Belu tiene un sueño: Ser la primer piloto con discapacidad de Latinoamérica
HISTORIAS QUE INSPIRAN15/01/2022María del Carmen Ruiz DíazMantener una conversación con Belén Ameijenda es muy sencillo porque es muy cálida y locuaz. Nació en la ciudad de Buenos Aires hace 25 años con una malformación congénita llamada Mielomeningocele, más conocida como Espina Bífida, una afección en la médula espinal que causa múltiples secuelas dependiendo del sector donde esté localizada la lesión.
“En mi caso, me afectó en la zona lumbar, por lo que cuando nací, los pronósticos no eran muy buenos porque nací con la falta de musculatura en mis piernas, por lo cual los médicos dijeron que nunca iba a caminar, sino que también padecí hidrocefalia, (un aumento anormal del tamaño de la cabeza)”, contó la joven en el inicio de una entrevista vía Zoom con Quintaesencia.
"A los 10 días de haber nacido, comencé con una rehabilitación kinesiológica que duró 11 años y que, al año de vida, me permitió estar de pie con un andador y dar mis primeros pasos. Hoy, gracias a Dios, camino con bastones", contextualizó Belu, como se la conoce en sus redes sociales.
En ese sentido, agregó: “Algunos se preguntarán de donde saco tanta energía positiva para afrontar la vida de esta manera, y yo les respondo que, de mí misma, de sentirme siempre capaz, nunca inferior, de poder hacer las cosas. Para mí, una lesión o afección, no puede frenarte a hacer algo que deseás hacer y si no lo podés”.
Belu busca cumplir su sueño de ser
piloto de automovilismo.
¿Discapacidad?
“Siempre digo que la discapacidad no es un problema, no es un impedimento. Un problema se traduce en un impedimento cuando no nos deja avanzar, pero una discapacidad, para nada es eso. Sólo pasa a ser una condición porque somos personas como cualquier otra, porque somos iguales pero diferentes a la vez, por eso creo que no podemos hablar de una discapacidad, ese no es el camino y empezar a hablar de lo que se puede lograr más allá de una determinada condición”, reflexionó en el ida y vuelta sobre ese concepto y hasta el prejuicio que a veces conlleva.
Por eso, ella siente que tiene una misión a llevar a cabo: “Me toca desde mi lugar y mi pasión por los deportes, hablar y promover que haya más actividades adaptadas para que, más personas con discapacidad también se animen a practicarlo. Me parece que es necesario hacerlo para mostrar que se puede, porque si no, muchos piensan que no tienen opciones y se quedan en su zona de confort, pero la realidad es que se pueden hacer un montón de actividades, no sólo deportivas, sino de la índole que sea”.
Para Belu, su misión es promover los deportes adaptados para todos.
Deportes por todo
Belu respira deportes y automovilismo, en particular, desde que era chiquita. Por eso cuando terminó el nivel secundario, comenzó a estudiar la carrera de Periodismo Deportivo. Si bien le quedan 10 materias para recibirse, ahora también comenzó a estudiar Psicología, "también soy muy intensa en ese sentido", dijo con una gran sonrisa.
Su pasión por el automovilismo arrancó cuando tenía cuatro años y veía con su familia, todas las competencias de Fórmula 1, TC 2000, entre otras. “Si bien yo no era muy consciente de lo que eso significaba, siempre estaba allí, prendida al televisor. A los 6 años arrancó mi vida deportiva, comencé con natación y de manera competitiva, también hice algo de equitación, entre otros deportes. Pero siempre me atrajo la idea de ser piloto, pero a raíz de mi condición física, no lo veía muy posible”.
Pero por esas cosas de la vida y de la formación académica, un día tenía que hacer un trabajo para una materia de Periodismo Deportivo, por lo que debió asistir a una de las carreras que se disputaban en el Autódromo Roberto Mouras de La Plata. Esto sucedió en el año 2019 y allí, conoció al corredor Juan “Gato” Nimo, quien “es mi fue mi gran inspirador porque más allá de la discapacidad que posee como consecuencia de un accidente, es uno de los mejores corredores. Cuando lo vi, automáticamente me dije: ‘Si él puede estar, yo también voy a poder’ y fue en ese momento cuando empecé a soñar con correr, aunque nunca pensé que esa oportunidad llegaría un año después”, rememoró la joven.
“Para mí, es un orgullo enorme que él, al igual que otros pilotos, se pongan en contacto conmigo para colaborar con mi proyecto y compartirme sus experiencias. Si bien aún no pude competir, la sola posibilidad de ser la primer piloto con discapacidad dentro del automovilismo deportivo en Argentina y Latinoamérica, es algo muy importante para mí, además de mucha responsabilidad”, contó.
El Mouras, uno de los autódromos
en los que Belu sueña competir.
La butaca para competir
Para alcanzar este sueño, Belu necesita que el auto con el que vaya a competir en la Fórmula 1100 Bonaerense, cuente con una butaca especialmente adaptada a sus capacidades de manejo. Una vez que tenga esta pieza fundamental, recién se podrá adecuar el automóvil con el que correrá en esa categoría zonal que se disputa en diferentes autódromos de Buenos Aires, como el Juan y Oscar Gálvez y el Mouras, entre otros.
“En este momento, esa butaca tiene un valor de 170.000 pesos, dinero con el que no cuento por lo que aún no lo pude adquirir. Pero como soy muy inquieta y cuando me comprometo con alcanzar un sueño no paro, decidí iniciar una campaña de promoción para que, a través de los medios y redes sociales, se conozca mi anhelo de convertirme en la primer piloto con discapacidad. Para ello, por ejemplo, ya estamos haciendo rifas gracias a gente que colabora, entre otras acciones. Pero todavía falta bastante, así que toda ayuda que quieran y puedan aportar, es bienvenida”, aseguró la futura periodista deportiva y psicóloga.
Aún antes de haber logrado este objetivo, su empuje y esfuerzo por lograr sus metas ya la están convirtiendo en fuente de inspiración para otras personas. “Una mamá me escribió hace poco para contarme que gracias a que en su casa conocieron mi historia, su hija decidió estudiar. ‘Fuiste el ejemplo que ella necesitaba para que se decidiera, no sabés lo que te agradezco’, me dijo. Yo me quedé sin palabras porque nunca fue ese mi objetivo, pero me permitió comprender qué tan importante puede ser que cada uno se anime a dar un pasito más, a esforzarse por sus sueños porque tal vez estés motivando a otra persona a hacer un cambio”, aseveró.
La historia de Belu inspira, motiva y ayuda a sacar esa garra imprescindible para ir por más, en ser mejor para sí mismo y porque no, también para mostrar que se pueden alcanzar los sueños. Y como ella misma afirma: “Lo único imposible, es aquello que no se intenta”.
Para conocer las distintas formas de colaborar con ella para que pueda adquirir la butaca, pueden seguirla en su cuenta de Instagram @belu.honda o en ingresar a su blog Belen Ameijenda.