Las habilidades mentales en el rendimiento deportivo

El deporte como práctica, forma parte de nuestra cultura. En tal sentido, la psicología del deporte, abarca la actividad física no competitiva, el deporte infantil y el deporte de alto rendimiento y se ocupa de los aspectos psicológicos que influyen en el comportamiento del deportista, los entrenadores, los directivos, los árbitros, los padres de los deportistas, los espectadores y cualquier otra persona relacionada con el mundo del deporte. 

Sabemos que el deporte es una de las pertenencias básicas que permanece a lo largo de la vida de un ser humano, además de otras como pueden ser la familia, el barrio, la escuela o el colegio, el club, el trabajo, la profesión. 

Según sea la modalidad: de grupo o individual, la práctica deportiva posibilita no sólo el despliegue de habilidades desarrolladas a través del juego sino también la posibilidad de encuentro con otros que comparten sus caminos y aprendizajes en la construcción de vínculos para toda la vida. Y es en éste devenir, donde las habilidades mentales cobran relevancia como atributo de la resistencia mental – pre-requisito para el éxito deportivo -La resistencia mental, también entendida como fortaleza mental, se define como la capacidad de concentración, la posibilidad de recuperarse ante el fracaso, la capacidad de afrontar la presión, de persistir frente a la adversidad y la entereza.

Hoy por hoy, el deporte conlleva múltiples beneficios a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Y sea la modalidad que la práctica abarque, el deporte nos invita a conectarnos con el placer y la capacidad de disfrute, nos permite aliviar tensiones, canalizar emociones, superar desafíos, desplegar el pensamiento, internalizar reglas, convivir con otros, una gran oportunidad para equivocarnos, resolver problemas, crear y encontrar nuevas formas de relacionarnos. Aprender la cooperación en tanto y en cuanto se la ejercite. Además de la observancia en situaciones de competencia tales como el nivel de habilidades interpersonales, la motivación, la capacidad de concentración, cualidades de control y dirección como la organización del juego, las destrezas en acción, el autocontrol, la anticipación de jugadas, entre otras. 

En este proceso, la evaluación psicológica es una herramienta fundamental ya que ayuda a identificar fortalezas y debilidades en el deportista para luego implementar un programa de entrenamiento adecuado, individualizado y específico para cada uno. 

Si te interesa conocer más del tema u obtener mayor información sobre programas, talleres, asesoramiento y/o demanda individual, te podés comunicar al número 3795 – 113271. 

Adriana Virgilio es Psicóloga - MP. 483, certificada en Psicología del Deporte Enfoque Gestalt