Inteligencia Artificial, humanidad y el sentido de un futuro automatizado

GENERAL27/10/2024Redacción QuintaesenciaRedacción Quintaesencia
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Alejandro Pestchanker es un apasionado experto en tecnología e inteligencia artificial, y en una entrevista con Quintaesencia, su perspectiva sobre el impacto de la tecnología en nuestras vidas y en lo que significa ser humano en la era de la automatización. Para Pestchanker, la IA tiene el potencial de cambiar radicalmente nuestras sociedades y abrir nuevas oportunidades, pero plantea también desafíos sobre la conexión humana, el sentido de la vida y el futuro del trabajo.

“Aunque muchos temen que la IA sustituya al ser humano, en realidad es una herramienta que, bien usada, podría permitirnos potenciar nuestras capacidades”, explicó Alejandro. Pero advirtió que, en este escenario de cambios vertiginosos, es vital que la humanidad conserve y valore lo que le es propio y único.

¿Es posible desconectarse en la era de la hiperconectividad?

La charla con Alex, como lo conocen, comenzó abordando la posibilidad de desconectar en el mundo de hoy. Explicó que, aunque todavía tenemos el poder de "apagar el celular", cada vez resulta más difícil hacerlo. “Vivimos en una sociedad donde el tiempo laboral y el tiempo personal ya casi no tienen límites, todo transcurre conectado, las 24 horas”, comentó. Esta hiperconectividad impacta las relaciones personales y condiciona nuestras interacciones, especialmente entre las generaciones más jóvenes, quienes ya no conciben una vida sin redes sociales ni dispositivos.

El experto destacó que la demanda de inmediatez está moldeando una realidad sin pausas, en la que cada mensaje parece urgente y cada notificación, indispensable. “Los chicos de ahora casi no entienden la desconexión. Su vida transcurre completamente online, y creo que el desafío está en poder encontrar momentos de verdadera pausa que nos recuerden nuestra esencia humana”, reflexionó.

“Vivimos en una sociedad donde el tiempo laboral y el tiempo personal ya casi no tienen límites, todo transcurre conectado, las 24 horas”.

Emoción y reflexión, eso que nos hace únicos

En un momento clave de la charla, Alex subrayó la importancia de las emociones y la capacidad de reflexión como atributos profundamente humanos. “El ser humano tiene una habilidad única para dar sentido a sus experiencias. Una IA puede simular empatía, pero no entiende realmente lo que significa”, explicó. Aunque la IA puede interpretar las emociones humanas, carece de esa conexión que otorga significado a cada vivencia.

También habló sobre la rapidez con la que la tecnología ha avanzado y cómo muchas de las proyecciones de hace unos años ya son realidad. Sin embargo, en este torbellino de innovación, considera esencial que los individuos se detengan a pensar sobre el sentido de lo que hacemos. “Nos toca preguntarnos: ¿para qué hacemos lo que hacemos? ¿Qué sentido tiene? La capacidad de cuestionarnos es algo que nos distingue de una máquina”, afirmó.

La revolución del trabajo y la inteligencia emocional

Un tema que Alex considera central es el impacto de la inteligencia artificial en el mundo laboral. Estima que, en un futuro cercano, entre el 70 y el 80 % de los empleos actuales podrán ser realizados por máquinas, lo que implicará una transformación sin precedentes para la humanidad. “Si la IA se hace cargo de la mayoría de las tareas repetitivas y predecibles, el ser humano tendrá que encontrar su valor en aquello que lo hace único: la empatía, la creatividad, la inteligencia emocional”, señaló.

Para él, esta transición también requerirá un enfoque educativo diferente, donde el desarrollo de la inteligencia emocional y la creatividad cobren mayor importancia. “El futuro del trabajo estará en la capacidad de generar relaciones de confianza, de gestionar nuestras emociones y de ser flexibles frente a los cambios. Esa es la diferencia que aportamos los seres humanos”, comentó.

“Si la IA se hace cargo de la mayoría de las tareas repetitivas y predecibles, el ser humano tendrá que encontrar su valor en aquello que lo hace único: la empatía, la creatividad, la inteligencia emocional”.

Abundancia y propósito, un desafío para la humanidad

Uno de los temas más visionarios planteados por Pestchanker es el concepto de un futuro de abundancia, en el que la IA y la automatización hagan posible la producción masiva de bienes y servicios sin necesidad del trabajo humano. “Imaginen un mundo en el que las máquinas pueden producir recursos de forma ilimitada. En teoría, podríamos alcanzar un estado de abundancia donde el acceso a bienes básicos no sería un problema”, explicó Alejandro.

Sin embargo, advirtió sobre los riesgos de una posible “distopía” (representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana), en la que, si no encontramos un propósito en ese mundo de abundancia, podríamos perder el sentido de lo que significa ser humano. “Si dejamos que esa posible realidad nos lleve a la inacción, corremos el riesgo de convertirnos en simples espectadores de nuestra propia extinción. Quizás el próximo desafío sea aprender a gestionar esta abundancia, sin perder el sentido de nuestra existencia”, reflexionó.

Educación y salario universal

Para Alex, el reto inmediato está en cómo nos preparamos desde la educación para enfrentar estos cambios. Según él, la educación actual ya no responde a las necesidades de esta era y debería orientarse hacia el desarrollo del pensamiento crítico, la gestión emocional y la creatividad. “Ya no necesitamos memorizar contenido, sino aprender a ser adaptables, a entender y gestionar nuestras emociones. Esa será nuestra herramienta para enfrentar el futuro”, enfatizó.

Asimismo, planteó la posibilidad de que se implemente un salario universal básico como medida para afrontar el impacto de la automatización en el empleo. Este ingreso básico ayudaría a mitigar los efectos del desempleo masivo, asegurando que las personas puedan cubrir sus necesidades sin depender de un empleo tradicional. Sin embargo, reconoce que implementar esta medida requeriría una reestructuración económica significativa y un replanteamiento del concepto de trabajo en la sociedad. “Si llegamos a una situación de abundancia, tenemos que repensar qué significa trabajar y cómo valoramos nuestras acciones en un mundo donde lo material es accesible”, señaló.

Ya no necesitamos memorizar contenido, sino aprender a ser adaptables, a entender y gestionar nuestras emociones. Esa será nuestra herramienta para enfrentar el futuro”.

Optimismo y futuro: La IA como aliada de la humanidad

Alex se describe como un tecno-optimista y ve en la inteligencia artificial un gran potencial para mejorar nuestras vidas si se usa de manera consciente y ética. Para él, la tecnología puede ser una aliada poderosa, siempre y cuando recordemos que somos nosotros quienes debemos dirigirla. “La IA no debe reemplazar lo humano, sino amplificar nuestras capacidades. Pero debemos ser conscientes de nuestros valores y entender qué nos hace humanos. Creo que, usada correctamente, la tecnología puede potenciar nuestras vidas”, concluyó.

Con una visión clara y profunda sobre el papel de la tecnología en la sociedad, Pestchanker nos invita a repensar cómo podemos usar la IA para construir un futuro donde el progreso vaya de la mano con los valores humanos, recordándonos que, a pesar de todos los avances, el propósito y el sentido siguen siendo cuestiones esencialmente humanas.

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