Emprender como sinónimo de superar los miedos y salir de la zona de confort
GENERAL24/04/2021María del Carmen Ruiz DíazMaría Silvia González comenzó desde muy chica a interesarse por la venta de distintos productos como bijuoterie y prendas de vestir. Conforme iba creciendo, fue animándose a armar un local de venta de ropa en el frente de su casa, allí en su Empedrado natal (ciudad distante a 40 kilómetros de la capital provincial). Y así, casi sin querer el emprendimiento fue creciendo a partir de su decisión y buen gusto a la hora de saber dónde y qué comprar, teniendo en cuenta los gustos de sus clientes.
“Cuando empecé, me organizaba y viajaba a Buenos Aires para comprar las ropas eso se mantuvo hasta que arrancó la pandemia, entonces la historia ya fue diferente”, relató la joven a Quintaesencia. Pero antes, varios meses antes de que la humanidad se sitiera jaqueada por un virus que obligó a barajar y dar de nuevo, María Silvia decidió alzar un poco más la vara y trasladarse hasta Corrientes para abrir un local en pleno microcentro.
“Anduve bastante para poder encontrar un lugar que ‘me cerrara’”, contó. Y es que ella tenía en claro que quería un lugar que estuviera bien ubicado. Hasta que ese lugar apareció. “Cuando vi el lugar, supe que quería que fuera ese, no sólo por la ubicación, sino por las dimensiones y demás. Era ese”, resumió. El lugar en cuestión está ubicado en San Juan 869 y es donde la sucursal Corrientes de Las Bartolas, “vio la luz”.
Pero hasta que ese momento llegara, María Silvia debió realizar otros cambios en lo personal, atravesar otros procesos. "La decisión de abrir un local en Corrientes la tomé hace 5 años aproximadamente. Comencé a darle vueltas a la idea pero tenía mucho miedo porque era algo nuevo, diferente, y porque además, iba a estar lejos de mi familia que siempre estuvo a mi lado, siempre me acompañaron y contuvieron", contextualizó.
Después de muchas idas y venidas, finalmente se decidió. "Y no fue fácil, aún hoy no es fácil porque tengo un vínculo muy cercano con mi familia. Me vine a vivir sola y a abrir el local. Todo fue doblemente difícil porque tenía que ocuparme de todo y lejos de los afectos", contó. No obstante, dijo que hacía lo imposible para pasar los fines de semana en Empedrado.
"Cuando se empezó a hablar de las restricciones y todo lo que iba a significar el aislamiento por la pandemia, no dudé, cerré el local y me fui a mi casa", relató. Tener que poner freno a sus actividades, también la llevaron a mirar desde otra perspectiva tanto el emprendimiento, como también la posibilidad de poner bajo la lupa las características de las clientas de cada local.
"Tanto a mi hermana (a cargo del local en Empedrado) como a mí, nos permitió darnos cuenta las preferencias en las prendas que tienen tanto en una como en la otra ciudad. Entonces, a la hora de hacer un balance, hasta podría decir que fue beneficioso porque pudimos ver todo de otra manera", rememoró.
Pasados los primeros tres medes de aislamiento obligatrio, María Silvia volvió a Corrientes y reabrió el local. "Por supuesto, todo fue diferente porque ya no podía viajar a comprar, pero empecé a contactarme con otros proveedores y de a poco, fuimos viendo que también podía ser un cambio para mejor", dijo.
Más allá de que sigue extrañando y necesitando a sus afectos en la cotidianeidad, la joven emprendedora dijo que se siente feliz por cada uno de los pasos dados. "Porque pude ir comprendiendo que al convertirme en mi propia jefa, tenía que asumir un sinfín de responsabilidades, pero también los beneficios que puede traer. Sin embargo, si estuviera trabajando en relación de dependencia, mis posibilidades de crecer desde el punto de vista personal y económico, seguramente sería limitado. Con mi negocio, siento que si hago las cosas bien, el límite lo puedo poner yo", concluyó. Es, tal vez, la claridad que permite soñar y cumplir los sueños.
Para saber más sobre las prendas que comercializa el local de María Silvia, pueden ingresar a la cuenta de Instagram: Las Bartolas Store.