación, un paso no menor que quienes siguen el tema prestar especial atención. “Hay un tema de fondo que es la industrial de los alimentos, me gusta aclarar que acá no se está yendo contra nadie, sino a favor de la alimentación de todos, por eso es que es importante seguir hablando, que la gente se informe. Se trata de saber qué estamos poniendo en la mesa, se trata de los alimentos que damos a los niños y, mientras muchos se escudaron en que el tema no era prioritario, quienes trabajamos las cuestiones de la alimentación decimos que sí es un tema prioritario, que no podía seguir esperando”. 

¿En qué consiste la ley? 

Establece la obligatoriedad de rotular los envases con un octágono negro que advierta cuando los productos alimenticios contienen excesos de azúcares, sodio, grasas saturadas y grasas totales, según el perfil nutricional establecido por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que establece a partir de cuándo se considera el exceso, según el porcentaje en el que ese nutriente crítico colabora en el valor calórico del alimento. Además de los cuatro octógonos, la legislación establece la inclusión de dos leyendas precautorias, que se grafican con rectángulos, una que indique si el producto contiene edulcorantes y otra si contiene cafeína, junto a la indicación de que no es recomendable o de evitar en niños y niñas.

A nivel regional Argentina se suma a Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay, que tienen leyes de etiquetado frontal para que la población pueda tomar decisiones informadas a la hora de decidir la compra.

Pero es este último detalle que explica Gabriela, el que destaca a la ley argentina, poniendo el foco en los alimentos para los niños, muchos de los cuales se venden hasta ahora en ambientes escolares. Quizás una de las partes de mayor relevancia de la ley, es la especial atención que se fija en el control de ambientes escolares además de la educación sobre la temática dentro de los distintos niveles. “Hoy estamos viendo resultados alarmantes en lo que respecta a mal nutrición de los niños, el dato no es menor y esta ley viene a brindar herramientas dentro de las instituciones escolares, como así también fuera de ellos, porque hoy por hoy, se sabe que los niños toman gran parte de las decisiones de compras dentro de un supermercado”, resalta. 

“Muchos de los argumentos esgrimidos a lo largo del debate legislativo, indicaban que no se puede regular la decisión de compra de una persona, pero quienes trabajamos con la alimentación insistimos que muchos de los alimentos que consumimos son altos en azucares y sodio, eso hace no solo que sean adictivos y no podamos parar de comerlos, sino que también tienen muy bajo contenido nutricional y al mismo tiempo, son alimentos que son más económicos que otros más sanos”, explica e insiste, se hace casi imposible decirle a un niño que no consuma u  producto si sabe que es rico en azucares y además el envase tiene la figura de un dibujo animado o un personaje famoso, por eso es que además se trabajó en la publicidad y el empaquetado”, asegura.

Antes nos dijiste que este es el primer paso, ¿qué otras leyes deberían acompañar este cambio? 

Esta es sin dudas una muy buena oportunidad para que la industria de alimentos pueda generar cambios de base, pero para eso debe haber un Estado que acompañe las investigaciones, que genere programas de incentivo, porque en Argentina tenemos muy bien nivel de profesionales que se dedican a la investigación de alimentos, entonces los cambios podrían ser realmente muy buenos. 

Además, hay una realidad, y es que los alimentos ultraprocesados al tener menor cantidad de nutrientes y estar estirados con harinas o azucares, son más económicos. Entonces aparece un gran problema que es el precio, que además viene aparejado a otra situación que es el consumo de productos naturales que recorren cientos de kilómetros y eso es lo que muchas veces encarece su valor. 

Si bien todos estamos haciendo cambios, es importante que la sociedad entienda que debemos volcarnos por un consumo de cercanía, por buscar aquello que se cultiva en donde estamos, respetando los ciclos de la naturaleza, debemos comenzar a entender que no todo el año vamos a tener todos los productos que nos gustarían, porque ese es su ciclo natural, entonces debemos aprender a alimentarnos con los alimentos de cada estación. Esto también debe estar regulado y se debe brindar información. 

¿Cuándo vamos a ver los primeros envases con referencia en las góndolas? 

Debemos esperar que la ley sea promulgada, creemos que no van a demorar mucho, de ahí las grandes empresas tendrán 6 meses para cambiar sus envases. Así es que a mediados del 2022 podríamos verlos.  

¿Qué sentiste cuando fue aprobada la ley? 

Felicidad porque es muy importante. Ahora la gente va a poder elegir, va a tener información, y la información sabemos que es poder, si uno desconoce los ingredientes puede desconocer que es alto en grasas saturadas o en sodios, si a eso le sumamos que las etiquetas son muy complejas de leer, ahora la información está a la vista, lo va a poder entender un niño y una persona analfabeta. 

Es sin dudas algo que necesitábamos, la sociedad está cambiando y está demandando este tipo de acciones y verlas realmente emociona. Hay gente que la ésta luchando hace mucho, asesorando, educando, cada uno desde su lugar. Realmente es muy importante para que entendamos que cada cosa que ponemos en nuestra mesa es importante porque contribuye o no a una alimentación sana, de calidad y este, es un derecho. 

Gabriela destaca que el trabajo aún no termina, al tiempo que asegura que el rol del Estado será central sobre todo para promover el consumo de cercanía y bajar los costos de alimentos saludables, también es la población la que se debe involucrar. “Ya hay un cambio, lo estamos viendo, es mucho más que una moda, porque ahora realmente las personas se están preocupando por nutrir su cuerpo, es un proceso, que lleva su tiempo, pero realmente los resultados serán muy positivos”, finaliza. 

 

 

 

 

  

 

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