Amor y salud: cómo las emociones afectan nuestro corazón

El amor no solo es un motor de emociones, sino también un fenómeno que repercute en nuestra salud. Enamorarse, ilusionarse y vivir el afecto con intensidad genera cambios en nuestro organismo que pueden ser beneficiosos. Sin embargo, el desamor o las pérdidas emocionales también pueden provocar efectos negativos en el corazón. Desde la Federación Argentina de Cardiología (FAC) destacan que una vida afectiva equilibrada puede mejorar la salud cardiovascular, mientras que los episodios de estrés emocional pueden poner en riesgo nuestro bienestar físico.

Cuando el amor duele: el síndrome del corazón roto

Las emociones fuertes pueden desatar respuestas inesperadas en el cuerpo. Cuando una persona atraviesa una pérdida afectiva significativa, ya sea por una ruptura amorosa, un duelo o un evento de alto impacto emocional, puede experimentar lo que la medicina denomina síndrome del corazón roto.

Este fenómeno, identificado por primera vez en Japón en la década de 1990 bajo el nombre de Tako-Tsubo, provoca síntomas similares a los de un infarto. La médica Rosa Ruffa (MN 52316), cardióloga y miembro de la FAC, explica: “El dolor en el pecho, la dificultad para respirar, los mareos y la fatiga son signos comunes tras una experiencia emocional intensa. Aunque en la mayoría de los casos estos síntomas desaparecen, el impacto en el sistema cardiovascular puede ser considerable”.

Si bien el síndrome del corazón roto suele ser reversible, es importante prestarle atención a las señales del cuerpo. En caso de persistencia de los síntomas, es recomendable acudir a un especialista. Mientras tanto, existen estrategias para mitigar el impacto emocional sin comprometer la salud del corazón: “Expresar lo que se siente, rodearse de personas de confianza, realizar actividad física moderada y evitar el aislamiento son herramientas clave para superar un duelo afectivo de manera saludable”, agrega Ruffa.

“El dolor en el pecho, la dificultad para respirar, los mareos y la fatiga son signos comunes tras una experiencia emocional intensa. Aunque en la mayoría de los casos estos síntomas desaparecen, el impacto en el sistema cardiovascular puede ser considerable”.

El amor como aliado del corazón

Por otro lado, el amor también puede ser un gran protector de la salud cardiovascular. Según la doctora Silvia Lopresti (MN 116286), cardióloga y miembro de la FAC, “el enamoramiento desencadena reacciones químicas que benefician al corazón y al sistema circulatorio”.

Algunos de los beneficios del amor en el organismo incluyen:

Mejora en la circulación sanguínea: el enamoramiento estimula la liberación de dopamina y oxitocina, hormonas que favorecen la dilatación de los vasos sanguíneos, reduciendo la presión arterial y promoviendo una mejor circulación.
Disminución del estrés: las relaciones afectivas sanas reducen los niveles de cortisol (hormona del estrés) y aumentan la serotonina, mejorando el estado de ánimo y generando sensación de bienestar.
Mayor estabilidad cardíaca: al experimentar emociones intensas como el afecto y la seguridad en el vínculo, el corazón mantiene un ritmo más estable y armonioso.
Cómo cuidar el corazón en todas sus dimensiones

La conexión entre el bienestar emocional y la salud cardiovascular es innegable. Desde la FAC enfatizan la importancia de atender tanto el aspecto físico como el emocional del corazón. “Una relación amorosa sana genera bienestar, pero si atravesamos un episodio de desamor, debemos escuchar nuestro cuerpo y buscar estrategias para recuperar el equilibrio”, subraya Lopresti.

Cuidar la salud del corazón implica prestar atención a los vínculos, aprender a gestionar el estrés emocional y buscar espacios de contención cuando sea necesario. Las emociones tienen un impacto profundo en nuestro organismo, y comprender la relación entre mente y cuerpo nos permite transitar cada etapa de la vida con mayor conciencia y autocuidado.