Decir que entrevistamos a Sol Rodríguez Maiztegui podría ser sólo una formalidad porque, en realidad, la charla con Quintaesencia se dio entre dos personas movidas por la necesidad de hablar de un tema tan necesario y fundamental: el envejecimiento saludable en todos los sentidos. La propuesta de entrevista tuvo un sí casi de inmediato de Sol, quien es cordobesa, comunicadora social y gerontóloga, además de ser creadora de El Club de la Porota, un proyecto de comunicación e incidencia política para mostrar la realidad de personas mayores.
Esta mujer apasionada por su labor, fue reconocida poco tiempo atrás por el programa Década (2021-2030) de las Naciones Unidas para el Envejecimiento Saludable, como una de las 50 líderes mundiales por su capacidad para promover el envejecimiento saludable de las personas mayores en la próxima década.
-Sol, ¿cómo se dio tu acercamiento a trabajar con los adultos mayores?
-Bueno, todo se debe a que soy comunicadora social y empecé trabajando en televisión, además de haber trabajado en diarios y en comunicación institucional. Cuando trabajaba como periodista gráfica, lo tuve que dejar por razones familiares y me invitaron a trabajar en la Caja de Jubilaciones de la provincia de Córdoba, donde conformó el área de Prensa y Comunicación. La Caja contaba con un espacio que se llamaba Hogar de Día Arturo Humberto Illlia, que había perdido un poco la esencia, que era ser un lugar donde los jubilados pudieran ir a socializar, a hacer algunas actividades y resulta que, con el tiempo, se transformó en un lugar bastante secundario. Quien era mi jefe en ese momento me propone que me vaya al espacio a ver qué podía hacer por reflotarlo un poco. Creo que, por mi profesión, decidí darle asumir el desafío y empecé a trabajar.
Nuevas vejeces, nuevos paradigmas.
-¿Cuál fue tu primer paso?
-Empecé a tomar contacto con quiénes estaban en el circuito gerontológico de Córdoba, formamos un equipo de trabajo y nos fuimos afianzando cuando empezamos a trabajar en la organizar un Simposio Interdisciplinario de Salud, todo esto sucedió hace 10 años aproximadamente. Y así, poco a poco, comenzamos a vincularnos con medios, periodistas y nos animamos a hacer una revista, entre tantos proyectos. Después, por decisiones políticas, se decide volverla parte más visible de la Caja y yo decido dejar el espacio porque ya no me sentía a gusto, sentí que tenía que aprender a soltar esos espacios que me resultaban hostiles, pero fue una etapa de mucho crecimiento, donde descubro realmente mi vocación como comunicadora gerontológica.
-¿Y cómo nace el Club de la Porota?
-Más allá de que había dejado el espacio, seguía recibiendo demandas y propuestas para seguir trabajando con el sector y entonces invento un personaje que es el arquetipo de mujer mayor que decide comenzar a reinventarse en la vejez. Me basé un poco en las mujeres con las que había trabajado, la mayoría de ellas viudas o divorciadas que, en esa etapa, estaban comenzando a darse la oportunidad de vivir, de aprender, de enamorarse, de emprender y hacer aquellas cosas que no pudieron hacer en otras etapas de su vida. Esa idea después cobró cuerpo y me permitió crear una columna en un medio gráfico en el que yo había trabajado y ya cumplimos siete años en sus páginas. teniendo desde hace ya siete años seis años en el hoy día.
-¿Cuáles fueron algunas de las lecciones que fuiste aprendiendo en este camino?
-Comencé a dimensionar que todos envejecemos, quienes son los niños, adolescentes o jóvenes hoy. Comienzo a registrar mi propio proceso de envejecimiento, además de poder mostrar a las personas mayores reales de hoy. Siento que surgió la posibilidad de darle voz a esas vejeces del presente porque también descubrí, que las personas mayores se definían mucho en función de quienes fueron: madre, docente, policía, siempre hablaban en el pasado y mi pregunta era. ¿y qué pasa con este presente? Porque había esa sensación casi de resignación y aceptación a quedarse porque ya se habían jubilado o se habían quedado solos. Sentí la necesidad de mostrar el potencial que tienen las personas mayores del presente, que están haciendo un montón de cosas y que muchas veces no es como creemos, no están en la plaza dándole de comer a las palomas. Ese es el sentido del club, queremos mostrar que hay personas que viven de otra manera la vejez y que siempre hay opciones. Hay nuevas formas de envejecer, que hay nuevas vejeces, que es un tema que del que tenemos que empezar a hablar.
En este punto de la conversación, Sol hace un alto y comparte datos estadísticos que indican que ya está comprobado demográficamente que cada vez vivimos más, que para el 2050 en el mundo habrá más personas mayores de 60 que menores de 15 y que el siglo 21, es el siglo de la longevidad “Entonces, es un tema que cada vez más hay que poner sobre la mesa para que todos, nos empecemos a pensar con 60, 70, 80, 90, 100 años y podamos proyectarnos como personas mayores”, puntualizó.
Para Sol, la vejez es un tema que debe ser puesto sobre la mesa porque transitamos el siglo de la longevidad.
Ella invita a tener una nueva mirada ante este nuevo paradigma, “porque no somos cuerpos que envejecemos. Antes, a las personas mayores se las miraba como un objeto sobre el cual había intervenir a medida que se iba deteriorando, ahora no porque fuimos entendiendo que somos seres humanos que tenemos un montón de potencialidades para para desplegar a lo largo de la vida, independientemente de la edad que tengamos. Tampoco tenemos que perder de vista que la vejez tiene sus particularidades, pero eso no quita que esas potencialidades”.
Edadismo
Sol además pone énfasis en la cuestión de poner atención a la mirada que tiene la sociedad para valorar a los seres humanos en función de los niveles de producción, “pareciera que en la vejez no se produce y que las infancias tampoco, entonces caemos un edadismo que genera discriminación por razones de edad. Por otra parte, consideró imprescindible no romantizar la idea de que toda persona mayor es un sabio o alguien bueno, “porque también tenemos ejemplo de quienes siendo mayores cometieron grandes atrocidades”.
“Por otra parte, tampoco es lo mismo envejecer de manera y digna saludable en cualquier parte del mundo, porque hay muchas inequidades, desigualdades. No es lo mismo envejecer en Argentina que en Europa, en Buenos Aires que, en Córdoba, en Corrientes que, en Tucumán, como tampoco no es lo mismo envejecer en el campo con la ciudad ni cobrando una jubilación mínima o una súper jubilación”, reflexionó.
-A esto tenemos que sumar que el envejecimiento poblacional genera desafíos…
-Tal cual. Por un lado, estamos en el siglo 21 es el siglo del envejecimiento poblacional, queremos vivir más y lo vamos logrando, pero no queremos envejecer y esto genera como una gran esquizofrenia social, porque tenemos miedo envejecer que nos pasamos batallando contra el paso del tiempo.
Finalmente, Sol invita a repensar situaciones referidas con la autonomía del adulto mayor, del respeto por sus tiempos y espacios, pero también hace referencia al concepto de belleza, porque “no hay una sola de belleza. Entonces bueno, hay que empezar a mostrar a personas mayores besándose personas mayores, siendo modelos personas mayores emprendiendo, digamos sacando como del lugar estereotipado”.
Si querés conocer más sobre el trabajo que realiza Sol junto al club, podés ingresar a su cuenta de Instagram: elclubdelaporota.