Muriel Piaggio es una docente apasionada por la danza y el compartir el saber y por estos días, está acompañando a los alumnos que concluyen su formación en la Carrera de Danza del Instituto de Música Carmelo De Biassi, en la producción del espectáculo El hijo de la Luna. Quintaesencia charló con ella para saber más sobre este evento que se llevará a cabo el 3 de noviembre en Espacio Mariño (Santa Fe casi Junín) de la ciudad de Corrientes.
En el inicio de la charla, la profesora de Danzas, nos contó que es oriunda de Esquina y que se formó en la Universidad Nacional de las Artes (UNA), ubicada en la ciudad de Avellaneda (provincia de Buenos Aires). “Me formé durante 10 años en lo que es mi pasión y que hoy me permite estar al frente de alumnos: el Profesorado de Danzas y la Licenciatura en Folklore, allí además me formé como profesora de Música”, dijo a modo de contexto en el inicio de la entrevista.
En el 2018, Muriel se mudó a Corrientes capital, cuando en el Instituto de Música De Biasi se abría el Profesorado de Danzas. “Enganché justo, justo para empezar a trabajar allí y la verdad, estoy muy contenta de ser parte del plantel docente de la carrera de Danzas, donde estoy a cargo de los espacios de Danza Folclore, Cultura y Sociedad en primer año; en segundo año tengo a cargo Didáctica Específica I, Práctica Docente II y Antropología Cultural de la Danza; en tercer año tengo cargo Metodología de la Investigación Folclórica de Danzas Argentinas y Latinoamericanas, entre otras, además de la residencia”, enumeró.
¿Por qué hablás de Espacios en lugar de materias?, fue la pregunta de esta cronista, a lo que la docente contesto: “Porque los actuales diseños curriculares hablan de espacios curriculares y el formato a desarrollarlos pueden ser, por ejemplo, talleres, seminarios, entre otros, los cuales implican diferentes tipos de actividades y de acciones. Ese es el caso de Producción y Gestión de los Lenguajes Artísticos, espacio en que por ejemplo estamos organizando el espectáculo del 3 de noviembre”.
En relación a esta práctica profesionalizante, Muriel indicó que la producción integral del mismo está a cargo de los alumnos del último año de la carrera. Para ello, según contó, los estudiantes trabajaron durante todo el año en el proyecto en totalidad, es decir, desde la idea del espectáculo hasta la puesta en escena, escenografía, coreografía, vestuario, iluminación y difusión.
“Los chicos escribieron los guiones de las obras. En esta oportunidad, se formaron tres grupos de trabajo que idearon tres puestas para lo cual, por supuesto, tuvieron el acompañamiento teórico correspondiente en cada aspecto. Después, el jurado integrado por los colegas Lilia Godoy, Carlos Valenzuela, Jorge Vega y Alejandro Barbosa y yo, evaluamos las producciones las obras y elegimos una de ellas para llevar a escena”, relató Muriel.
Una vez que se llevó a cabo la selección, se definieron las áreas de trabajo y se definieron los equipos. “Así, todos y cada uno de ellos tiene una determinada responsabilidad, pero todo, todo el trabajo es desarrollado por ellos”, especificó, a lo que agregó que además de ocuparse de tareas técnicas, los alumnos también participan de la obra en sí.
“Las tareas de sonido e iluminación son las únicas que van a estar a cargo de externos, en este caso personal del Espacio Mariño, y esto se debe a que los chicos tienen que actuar en el escenario”, especificó la docente.
Cuestión pandemia
La docente comentó que desarrollar esta obra también le deja un sinnúmero de experiencias porque es la primera vez que se hace este trabajo desde la cátedra, “porque el primer año en que se desarrolló fue en el año 2020, es decir cuando la primera promoción llegó a cuarto año de la carrera y como obviamente por el aislamiento social no podíamos desarrollar una obra, decidimos trabajar con video danza. Otro tanto ocurrió en el 2021 y allí, el desafío era totalmente distinto porque los desafíos son distintos”.
Según contó, el grupo de trabajo que está llevando a cabo el desarrollo de esta puesta está integrado por 20 alumnos y ella, como docente, cumple el rol de asesora. “Mi rol es acompañarlos en base a alguna experiencia previa, pero en realidad, ellos son los que están trabajando y son los protagonistas de las tomas de decisiones. Además, tenemos el acompañamiento del profesor Alejandro Barbosa, quien les aporta su conocimiento como actor y director de teatro, porque la obra tiene algunos diálogos y por ahí los bailarines nos cuesta un poco más expresarnos con ese lenguaje”, puntualizó.
El hijo de la Luna
La obra titulada El hijo de la Luna relata las vicisitudes de una pareja de gitanos que desean tener un hijo, pero no lo pueden concebir, “y entonces ella decide pedirle a la luna que los ayude a cumplir este anhelo y ahí empieza una serie de eventos”, contó Muriel con la intención de dar contexto sin “spoilear” la trama que está basada en una canción.
La puesta en escena de la obra está atravesada por una fusión de danzas, “hay un poco de contemporáneo, algo español, clásico, neoclásico, contemporáneo, y creo que hasta malambo”, anticipó Muriel.
La representación se realizará el viernes 3 de noviembre en el Espacio Marino a las 21.30 horas, “y estamos muy contentos porque el caudal de entradas ya vendidas es muy bueno, tanto es así que estamos pensando en sumar una segunda función el mismo día”, agregó.
Más información sobre la obra y las entradas, pueden buscarla en Instagram como: el_hijo_de_la_luna_of
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