Un grupo de vecinos de Corrientes capital crearon hace 10 años, la Asociación Compromiso y Acción en el barrio Quintana con la finalidad de realizar actividades solidarias y de promoción humana a corazón abierto. Tras la pausa obligada a raíz del aislamiento por la pandemia del Covid 19, hace pocas semanas retomaron su actividad y, por estos días, se encuentran en plena faena organizativa para retomar las clases de apoyo escolar y actividades deportivas, entre otras, como también la merienda de los días sábado para la numerosa población de chicos de esa comunidad.
En una charla telefónica con Quintaesencia, José Miguel Soto -uno de los encargados de la entidad-, nos contó cómo están abordando estas tareas.
“Uno de los pilares de nuestra institución es la promoción humana y el servicio social. Como parte de esta categoría, contamos con un merendero que está ubicado en la calle Santiago Zybelman, en inmediaciones del Jardín Botánico donde, hasta antes de la pandemia, todos los sábados servíamos la copa de leche para una treintena de chicos del barrio y sus familias”, contextualizó Soto.
Señaló que hace un par de semanas, retomaron esta actividad gracias al aporte solidario de vecinos que acercan los ingredientes para la merienda. “Hasta ahora, contábamos con un colaborador permanente que nos aportaba lo necesario, pero por razones de fuerza mayor, ya no lo va a poder hacer. Ante esta situación, necesitamos que los vecinos de Corrientes sepan que realizamos esta labor comunitaria y que, para sostenerla, necesitamos contar con la ayuda de quienes quieran colaborar con nosotros”, agregó.
El hombre indicó que teniendo en cuenta que la Asociación es una entidad sin fines de lucro y que no cuentan con ningún tipo de subsidios ni ayuda monetaria. “Estamos en un momento difícil porque vamos viviendo día a día, viendo si contamos con la buena voluntad de quienes quieran colaborar”, insistió.
En relación a la cantidad de chicos que asisten al merendero, dijo que antes de la pandemia eran alrededor de 85, “pero por ahora son 60, pero siempre hay temporadas donde van más, y en otras en las que disminuye”. Por otro lado, comentó que el último sábado de cada mes, se reúnen a festejar los cumpleaños, “y por lo general, allí vienen todos”.
Padres, puntales de la Asociación.
Más acciones comunitarias
Por otra parte, la Asociación también está trabajando en el armado de una biblioteca barrial. “En este momento tenemos alrededor de mil libros que nos fueron donando en todos estos años. Para eso estamos armando un espacio donde contar con todo este material bibliográfico y poder continuar con las tareas de apoyo escolar, como lo hacíamos antes de la pandemia. Esta actividad por supuesto es totalmente gratuita”, comentó Soto.
Por estos días, están organizando una rifa para poder comprar los estantes donde serán ubicados los libros para la biblioteca.
En esa línea, mencionó que también recibieron en concepto de donación una fotocopiadora. “Si bien no está en óptimas condiciones, sirve para poder hacer copia para aquellos chicos del barrio que pueden comprar las copias de algunos trabajos que les piden en la escuela”, dijo.
Ante la consulta de quiénes llevan adelante estas tareas comunitarias, señaló que cuentan con la colaboración de un grupo de voluntarios que en forma desinteresada se acercan a colaborar, tanto para las clases de apoyo como para el taller de dibujo y pintura, que también se lleva a cabo en la sede de la entidad.
“Con estas acciones, lo que buscamos es sacar a los chicos de la calle, por un lado y por otro, conocer cuál es la situación de la familia, con quienes también nos interesa trabajar en forma articulada”, contó el referente de Acción y Compromiso. En ese sentido, comentó que además organizan actividades deportivas.
En cuanto a las clases de apoyo, comentó que tienen previsto asistir durante el receso invernal a quienes se llevaron materias o tienen ciertas dificultades. En principio, esto se llevaría a cabo dos veces a la semana
Sobre el rol que ocupan los padres de los chicos que asisten a la Asociación, Soto dijo que formaron un Club de Padres y son quienes tienen a cargo la organización de la merienda de los sábados. “Buscamos sumarlos, hacerlos parte para que se comprometan y acompañen a sus hijos”, puntualizó.
La institución comunitaria funciona en una habitación cedida por una familia solidaria. “Como todavía no contamos con un espacio propio, vivimos ‘de prestado’, como se dice. El espacio que tenemos es amplio, pero le falta el cielorraso y el piso, así que también estamos pidiendo colaboración para ponerlo en óptimas condiciones”, señaló.
Los integrantes de la Asociación anhelan contar con esas comodidades mínimas para seguir ampliando sus acciones. “Queremos armar talleres de cuentos y poder proyectar películas para los chicos, para así cumplir con nuestro desafío de sacarlos de la calle”, remarcó.
Todos aquellos corazones solidarios interesados en colaborar, se pueden comunicar con José Miguel al 3794834831.
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