Una propuesta de reciclado basada en la resiliencia de los canillitas
HISTORIAS QUE INSPIRAN01/10/2022María del Carmen Ruiz DíazLas nuevas tecnologías de información o comunicación significan –sin dudas- un gran avance en términos de la aldea global esgrimidos por el canadiense Marshall McLuhan. En 1964, este catedrático enunció el concepto de que los medios de comunicación habían sido capaces de superar cualquier distancia física, acercando a los habitantes de la tierra, haciéndolos próximos, vecinos, convirtiendo a la tierra en una gran aldea global. Postuló que allí, los aldeanos pueden conocer qué hacen, cómo viven y qué dicen otros demás aldeanos de su comunidad o de cualquier lugar del mundo.
Esa idea –casi 60 años después-, cobró mayor relevancia con la irrupción de internet, porque saber qué pasa en distintos puntos del planeta está a un clic de distancia desde un teléfono móvil o de una computadora. Pero todo avance, también genera consecuencias o daños colaterales, por decirlo de alguna manera.
Esto se volvió real y palpable para los medios gráficos de distintos puntos del mundo, situación a la que Corrientes por supuesto, no está ajena. Las primeras consecuencias son económicas porque las ventas -en la mayoría de los casos- van en picada y repercuten en mayor o menor medida, en los distintos eslabones de la cadena. Los canillitas o voceadores callejeros de diarios y revistas de la ciudad, son quienes más lo viven en forma cotidiana desde hace un par de años. A este hecho, se le debe sumar los efectos de casi dos años de pandemia del Covid 19 y la consiguiente medida de aislamiento social que trajo aparejada.
Tanto es así que los llevó a estar en un punto crítico porque no podían salir a la calle a vender diarios y, cuando lo pudieron hacer, muchos de los habituales clientes tenían temor de comprar por temor al contagio.
Todo este cuadro de situación, llevó a los integrantes del Sindicato de Canillitas de Corrientes, a replantear qué podían generar como colectivo de trabajadores ante este complejo cuadro de situación. Así surgió la propuesta de conformar una cooperativa que tuviera a su cargo el reciclado de residuos electrónicos.
Quintaesencia tuvo la oportunidad de charlar con más de una veintena de sus integrantes, quienes compartieron algunas de sus vivencias laborales de los últimos años, como también las expectativas que abrigan sobre este proyecto.
Canillitas en ronda con Quintaesencia, mientras Angel cuenta su recorrido.
En torno a una ronda, en forma tímida al principio, ellos se fueron animando a contar sus historias. El primero de ellos fue Ramón, quien desde los 8 años vende diario. Empezó junto a su papá y a un tío. “Éramos una familia numerosa con muchas carencias económicas. Mis papás no tenían para comprarme los útiles escolares y por eso decidí vender diarios. Y seguí trabajando porque después fui necesitando otras cosas, terminé la escuela primaria e ingresé a una escuela técnica, y en los días y horarios que podía, por lo general el fin de semana, seguía vendiendo. No pude terminar el secundario porque tuve que dedicarme a trabajar, pero tengo la esperanza de poder terminar en algún momento”, contó mientras con cierto nerviosismo, se frotaba las manos.
El siguiente en sumar su testimonio fue Miguel Angel, quien trabajó hasta los 47 años en una empresa de transporte. En el año 97, un amigo le prepuso vender diarios. “Y le dije que sí y ahí arranqué”, agregó el hombre de abundante barba entrecana.
Después fue Angel quien se animó a hablar y recordó que empezó vender diarios los fines de semana porque durante los días hábiles, trabajaba en una importante empresa de aguas y soda de Capital. “Después dejé eso y seguí como canillita”, acotó. A su turno, César Luis dijo que hace más de tres décadas que se dedica al rubro y que estuvo al frente de distintos puestos y también trabajó para un distribuidor de diarios.
Así, los relatos se fueron sucediendo y muchos de ellos tienen al menos dos décadas como canillitas e integrando el Sindicato.
Ante la pregunta de cuál fue el momento en que más diarios se comercializó, varios de ellos respondieron que fue durante la presidencia de Carlos Menem (1989 y 1999), en especial cuando el valor del dólar en relación con el peso argentino, era de 1 a 1.
También recordaron algunos de los momentos más trascendentes de las últimas décadas en los que tuvieron gran demanda de ejemplares de diarios como -por ejemplo- la visita del Papa Juan Pablo II a Corrientes aquel lluvioso 9 de abril de 1987. Otro momento importante fue cuando la selección argentina logró el segundo campeonato mundial de fútbol en México, en el año 1986. Agregaron a la lista, las asunciones a gobernador de la provincia a partir del 2001 y el accidente de los músicos chamameceros en el año 1988 en la ciudad de Bella Vista, entre otros.
A medida que fueron recordando esos hechos históricos, se sucedieron las anécdotas y un murmullo se adueñó de la sala del Sindicato de Canillitas, lugar en el que se concretó la entrevista.
Una postal poco frecuente en las calles correntinas.
Pandemia
Siguiendo el hilo histórico, llegó el momento de hablar de cómo los había afectado la pandemia del Covid 19. Cuando el tema fue planteado, por un par de segundos todos hicieron silencio. Sin dudas, se trató de un periodo de tiempo que marcó un antes y un después en sus vidas.
“Fue difícil”, dijo Ramón al fin. Y se sumaron otras voces que ratificaban esas palabras y agregaban datos. Relataron las dificultades que tenían para trasladarse por la ciudad para vender diarios, hasta los pedidos de autorización que el secretario gremial Luis Ortíz, tuvo que tramitar ante las autoridades provinciales.
Comentaron el temor que muchos clientes tenían para comprarles el diario ante la posibilidad de que el papel pudiera trasladar el virus, al igual que el dinero. “Pero también hubo muchas personas que fueron solidarias y nos prestaron plata para poder comprar remedios o comida. Eso también nos pasó, muchos nos acompañaron como pudieron”, recordó Angel.
En aquel momento, el Sindicato promovió un servicio de venta de alimentos perecederos y no perecederos. Ofrecieron los productos a sus clientes y varios de ellos, les dijeron que sí y se los compraron. Pero, cuando las medidas de aislamiento se fueron flexibilizando, el servicio decayó. Y allí, otra vez, se vieron en una encrucijada que parecía no tener fácil resolución porque, a las dificultades económicas surgidas como consecuencia de la pandemia, también tuvieron que hacer frente a una realidad innegable: la venta de diarios decayó en forma abrupta por una cuestión económica y generacional.
“Los chicos ya no leen diarios, cuando quieren saber las noticias miran el teléfono, todo está ahí es más rápido”, reflexionó César Luis. Ante la consulta de quiénes son sus clientes hoy en día y qué días se venden más ejemplares, casi todos respondieron al unísono: “Los mayores y los domingos”.
¿Y ahora?
Este contexto les mostró que debían hallar una solución al estilo “nudo gordiano”, la historia cuya moraleja señala que a veces la mejor resolución de un problema es abordarlo de una manera diferente para encontrar salidas diferentes. Y comenzaron a hacer consultas con algunos especialistas, a indagar sobre cuáles eran las demandas sociales irresueltas en Corrientes y encontraron un nicho: reciclar residuos informáticos.
Entendieron que, para brindar este servicio, deben dar una serie de pasos antes como, por ejemplo, contar con una figura legal diferente al de un sindicato y capacitación técnica específica. Entendieron que era una salida posible y que podía ser redituable, pero para lo cual se debía hacer camino.
Así, conformaron la Cooperativa Familias de Canillitas Unidas del Taragüí Limitada y pusieron en marcha el Programa para el Desarrollo de la Economía Circular. “Pretendemos construir una nueva fuente de trabajo, con recursos genuinos y sustentables, aportando a la recuperación y preservación del ambiente”, dijo Luis Ortiz, quien es el referente de la novel entidad.
Capacitarse, una de las exigencias para
esta nueva etapa de los canillitas.
En ese marco impulsan el proyecto de “Recuperación y Reciclado de los RAEE y la Revalorización de los plásticos”, por medio del cual trabajarán en la recolección, acopio, separación y tratamiento de los RAEE, de los cuales se buscará obtener los materiales valiosos, para su venta a un creciente mercado regional.
Vale mencionar que la sigla RAEE engloba a todos aquellos aparatos eléctricos y electrónicos que pasan a ser residuos, incluyendo subconjuntos y consumibles que forman parte del producto en el momento en que se desecha.
Desde la cooperativa estiman que podrán ejecutar el proyecto en un plazo de 12 meses y para lo cual, proyectó realizarlo por etapas: en la primera, se hará tratamiento sobre la línea gris de los RAEE que incluyen productos como: equipos utilizados en Tecnologías de de la Información y Aparatos de Telecomunicación, CPU (hardware, software, mouse, teclado), monitores, notebooks, impresoras, tablets, teléfonos fijos y móviles, servidores y routers de internet, switch, cables.
En una segunda instancia se incluirían los artefactos de la línea blanca: aires acondicionados, lavarropas y heladeras.
A su vez, Ortíz comentó que el proyecto tiene dos grandes propósitos: uno de responsabilidad ciudadana y compromiso social y ambiental, a partir del aporte que harán a una reducción significativa del impacto ambiental negativo generado por la gestión inadecuada de los RAEEs en la Ciudad y la provincia de Corrientes. Y otro, la generación de fuentes de empleo para 40 familias que en este tiempo se quedaron sin trabajo o vieron drásticamente reducidos sus ingresos.
“En un primer momento pensamos en recolectar botellas plásticas para hacer ladrillos”, recordó quien fuera el secretario del gremio de los canillitas, pero la directora Ejecutiva de la fundación “Manos Verdes” Corrientes, Verena Böhme les sugirió trabajar con RAEEs. Ante esta posibilidad, los canillitas se entusiasmaron entonces con esta posibilidad y comenzaron a desarrollar el proyecto.
Formalmente, la cooperativa nació el 3 de mayo de 2021. A partir de ese momento, trabajaron en distintas etapas de preparación y hace unos meses se encuentran en tiempos de capacitación. Primero en materia de emprendedurismo y ahora en cuanto al proceso mismo de gestión de RAEE, puesto que deben aprender a gestionar de forma adecuada los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos a través de la recolección, con un procesamiento técnico adecuado de los mismos, la eliminación de los componentes tóxicos, la comercialización de los materiales recuperados, la disposición final ambientalmente adecuada y segura de los residuos restantes.
"En un primer momento, pensamos en recolectar botellas plásticas para hacer ladrillos".
Así se realizaron talleres con especialistas del Centro de Gestión Ambiental y Ecología (CEGAE) de la Universidad Nacional del Nordeste y de la empresa ECOM Chaco, empresa responsable del reciclado de residuos tecnológicos.
“No tenemos miedo de hacerle frente a este nuevo desafío. Casi todos somos personas grandes que nos animamos a aprender otras cosas que nos permitan seguir trabajando con dignidad. Además, me parece que podemos dejar un mensaje a la sociedad y ser ejemplos de que se puede seguir aprendiendo sin que importe la edad, y que podemos aportar algo bueno para cuidar nuestro planeta”, dijo Angel a modo de reflexión en el final de la entrevista.
Salimos del Sindicato con la certeza de que, con decisión y voluntad, siempre es posible encontrar soluciones nuevas y creativas a circunstancias que parecen insalvables.
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