Mujeres al timón: Laura Cristaldo es la primera radarista de la fragata ARA Libertad

Desde los pasillos de la Base Naval Puerto Belgrano hasta las profundidades del océano Atlántico, la Cabo Principal Laura Griselda Cristaldo ha construido una trayectoria única en la Armada Argentina. Como la primera radarista de la fragata ARA Libertad, su historia representa un hito no solo para la institución, sino también para todas las mujeres que sueñan con abrirse camino en espacios tradicionalmente masculinos.

Nacida el 24 de abril de 1989 en el Hospital Naval de Puerto Belgrano, Laura creció rodeada del mundo militar. Hija de Alejandro, infante de marina, y Mirta, enfermera, siempre estuvo familiarizada con la vida en la Armada. “Mi familia siempre me inspiró. Ver cómo vivían sus carreras me hizo pensar en las oportunidades que la Armada podía ofrecerme, tanto en formación como en experiencias”, recuerda.

Sin embargo, su ingreso no estuvo libre de sorpresas. Aunque inicialmente pensó en especializarse en Furriel o Comunicaciones, fue asignada como Mecánico en Sistemas, especialización que incluye el manejo de radares. “Al principio, no estaba convencida, pero cada vez que aprobaba una materia con buenas calificaciones, sentía que este era mi lugar. Hoy no puedo imaginarme en otra especialidad”, asegura.

La fragata ARA Libertad: un sueño cumplido

En 2024, Laura se convirtió en la primera radarista de la dotación de la fragata ARA Libertad, Buque Escuela de la Armada. “Siempre soñé con navegar en este buque desde que ingresé a la ESSA (Escuela de Suboficiales de la Armada). Fue una experiencia única, tanto en lo profesional como en lo personal”, comenta.

Durante el 52º Viaje de Instrucción, la fragata visitó puertos en Brasil, Puerto Rico, Estados Unidos, Barbados y Uruguay, recorriendo casi 13.000 millas náuticas en tres meses y medio. “Cada puerto era una ventana a nuevas culturas, gente y paisajes. Desde la calidez de Brasil hasta la imponente Baltimore, cada lugar dejó una huella en mí”, relata con entusiasmo.

Un equipo reducido y una gran responsabilidad

Como encargada de la división Reparaciones Electrónicas, conocida como División Delta, Laura tuvo a su cargo el mantenimiento de los equipos de navegación del buque. Su equipo, compuesto por un ingeniero electrónico, un radio-comunicante, un informático y una Cabo Segundo recién egresada, enfrentó múltiples desafíos. “Era un grupo pequeño, pero muy unido. Cada uno aportaba sus conocimientos y juntos resolvimos los problemas que iban surgiendo. Ese compañerismo fue clave”, destaca.

Laura también reflexiona sobre el impacto de ser la primera mujer radarista de la ARA Libertad. “Es un orgullo enorme y, al mismo tiempo, una responsabilidad. Sé que estoy abriendo camino para futuras generaciones de mujeres, y eso me motiva a dar siempre lo mejor de mí”, expresa.

"Es un orgullo enorme y, al mismo tiempo, una responsabilidad. Sé que estoy abriendo camino para futuras generaciones de mujeres, y eso me motiva a dar siempre lo mejor de mí".

Recuerdos que quedan para siempre

El viaje no estuvo exento de momentos inolvidables. Laura relata que una de las sensaciones más especiales fue observar el horizonte desde el ojo de buey cada mañana. “Es indescriptible. Ver el amanecer en alta mar es algo que no se puede plasmar en palabras”, dice emocionada.

Otro recuerdo que atesora es su primer encuentro con un témpano durante la Campaña Antártica de Verano 2019-2020 a bordo del rompehielos ARA Almirante Irízar. “Ese primer témpano quedó grabado en mi memoria. Fue un momento mágico que marcó mi carrera”, comenta.

Un futuro lleno de retos y navegaciones

Ahora, con 34 años y 13 de carrera, Laura se prepara para un nuevo desafío: formar parte de la dotación del destructor ARA Sarandí en 2025. Este destino no solo le permitirá seguir navegando, sino que también la acercará a su pareja Gabriel, cabo aeronáutico destinado en la Base Aeronaval Comandante Espora.

“Cada destino es una nueva oportunidad para aprender y crecer. Estoy emocionada por lo que viene, porque sé que seguirá siendo un camino lleno de aventuras y aprendizajes”, asegura.

Aunque su vida está ligada al mar, Laura nunca olvida sus raíces correntinas. Navegar el río Paraná durante una campaña socio-sanitaria a bordo del ARA Ciudad de Zárate fue una experiencia particularmente emotiva. “Ingresar a Corrientes navegando fue muy especial. Ese río y esa ciudad son parte de mi historia, de mis vacaciones en familia y de mis recuerdos más queridos”, comparte.

Un legado en construcción

La historia de Laura Cristaldo es un ejemplo de superación, dedicación y pasión por el mar. Como la primera radarista de la fragata ARA Libertad, su camino inspira a nuevas generaciones de mujeres a soñar en grande y a perseguir sus metas, sin importar los obstáculos.

“Cada destino, cada navegación, deja una enseñanza. Lo importante es seguir aprendiendo y disfrutando del viaje”, concluye Laura, con la mirada puesta en el horizonte y el corazón lleno de historias por contar.