Herramientas para gestionar los días grises

COLUMNISTAS02/02/2025Redacción QuintaesenciaRedacción Quintaesencia
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Todos atravesamos momentos en los que la tristeza parece instalarse como una sombra persistente. En esos días, encontrar maneras de gestionar las emociones puede marcar la diferencia entre quedarnos atrapados en el desánimo o dar pequeños pasos hacia la luz. Ante esta realidad, surgen preguntas inevitables: ¿qué podemos hacer cuando la tristeza nos invade? ¿Qué estrategias tienen verdadero impacto en nuestra estabilidad emocional?

La tristeza, como señala el psicólogo Martin Seligman, pionero de la Psicología Positiva, no es algo que debamos suprimir o evitar a toda costa. Por el contrario, esta emoción puede ser un llamado a reflexionar sobre lo que verdaderamente importa en nuestra vida. Sin embargo, cuando se prolonga, necesitamos herramientas prácticas para afrontar el desafío.

Una de las estrategias más efectivas es recurrir al movimiento físico. “El ejercicio regular no solo mejora nuestra salud física, sino también nuestro bienestar mental, al liberar endorfinas y reducir los niveles de cortisol”, explica John Ratey, autor de Spark: La nueva ciencia revolucionaria del ejercicio y el cerebro. En mi caso, una caminata tranquila por el parque o una clase de yoga se convierten en un bálsamo para mi mente. Estos momentos no solo me conectan con mi cuerpo, sino que también me regalan un espacio para estar conmigo misma.

Otra herramienta poderosa es la práctica de la gratitud. Puede parecer simple, pero elaborar una lista de tres cosas por las que estamos agradecidos, como propone el investigador Robert Emmons, tiene un efecto transformador. Este ejercicio me recuerda que, incluso en los días más oscuros, siempre hay algo por lo que sentir gratitud, desde la calidez del sol hasta el apoyo incondicional de un amigo.

La conexión social también desempeña un papel clave. Tal como sugiere Brené Brown, investigadora y experta en vulnerabilidad, compartir nuestras emociones con alguien en quien confiamos puede ser profundamente sanador. Hablar con un ser querido no solo nos alivia, sino que también fortalece los lazos que nos sostienen en los momentos difíciles.

Una actividad que personalmente encuentro invaluable es escribir. Como destacaba Julia Cameron en El camino del artista, volcar nuestros pensamientos en un papel nos permite ordenar las emociones y encontrar claridad. En mis días grises, escribir se convierte en un refugio donde puedo explorar mis sentimientos sin juicio.

Finalmente, la naturaleza tiene un efecto reparador innegable. Estudios como los de Yoshifumi Miyazaki, sobre el shinrin-yoku o “baño de bosque”, demuestran que pasar tiempo en entornos naturales reduce el estrés y mejora el estado de ánimo. Dedicar tiempo a observar los árboles, escuchar el canto de los pájaros o simplemente sentir el viento en el rostro puede ser una manera sencilla pero poderosa de reconectar con el presente.

En última instancia, superar la tristeza no se trata de buscar soluciones rápidas o de pretender que todo está bien. Se trata de aprender a convivir con nuestras emociones y de encontrar estrategias que nos ayuden a avanzar un paso a la vez. Como decía Viktor Frankl, autor de El hombre en busca de sentido: “Cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”.

La próxima vez que te encuentres en uno de esos días grises, recordá que pequeñas acciones pueden tener un gran impacto. Caminar, escribir, compartir, agradecer o simplemente respirar profundamente en medio de la naturaleza son actos que te ayudan a reencontrarte contigo mismo y a transformar el desánimo en un puente hacia el bienestar.

La autora de esta columna es periodista, comunicadora social y mentora de desarrollo personal. Podés seguir en su perfil de Instagram mdelcruizdiaz.

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