Malvinas y la historia de los héroes que hoy son aplaudidos por sus nietos

El 2 de abril se conmemoró el Día de los Veteranos y Caídos en la guerra de las Malvinas. Este año se cumplieron cuatro décadas del conflicto bélico más importante del país. Un conflicto que es contado por sus protagonistas, quienes así buscan sanar, pero a su vez, contagiando su amor por la patria a hijos, nietos y hasta bisnietos. 

El acto central en la provincia de Corrientes se llevó a cabo en la ciudad de Santa Lucía, hasta allí llegaron todos los malvineros correntinos, acompañados por sus familias, para un desfile que logró una vez más alzar la voz de una guerra que aún quema por dentro. Hasta allí llegó Quintaesencia, y como muchas veces decimos, la mayoría de las veces solo vamos como observadores de hechos sociales. Y es cuando uno anda sin buscar, cuando encuentra las historias que contar.

En el lugar había más de cuatro cuadras de tribunas con familias, muchos llevaban banderas argentinas, algunos ya peinan canas, algunas son madres de nuestros héroes, otros y otras -mucho más jóvenes- son hijos, y están los más pequeños, nietos y nietas de los malvineros, correntinitos y correntinitas, que con fuerza agitan banderas, porque conocen la historia, porque saben que los héroes de verdad son aquellos que defienden la patria y están en sus hogares. 

Entre la multitud, cuatro pequeñas juegan, todas visten remeras iguales: “Soy nieta de excombatiente”. Un grupo de adultos que las acompañan, llevan remeras que dicen: “Soy hijo de excombatiente”. Son parte de una historia viviente, hoy les queremos contar como los Zabala, oriundos de Goya, quienes rinden homenaje a los excombatientes, héroes argentinos de carne y hueso. 

Nos acercamos al grupo, Yanina -madre de dos de las niñas- comienza a hablar y nos cuenta que, junto su hermano Ezequiel, su hermana Soledad y su mamá Elisa, decidieron rendirle homenaje a su padre, su héroe, Roque Zabala. Un excombatiente oriundo de Goya, quien, tras volver de la guerra, formó familia junto a Elisa, una malvinera (como se la conoce a las mujeres de los excombatientes), y juntos criaron a sus hijos, a quienes a lo largo de los años les fueron contando el significado de la guerra. “En casa siempre se habló de Malvinas, desde que éramos muy chicos”, dice Yanina.

“Papá es nuestro héroe, es nuestro orgullo, él siempre nos habló, nos contó y se apoyó en nosotros, claro sobre todo en mamá, una malvinera por ser sostén de tanto dolor”, resume la joven. Hoy son las nietas de Roque, quienes continúan el legado de mantener vivo el recuerdo de Malvinas. 

“Ellas preguntan todo, sobre todo la más grande que tiene 8, sabe y reconoce a su abuelo con orgullo”, insiste Yanina. 

Soledad, otras de las hijas de Roque, quien lleva ese nombre en honor a una de las islas que componen las Malvinas, tuvo gemelas, quizás el destino que siempre es caprichoso, quiso que las pequeñas nacieran un 2 de abril. Así es que la historia de los Zabala, logra mostrarnos ese amor de familia, tan fuerte, tan inquebrantable, que trasciende y que continua generando lazos a lo largo del tiempo. 

Nos despedimos de los Zabala, Roque está formado para desfilar a unas cuantas cuadras, su familia lo espera con banderas argentinas en alto, hoy su esposa, sus hijos y sus nietas, son quienes las sostienen y quienes siguen escribiendo la historia de aquellos que lucharon en defensa del territorio. 

Legados que trascienden, que se lleva con honor, historias que calan en lo profundos, familias que sostienen historias, hijos y nietos, quizá y porque no bisnietos, de quienes estuvieron en la guerra y que decidieron tomar todo aquello y trasmitirlo, familias que deciden tomar esas historias con orgullo, hacerlas propia y decir con la cabeza en alto, “Yo Soy Hij@ de un excombatiente o quizá sería lo mismo decir, soy hij@ de un héroe”. 

Con esta nota, desde esta revista, queremos homenajear a los excombatientes de todo el país, que desde 1982 a la fecha jamás han dejado de luchar. #Gracias. 

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