La búsqueda de empleo es uno de los desafíos más importantes al que nos enfrentamos en nuestra vida adulta. En este contexto, contar con una estrategia bien definida y la capacidad de adaptarse a un mercado laboral son habilidades imprescindibles. Hoy más que nunca, tener un currículum adecuado y estar bien preparados para cada instancia puede hacer la diferencia entre ser elegido o no para un puesto.
En primer lugar, es importante entender que, más allá de las competencias técnicas, una buena presentación de nuestro perfil profesional es fundamental. Las plataformas digitales como LinkedIn, las redes sociales y las bolsas de empleo locales se han transformado en canales esenciales para encontrar oportunidades. Pero, además de usarlas, es crucial saber cómo mostrarnos y ordenar la información que compartimos. Este paso de estructurar y comunicar nuestro perfil profesional no debe ser subestimado: puede ser el primer filtro para los reclutadores y el que determine si avanzamos en el proceso.
Los reclutadores hacemos mucho hincapié en la importancia de tener un currículum actualizado y estratégicamente diseñado. Para los candidatos que están dando sus primeros pasos en el mercado laboral o tienen poca experiencia, la recomendación es que el CV no supere una página y que incluya solo la información relevante de manera clara y directa. ¿Qué debe aparecer en este documento? En primer lugar, el nombre, apellido y una foto formal que proyecte seriedad. Luego, el título o puesto al que se aspira, y una sección de experiencia laboral ordenada de forma cronológica inversa, comenzando por la posición más reciente. Es ideal que cada experiencia resalte tareas específicas y logros alcanzados, esto permitirá al reclutador evaluar el impacto que el candidato ha tenido en sus roles anteriores. Además, una carta de presentación puede agregar valor al perfil; en ella, el candidato debe destacar quién es y qué aportes puede hacer como profesional. Esta carta puede ayudar a captar la atención del reclutador y permitirle conocernos mejor antes de la entrevista.
En caso de que el último trabajo haya sido hace varios años o que la posición que se desempeñaba ya no exista en el mercado actual, es momento de hacer un análisis sobre el tipo de trabajo que se busca. La reorientación de la búsqueda es crucial en estos casos, y aquí los espacios de mentoría y asesoramiento profesional cobran gran importancia. A través de estos espacios, es posible identificar habilidades y competencias que pueden ser transferibles a nuevas oportunidades laborales. De esta forma, logramos adaptar nuestro perfil a las necesidades actuales del mercado, lo cual es especialmente valioso en tiempos de crisis, donde la flexibilidad y la adaptabilidad son cualidades muy valoradas.
Superadas las etapas de currículum y entrevistas, nos enfrentamos a un momento de transformación y adaptación dentro de la empresa. Este proceso de adaptación requiere no solo habilidades técnicas, sino también una disposición mental para aprender e integrarse a una nueva cultura organizacional. En muchas ocasiones, los primeros días en una empresa pueden ser abrumadores, ya que hay procesos nuevos, personas distintas, formas de trabajo que debemos aprender, y culturas organizacionales con las que familiarizarnos. Por eso, tener una actitud proactiva y abierta al aprendizaje resulta esencial. La capacidad de absorber conocimiento con humildad y compromiso será fundamental para una integración exitosa.
También es clave destacar la importancia del lenguaje no verbal. Saber usar correctamente el lenguaje corporal y ser conscientes de la imagen que proyectamos puede tener un impacto positivo. Ser genuinos y mostrarnos tal como somos, manteniendo siempre las formalidades del entorno laboral, puede ayudarnos a construir relaciones de confianza con el entrevistador y posteriormente en el trabajo. No obstante, es importante también cuidar ciertos detalles de nuestra apariencia y actitud durante las entrevistas, ya que esto influye en la percepción del reclutador.
Sobre la vestimenta usar ropa sencilla y profesional, con colores neutros como el negro y el blanco, ayuda a proyectar seriedad y respeto por el entorno laboral. Aunque la entrevista pueda generar nervios, conocer bien el contenido del currículum y prepararse adecuadamente son factores que brindan confianza y ayudan a enfrentar la situación con mayor seguridad.
Dominar toda la información que figura en el currículum también es clave, ya que el reclutador formulará preguntas basadas en lo que hemos escrito allí. Esto significa que debemos tener claros los detalles de nuestras experiencias laborales previas, logros y habilidades, para responder con precisión y transmitir confianza en nuestra capacidad.
Finalmente, aunque buscar empleo puede poner a prueba nuestra paciencia y perseverancia, es importante recordar que el trabajo ideal está allí afuera, solo hay que saber encontrarlo. La búsqueda laboral en contextos difíciles puede ser agotadora, pero cada entrevista y cada currículum enviado representan una oportunidad de crecimiento y aprendizaje.
No debemos rendirnos; cada paso nos acerca más a ese puesto que deseamos y, al final, nuestra persistencia y capacidad de adaptación serán las herramientas que nos llevarán a encontrar el empleo que buscamos.
La autora de esta columna es licenciada en Relaciones Laborales. Es analista en relaciones laborales y coach y se especializa en la gestión de talento y consultorías laborales. Podés encontrar más información en su perfil de Instagram: @mariahebechristiani.