-Ah, me toca a mí. Bueno, no sé bien qué me pasa, me siento extraña, como confundida, como si no fuera yo. Una amiga me dijo que viniera a estos grupos, círculos, en fin, no conozco de estas cosas. Nunca estuve en grupos así, pero bueno, tanto insistió que acá estoy.
Tampoco sé si me va a servir, en realidad no creo en estas cosas. No creo que hablando de lo que te pase algo cambie, no sé, soy más pragmática, más de la acción, más masculina ja, ja, ja. Bueno eso me dicen mis amigas. Yo no me creo más masculina, pero la verdad que no tolero mucho estar entre mujeres, por eso no sé mucho qué estoy haciendo acá, pero bueno, con probar no pierdo nada. ¿Verdad?
En fin, no me siento bien... Tengo 39 años, no tengo pareja, y eso no es un problema para mí. En realidad, no tengo pareja porque no quiero. Bueno, algo tengo ahora. Si él me escuchara hablar así se sentiría muy dolido, pero bueno, nunca para mí fue un objetivo. Eso de ser “Susanita” no es lo mío. Amo mi independencia, no tener que rendir cuentas a nadie, no sé, será que veo a mi mamá y mis cuñadas, siempre con los maridos, como hasta pidiendo permiso, en fin, eso no es lo mío.
Amo trabajar y amo mi trabajo, me dedico a Relaciones Internacionales. Me gusta viajar, estar de un lado para otro, siempre por trabajo, las reuniones, vivo más que nada en un mundo de hombres y me llevo re bien con los hombres. Se arman discusiones muy interesantes desde lo político, lo estratégico. Me entiendo más con ellos que con las mujeres. No sé, son más claros, más directos, no dan vueltas, van al grano. Todo ese mundo es más interesante. Tengo amigas, claro, que sí, no soy una ortiva tampoco, pero bueno, una, dos, con las que conversar algunas cosas. Pero ¿Qué tanto vas a conversar?... Y al final todo termina en torno a pañales, mamaderas, jardín de infantes… un aburrimiento terrible…
Bueno no me quiero ir por las ramas, sé que cada una tiene en este … este ¿Círculo? un tiempo acotado. ¡Está bueno esto de la vara de la palabra! Lo voy a implementar cuando vaya a algún cumpleaños de mis amigas, porque esas charlas sí que se me hacen insoportables.
Bueno, retomo, me pone un poco ansiosa estar acá, en realidad lo siento como una debilidad. Ya les decía, me desconozco, no sé cómo llegué a estar así. Nunca fui sensible, siempre fui más bien fría, distante, pero hace un tiempo que no paro de llorar. Empecé con una psicóloga que me recomendó mi amiga. Sí, la misma amiga que me dijo de venir acá. Macanuda la mujer, la verdad que me escucha y está bueno. Pero yo me siento rara hablándole a una persona extraña de mis cosas, de mi vínculo con mi vieja, con mi viejo, de mi profesión… no me es cómodo, pero bueno, tampoco me es cómodo venir acá. La verdad es que ya no sé qué hacer con mi angustia. Sé que lo próximo es ir a un psiquiatra que me dé una pastillita y listo. Pero mi psicóloga dice que lo mío es una herida profunda en mi femineidad, en mi “Ser mujer” …
No sé mucho a qué se refiere con eso. Yo coqueta soy, pero eso de la casa no es lo mío, y el romanticismo tampoco. Ella dice que soy una típica hija del patriarcado… ja, ja,ja, me gusta cuando me dice eso, porque sí, yo siempre quise ser como los hombres. No es porque quisiera ser hombre, sino por lo práctico. Esto de venir acá de pollera me resulta muy extraño, esta amiga mía me prestó la pollera que tengo, porque las mías son de traje para las reuniones... y sí, sentadas en el piso no eran para venir acá, ja, ja, ja.
Bueno, lo cierto es que hace un tiempo empecé a sentir algo acá, si en el pecho, en el chakra cardíaco. ¿Puede ser? ¿Se dice así? Bueno empecé a sentir un dolor muy grande, cuando me levantaba a la mañana y cada vez menos ganas de salir. Yo tomaba pastillas anticonceptivas desde los 16 años, cuando empecé a tener relaciones y la ginecóloga, que también me la recomendó mi amiga, no está muy de acuerdo con eso. Y bueno, tanto insistió que las deje, que tenía que conocer mi ciclo. ¿Mi ciclicidad?, en fin, para mí son palabras nuevas. Y así fue, que empezó todo esto…
Dejé de tomar las pastillas, y todo bien al principio, no noté ningún cambio, pero poco a poco empecé a sentirme distinta. Como que no estaba igual todos los días. Yo siempre me levanto desde hace muchísimos años al mismo horario, a las 6 de la mañana y mantengo una misma rutina: actividad física, trabajo, almuerzo, trabajo y vuelvo a casa tipo 21 hs. y reviso los mails y otras cosas mientras como y me voy a dormir. Obvio los fines de semana salgo y hago otras actividades.
Me empezó a costar levantarme, algunos días sí y otros no, algunos días estaba hecha un avión, super dinámica y clara como yo me conozco, pero otros, por favor, era un trapo de piso. Yo considero que siempre tuve la autoestima alta, bueno nunca fue eso un problema para mí, si te gusto bien y sino también, me importa poco lo que piensan los demás. Yo le doy para adelante. Y de repente empecé a sentir que había días que no servía para nada, que no era capaz de nada y cinco días después era de nuevo una luz, una bala, y todo para adelante. Y en esos días todo tenía como otro brillo. Cantaba
¿Cantaba? Sí, cantaba... Yo no soy capaz de entonar ni el arrorró y de repente me sorprendía a mí misma cantando. Pero otros días, yo que soy muy estable y estratega y nada de nada me saca, estaba hecha una leona. Hasta un día me fui del trabajo llorando y a los gritos. Uf, lo recuerdo y me da palpitaciones. A mí nada me pone nerviosa. Es que por el trabajo aprendí a lidiar con cada uno… y yo siempre inmutable.
¡Te tenés que fumar a cada especimen! Y otra vez me tuve que ir de una reunión a llorar al baño. Eso sí que fue terrible…
Esto me empezó a tirar abajo, no me reconozco así. Y me empecé a encontrar súper sensible, había días que no paraba de llorar. Todo porque sí me conmovía, hasta mirar una película me hacía llorar. Mirá que yo nunca lloro en el cine ni en mi casa… en fin, empecé a sentirme distinta.
Me dio ganas de tener un animalito en casa. ¿Yo, un animalito en casa? Yo que ni un potus tengo en mi departamento porque creo que te ata, terminé teniendo un gatito.
¿Un gatito? ¿Cuándo se me ocurrió eso a mí? Bueno, empecé teniendo un gatito y estoy maravillada con mi gatito. Pero bueno, ya no me siento tan feliz viajando, ni yéndome a otro país y dejando el gato, como que bueno, se hizo todo un lazo ahí.
Algunas amigas me dicen que empecé a tenerlo de hijo. ¿De hijo? Yo nunca había pensado en tener un hijo, nunca, nunca, nunca. Es más, sí he pensado en que NUNCA voy a tener un hijo. Eso de la maternidad no es para mí. Estar embarazada, dar la teta, tener un ser extraño adentro, noooooo. Pero bueno, empecé a soñar con que estaba embarazada. ¿Pueden creer eso? Eso me asustó muchísimo. ¿Yo embarazada? Un horror, pero la verdad es que en el sueño me sentía feliz como nunca antes. Y empecé a mirar a las mujeres embarazadas y a darme ternura los bebés…
Mi hermano más chico fue papá y yo empecé a estar embobada con mi sobrino. Nadie lo puede creer en la familia, lo voy a buscar, ahora ya tiene dos añitos. Porque esto que me pasa no fue de un día para otro, me fue pasando de a poco y yo chocha con mi sobrino, feliz. Lo llevo a la plaza, se viene a mi casa, hacemos pijamada. Es una cosa de locos... Y bueno, ya no viajo como antes, porque con Tomi, el gato, ya no es lo mismo. Hasta estoy pensando en cambiarme a una casa que tenga patio, césped, porque en el departamento ni balcón tengo…
Y así, fue pasando, y ahora lloro, lloro mucho y ya no tengo tantas ganas de ir a trabajar. Al menos de la manera que lo he venido haciendo. Necesito otros tiempos, ya no puedo salir ni saltar de la cama todos los días como antes. Mi psicóloga y mi ginecóloga que en eso se entienden, dicen que estoy explorando mi ciclicidad, que todo lo que me está pasando es buenísimo. Yo estoy un poco confundida con eso, porque antes era todo más simple. Si, claro. Estaba más sola, no me veía con nadie si no era por trabajo, como ya les dije con algunas amigas, en realidad una y sí muchos hombres compañeros de trabajo.
Sexo, si sexo tenía y bueno, sigo teniendo, pero antes yo tenía sexo y listo, nada más. Me quería volver a mi casa. Quedarme a dormir con un vago ni loca, yo me duermo y me despierto sola en mi departamento. Bueno, ahora eso también algo ha cambiado. Hay un tipo con el que me empecé a ver más seguido. Bueno, si sabe él que le digo tipo se ofende. Él está re metido conmigo, se viene a casa, me cocina y yo, bueno, yo no sé. Mi amiga me dice que sí, que yo también pero que me cuesta admitirlo. Ya hace como 7 meses que estamos. Yo nunca duré con nadie, en fin, porque nunca quise…
Pero con él es distinto. Una noche hasta me dormí abrazada con el… uf, eso sí que fue mucho. Pero bueno, así estamos. Él dice que soy re arisca, que estoy re lastimada, y yo no sé si es así. En realidad, nunca me lastimó ningún tipo porque nunca me enganché con nadie, eso es para quilombo para mí. Pero ahora es distinto. Estamos pensando en convivir, por eso también una casa, él piensa en grande, en bueno, en, en fin, uf como me cuesta decirlo, bueno él habla de hijos. NO YA, OBVIO, ni locos, como más adelante. Uf me puse colorada, sí, yo sé que eso a mí me cuesta. Pero la verdad, y bueno, sí, lo digo, no me desagrada la idea.
Yo antes pensaba que, si en algún momento me pegaba eso de ser madre, me hacía una inseminación y listo. Qué tanto rollo, si yo sola puedo. Pero ahora me pasa que a veces pienso en un hijo, o hija, obvio, con él y me da una emoción. ¿Ves? Ahí es donde yo digo que estoy hecha una boluda. Que no puedo estar así, que me manden a un psiquiatra. Y mi psicóloga, que no, que no, que estoy sanando lo sagrado femenino… me tiene los huevos al plato con eso. Si ya sé, ovarios al plato. Yo entiendo, pero también me peleo con esta que estoy siendo ahora…
Ya nada es como antes, desde que dejé esas putas pastillas, todo cambió. Sí, es más lindo, y sí, tengo que reconocerlo que sí. Cuando estamos con mi chico, mi gato y yo mirando la tele los tres en el living del departamento, comiendo algo, y sí, ahí siento que con eso la vida es bella. Ya no me veo como antes durmiendo siempre en hoteles, de acá para allá, corriendo, sin tiempo para verme con nadie… Porque bueno, ahora hago otras cosas, hasta tengo unas plantitas que cuelgan de la ventana. Y no es que todo sea este chico o el gato, que obvio son un montón en mi vida hoy, es que otras cosas cambiaron para mí en las prioridades.
Antes lo más importante era una reunión de trabajo, ahora ya no, y no es que no me guste mi trabajo, es que cambiaron las prioridades. Y hasta en mi trabajo cambiaron. Yo me dedico a Relaciones Internacionales. ¿Ya les dije verdad? Y bueno, ahí todo es frío, calculado, lo único en lo que se piensa es en los números, en las ganancias y en cómo hacer un buen negocio para tu país o la empresa para la que trabajás. Y ahora ya no lo pienso así, es como que el país, la empresa dejó de ser un número para ser la gente. Y a veces me buscan para insertar negocios que son inviables para la gente... Claro, los números son claritos, pero la gente qué y yo antes no pensaba en eso. Ahora voy a los pueblos, hablo con la gente, miro sus rostros, escucho sus historias antes de seguir adelante con un informe para una negociación. Y muchas veces veo que la propuesta es inviable, que destruye pueblos, comunidades. Y eso sí se me hace insoportable de mi trabajo. Eso sí me hace volver a casa a llorar. Por suerte está Tomi, que siempre se sube arriba mío cuando estoy así. ¿Escucharon lo que dije? Está Tomi, bueno, eso, ven... esa no soy yo. O al menos no era yo.
Mi psicóloga me habló de los círculos de mujeres, de volver a lo sagrado femenino, de curar la herida con la madre y con el padre para tomar plenamente mi femineidad y mi ciclicidad pudiendo empoderarme con ella y no negándola como hasta ahora. Me mandó a leer algunos libros y la verdad que sí, entiendo de qué me habla. Me siento identificada en muchas cosas, pero también me da miedo todo esto nuevo que siento y que no sé donde ponerlo. Ella se ríe y me dice: “ en el cuerpo. ¿Dónde crees que lo vas a poner?” Y yo lo pondría en la heladera, ja, ja, ja. Ella me habló de los círculos de mujeres y de cómo acompañarnos a sanar juntas… y mi amiga que hace mucho que está en esto, me habló de Uds. Y acá estoy…
¡Ah no me presenté!... ¿Cómo era? Había que decir el nombre propio, el del padre, el de la madre… bueno, soy Atenea**, hija de Zeus … No, no, perdón. Soy Atenea, hija de Metis, nieta de Thetys, bisnieta de Gea y soy Mujer… se siente lindo al decirlo. Gracias.
¿Paso la vara?”
*El Círculo de Mujeres, es un espacio donde las mujeres sentadas en círculo, muchas veces en el piso y con un altar invocando a los a 4 elementos y a la Gran Madre en el centro, se acompañan relatando sus vivencias, su vida, su situación, buscando espejarse unas a otras y acompañarse en la sanación. Son espacios horizontales donde todas son iguales y todas pueden participar, nadie enseña a nadie, nadie tiene más poder, construyendo a nivel social una célula que permita la transformación. En losCírculos de Mujeres hay un momento al inicio donde se pasa la “vara de la palabra”. Cuando una mujer tiene la tiene la palabra, es su momento de hablar y contar sobre ella sin que nadie la interrumpa ni opine al respecto, con sumo respeto y atención de todas porque la palabra es sagrada. Actualmente existen miles de Círculos de mujeres en el mundo que buscan recuperar la vivencia de lo femenino como sagrada.
**Atenea es una diosa griega, doncella virgen en el sentido antiguo de la palabra: no pertenece a ningún hombre. Diosa guerrera y estratega protectora de los hombres en las batallas. Atenea es la hija de Zeus. Es la primera mujer que nace de la cabeza de un varón. Zeus casado en ese momento con Metis recibe el anuncio que se próximo hijo lo va a matar para quedarse con el trono, como él ya hizo con su padre. Por ese motivo se devora a Metis que estaba embarazada. Comienza con profundos dolores de cabeza y pide que le abran la cabeza con un hacha y así nace Atenea, ya adulta. Nace de la cabeza de Zeus. Con este mito nace la primera hija del patriarcado, la primera hija que niega a su madre y su linaje materno, hija del padre, identificada con lo masculino despreciando lo femenino.
La autora de esta columna es Terapeuta Gestáltica; Sexóloga Clínica y Educativa; Facilitador de Círculo de Mujeres y Espiritualidad Femenina; Coordinadora de la Escuela de Brujas Magia Circular; Cantautora de cantos Sagrados Femeninos Cd “Con Voz de mujer 1, 2 y 3”. Podés buscarla en Instagram como: silvana_musso.
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