Tai chi en el aula como herramienta de gestión emocional

GENERAL11/03/2023María del Carmen Ruiz DíazMaría del Carmen Ruiz Díaz
TAI

El taichí, taichi o taichí chuan es un arte marcial desarrollado en China. Es una forma de ejercicio tradicional y meditación para la mente y el cuerpo, usa series lentas de movimientos corporales y respiración controlada. A través de su práctica, se logra mejorar el equilibrio, la flexibilidad, la fuerza muscular y la salud en general. Hasta aquí la definición sobre esta actividad que al igual que el yoga –entre otras-, logra un sinnúmero de beneficios, tanto es así que en su país de origen es muy popular. 

En Corrientes y desde el año pasado, la odontóloga y docente Viviana Piatti realiza algunos de estos ejercicios con alumnos de la escuela Nº34 El Santo de la Espada, de Corrientes capital. Para conocer cómo se dio el proceso de incorporar esta práctica en el aula, Quintaesencia tuvo la oportunidad de charlar con ella. “Hace 11 años que trabajo como odontóloga escolar brindando servicios de odontología, más allá de que cumplimos un rol docente además de atender urgencias, porque trabajamos en todo lo relacionado con la prevención. Además, por algunos cambios en cuanto a la orientación de nuestra labor, ahora el enfoque es sanidad escolar, por lo que debemos abordar la salud del niño en forma integral”, comentó la profesional en el inicio de la charla. 

Este establecimiento cuenta con una población estudiantil de alrededor de 750 chicos estimativamente entre ambos turnos, “y como soy la única que posee una especializad médica, tengo a cargo los grados de ambos turnos. El año pasado, después de la pandemia, comencé a hacer hincapié en la necesidad de trabajar la educación emocional, en línea con la ley provincial que promueve su desarrollo en el ámbito escolar. Entonces, en forma paulatina fui tomando este tema y trabajándolo con los chicos en el gabinete odontológico”, comentó. 

tai chiConcentración y enfoque en
pequeños movimientos de tai chi en el aula.

En relación a la necesidad de abordar el tema de la educación como también la gestión emocional, Vivi mencionó que es una temática que debe ser atendida en todos los niveles educativos: “También soy docente en la Facultad de Odontología de la UNNE, donde soy parte de una cátedra de quinto año y me encuentro con alumnos con serias dificultades para atravesar distintas situaciones emocionales. Esto me llevó a pensar que resulta imperioso adoptar estrategias de trabaja y tratar este tema de una manera transversal en todos los ciclos formativos”. 

Por ello, comenzó a realizar algunos ejercicios de tai chi con los niños de la escuela primaria. “Las prácticas que desarrollo son muy básicas y mínimas, pero te puedo asegurar que, en forma paulatina, fui notando pequeños cambios de actitud y hasta en el trato con los compañeros. En el tiempo que compartimos en el gabinete, también hablamos de las cosas que les pasa, escuchamos música y bailamos y estas simples acciones, eleva nuestra energía. Trabajamos en revivir determinadas emociones, les pido que identifiquen aquellas cosas buenas que les suceden, los hago sentir el latido del corazón, les digo que, si en algún momento hay alguna pelea, alguna situación de violencia en casa, recordemos que podemos buscar un lugar donde podemos estar tranquilos y respirar y pedir que eso pase pronto”, comentó.

Vivi contó que cuando propuso realizar este tipo de actividades tenía ciertas dudas y temores, “pero me sentí en la obligación de sumar un valor agregado a mis clases de sanidad escolar. En especial después de la pandemia, porque sentía que las secuelas emocionales que nos dejó, eran muy fuertes”. 

“Pero de a poco me fui animando porque podía comprobar que a través del tai chi, se mueven ciertas energías o se generan ciertas energías de sanación. Esto me permitió comprender el valor de esta herramienta, tanto es así que por ejemplo las mismas maestras me dice que disfrutan de esos momentos de relajación”, contó Vivi.

Aseguró además que está convencida de que, con pequeños cambios de actitud, observando cómo nos vamos sintiendo ante distintas situaciones, qué nos generan, y después poder expresarlo “puede hacer toda la diferencia en el desarrollo de las relaciones tanto en el ámbito escolar o académico y que, por supuesto, repercute en la comunidad”, agregó.

Para Vivi, enseñar a cómo mirar y expresar las emociones hace una gran diferencia para el niño y su entorno.

Por otra parte, dijo que también ante determinadas situaciones puntuales, también se animó a proponer algunas acciones similares en la Facultad, “y si bien algunos colegas o los alumnos se muestran renuentes, se animan y participan y después, me dicen que un pequeño movimiento les ayudó ante un momento de estrés como puede ser presentarse en un examen”.

En suma, ella espera que cada vez sean más las instituciones que se sumen a desarrollar distintas acciones que promuevan la gestión de las emociones, “porque si no estamos atentos a lo que no pasa, a lo que sentimos, difícilmente podamos entender y empatizar con otro”, concluyó.


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