El mundo de los “Patrones del Mal”

COLUMNISTAS08/09/2024Redacción QuintaesenciaRedacción Quintaesencia
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“Cuando se castiga a un inocente, nace un malvado”.
(Víctor Hugo-maestro de las letras francés 1802/85) 

La psicopatología de hoy da la razón a H. Ey cuando menciona que las personalidades psicopáticas tienen como característica central la “maldad moral”. En mis años de estudiante me costaba entender esta definición tan clara. 

Hoy observo diversos “Patrones del Mal” (mentando los diversos Pablos Escobar vernáculos) que se apoderan de territorios y personas ejercitando esa “Maldad Moral” que menciona el gran psiquiatra francés en su Tratado de Psiquiatría y que Víctor Hugo desde la Literatura menciona como el nacimiento de los malvados castigando a inocentes. 

Todo es negociable en este mundo perverso: venta de drogas, pedofilia junto al consumo, utilización de mujeres como parte de la venta de sustancias, connivencia con poderes legales y transformándolo en ilegales a los fines de ejercitar sus negocios, el juego, prestamos usurarios con extorsiones varias, expertos en manejos del marketing y de la opinión pública, etc. Es la industria del mal. 

Las historias de los pacientes están llenas hoy de estos sujetos que practican la “maldad moral” sin ningún tipo de remordimientos y que se apoderan desde niños, jóvenes, y en su accionar venden hasta criaturas para satisfacer su necesidad de crac., por ejemplo. 

Una iglesia abandonada en un barrio de la ciudad de Buenos Aires sirve como “aguantadero” de consumo y también de venta de sexo siendo regenteada por lo que llamamos un “Patrón del Mal” y es probable que esa Iglesia ya pertenezca a un “tiempo otro y perdido”. Inés queda presa ahí y me relata con dolor esa etapa de su vida. 

Esa paciente me relata como un “patrón narco” manejaba esa Iglesia y ahí vivía un mundo siniestro. Mundo siniestro que ocultaba un incesto vivido a espaldas de la madre que la violencia del opresor la obligaba con temor y violencia a guardar el secreto. 

Un año entero estuvo ahí mientras la madre trabajaba. Padres perdidos circundan la vida de Inés y buscando un refugio se aliena en un mundo de paredes sagradas hoy al servicio de la destrucción. 

“El totalitarismo blando” 

Todo esto parece ser el signo de la destradicionalización que en Occidente permite reine el “Totalitarismo Blando” (concepto de A. Arendt) de los que imponen y rentan con gran plusvalía un modo de vida alienado y mortífero.  

Para ello habrá que derribar todo lo antiguo como perimido, pero así el hombre así quedará solo encerrado en el reino del individualismo de una sociedad anómica (anemia de normas). 

La transmisión deriva de “tradens” Tradición y sin transmisión no hay cultura y no hay Hombre posible. Es aquello que Hegel mencionaba simbólicamente como sucediendo entre abuelos, padres e hijos en el “Discurso de Jena” mentando que era el pasaje 

de notas de vida entre generaciones, base esta de un vivir posible desde la familia, la escuela y toda la base de la cultura territorial. 

La adoración al “Santísimo Sacramento” de otrora es ya lejanía y hoy el “Santísimo Paco” es la pócima deseada en esa Iglesia tomada pero abandonada porque como dijo el célebre cura de Ars: “Dejad a una parroquia sin un cura y veras lo que sucede” (1786-1859-Francia). 

Las drogas están dentro de la “batalla cultural” que parece librarse en Occidente y parece cierto aquello que menciona Rod Dreher en Vivir sin Mentiras (2020): “…es posible que las familias no estén interesadas en la guerra cultural, pero la guerra cultural está interesada en ellas”.

Ni Gramsci (neomarxista que pregonaba que el Occidente no caerá por la lucha de clases sino por la caída de los fundamentos de su cultura) lo hubiera visto tan fácil o como decía Marx que todo “lo sólido se desvanecerá en el aire”.  Sobre un telón de muerte unos y otros están en esa Iglesia abandonada para desaparecer algunos, morir otros. 

Inés eligió salvarse; con daños evidentes en su sistema cognitivo, psicológico y cerebral y está con nosotros luchando esperanzadamente por su verdadera Libertad y además develando los secretos familiares o sea llegando a la verdad de su “sí mismo”.  

La droga reina y en el altar de los sacrificios mientras miles se inmolan en una sociedad que tiene características que invitan al “Totalitarismo Blando” del drogarse. No hacen falta Tiranías solo el “Totalitarismo blando” que nos enseñara Orwell en “1984” (obra magna) en donde “dos más dos son cinco” porque el sentido común queda a un costado en aras de lo relativo que implica la deconstrucción de la realidad. 

En su libro la “Decadencia de la Sabiduría” Gabriel Marcel (filósofo francés excelso en sus pensamientos en el siglo XX) nos enseñaba que la Sabiduría era solo el sentido común. El Totalitarismo Blando desafía al sentido común y lo confunde con el relativismo de lo opinable incluso el morirse drogándose sería el acto sublime de la Libertad.  

Incluso en el idioma gramsciano el sentido común es solo una construcción cultural y que habrá que “de-construir” (palabra hoy muy usada en ciertos circuitos intelectuales) para mostrar su antigüedad cultural. Nada remite a la esencia del vivir todo es una construcción cultural. Así drogarse es sinónimo de Libertad no entrada en la esclavitud cuando nosotros vemos a la adicción como una patología de la Libertad. 

Incluso el que se droga en este Totalitarismo Blando es un ser que ha elegido la libertad y nos venden el Goce como lo excelso (el placer llevado a su máxima expresión es el engaño hacia la muerte). Lo ilimitado nos muestra precisamente nuestro limite. 

Respetar los límites de nuestra Naturaleza es signo de Salud Mental. Todo esto es relativo para este pensamiento que reina en el llamado antiguamente Occidente. 

Al lado del Goce como el éxtasis final y deseado se privilegia lo dinerario en el juego de imágenes y del espectáculo que son la Parafernalia de esta sociedad Posmoderna triste y abúlica como la que al final cosecho Inés que en última instancia llegan a un “Hombre Químico” que desafía los limites naturales de la organización cerebral y de todos los sistemas metabólicos y que en su momento decretaran el fin de esta aventura en donde la insensatez fue la Teoría pontificada. 

Inés me relata como el templo otrora visitado por creyentes hoy se ha transformado en conjunto de abúlicos y/o exaltados que viven en un “autismo” toxico. Sus vidas transcurren entre las abstinencias en donde los diversos Patrones del Mal distribuyen 

imponiendo condiciones las dosis y un cierto “para-mundo” que viven cuando reciben la sustancia que dura poco y cada vez más poco hasta la próxima dosis. 

Mundo de suicidios diferidos en donde se trata de colmar hasta el ras los agujeros de una vida sin sentido ya que el sentido deriva de una transmisión faltante (tradición-tradens).  

La des-familiarización creciente completa este cuadro de eutanasia social en donde desde las discapacidades de jóvenes hasta la muerte final es cosa que vemos todos los días.  La des-familiarización (objetivo clave para el Totalitarismo Blando) asegura la borrosidad de todos los límites de contención tan necesarios para todos los jóvenes. 

Hombres y mujeres sin apellido o que aborrecen ese apellido que alguno les dejo se transforman merced a la vida que llevaron y a la historia que repudian de sus ancestros a quienes en algunos casos ni conocen van, así, siendo seres anónimos, con identidades falseadas y en ese anonimato van quedando reducidos al arbitrio de otros. Viven la vida de los condenados. 

La desvinculación creciente de la Sociedad con “Estados fallidos” por doquier lleva a la desarticulación de los vínculos sociales y forman un “Hombre químico a la Intemperie” con una “Hipnopedia” (otra vez apelo a Orwell en donde la sumisión hipnótica suplanta a la lucidez de la conciencia) como forma de control social (una mentira repetida muchas veces durante semanas se transformará en Verdad). 

Así surgirá el ser Anónimo, un Robot humano, un ser en serie en términos de Sartre pero que por ahí será un Hombre técnico, pero no para los grandes inventos sino para manejar con presteza una “Play Station” o los diversos sitios de Internet. 

La cultura de la cancelación   

Triunfante hoy este modo de vivir se necesita de una cultura y una mercadotecnia con una reingeniería social de base que sean el sustento.  

Hoy se la llama la cultura “woke” (del despertar) en donde se cancela todo aquello que impida el triunfo de esta concepción. 

Mathieu Bock Cote -sociólogo canadiense -hoy se refiere a esto con su libro “la Revolución Racial”. Todo el mundo debe hacer penitencia y agachar la cabeza ante el pensamiento decretado como políticamente correcto. 

La cultura de la cancelación (“cultura del woke”) es una rama pujante del llamado pensamiento político correcto que abarca todas las estructuras del pensamiento que basaron Occidente (desde las drogas, la eutanasia, la familia, la política de natalidad y sexual, el racismo de los blancos, etc.). 

Se derriban estatuas, se proscriben libros y atacan los grandes monumentos clásicos de la literatura, se demonizan a personajes y las palabras “opresión”, “odio”, “racismo”, “discriminación” son parte del vocabulario que se repite hipnóticamente como verdades concluyentes en la lógica amigo-enemigo. Hay que reeducar por completo a la población, deconstruir sus prejuicios y los pueblos occidentales son una categoría contrarrevolucionaria para liquidar. 

Rod Dreher-periodista y escritor norteamericano (estudioso de la cultura de la cancelación” woke” en su libro “Vivir sin Mentiras), toma de Hannah Arendt la noción de “totalitarismo blando”. Al totalitarismo blando no solo le interesa el Poder político sino el “alma” de las personas, su mente y el control de toda actividad humana, basado más en la manipulación psicológica que en la violencia abierta.   

Horizonte nublado pero esperanzador 

Este totalitarismo blando necesita de una población adormecida y anestesiada. Una parte la hará la ignorancia y el fanatismo y otra parte la harán las drogas. 

Cuanto más aumenta el consumo más “Fallidas” son las comunidades para controlarlas porque el dinero en una cultura dineraria o la amenaza de muerte a quienes se oponen o el silenciamiento de sus opiniones operan como un bálsamo mortífero. 

Recordemos al apresado narco cuando aquel fin de semana en Rosario la Jueza le pregunta su profesión:” contratar sicarios para disparar sobre jueces”. Es que también la cultura de la cancelación al condenarnos al relativismo hace surgir una pléyade enorme de personalidades antisociales que aumenta incluso por los daños cerebrales en los centros neuro-morales del sistema nervioso (corteza prefrontal). 

Nuestro continente está jaqueado por países productores (Colombia duplico su producción y agrego opioides), Bolivia es productor de cocaína, Perú, además fuerzas de choque controlan provincias en diversos países caribeños. México es productor de todo tipo de drogas. Afganistán es hoy una invitación a la exportación de todo tipo de opioides en la situación que se halla. 

En Europa crecen por doquier los laboratorios de drogas sintéticas. Pero es la cultura de la cancelación lo que va a favorecer el avance de todo esto. Toda propuesta preventiva va a ser rechazada e incluso la evidencia de los daños sociales, familiares y personales que ocasiona el consumo. Negar la evidencia forma parte de la cultura de la cancelación. 

Ya hay muchos en el mundo que se resisten a este mundo de orfandad e intemperie y este -creo-es el germen de la reacción y de la esperanza. 

El columnista es Director General de GRADIVA - Rehabilitación en adicciones.

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