Trabajo con jóvenes desde 1996, cuando comencé con esta profesión de ser entrenador, habiendo terminado mi curso nacional varios años antes…
Hoy, 26 años después las diferencias son abismales.
El desarrollo físico y técnico con su metodología sufrió cambios, principalmente en dos aspectos:
Procesos fisiológicos basados en ciencias médicas y anexas con la psicología, la nutrición y la fisioterapia.
Tecnológico: ¿Qué podemos decir del poder de la modernización del deporte, sus materiales, comenzando por el calzado y la indumentaria? Basta mirar el fútbol con el VAR, una burla la esencia del juego.
Y así, podemos detallar el podómetro, el cardio, los watios y cuanto más dinero dispongas más acceso vas a tener.
Pero el cambio del que todos hablamos y no decimos nada es de la personalidad, el carácter y la ambición del joven.
Los tiempos cambian y, según el dicho: “Tiempos pasados fueron mejores” y, quizás tengan razón.
Pero vamos a jugar con la imaginación, pensemos en dos espejos uno a la derecha que podamos ver el año 2000 para no ir tan atrás, el otro a la izquierda, en el presente 2022 y un chico en el sendero que los separa.
Su mirada al 2000 sería, jugar, estudiar, competir, respetar, aceptando normas y roles y con fuertes objetivos personales.
Padres conscientes y socialmente responsables de los tiempos y sus desafíos.
Cambiemos de lado, de espejo, miremos el opuesto el 2022, 22 años después.
Pasamos la pandemia con toda una experiencia sufrida, pero enriquecedora sin dudas, de la que aprendimos, si de verdad te interesa aprender.
¿Qué vemos? Chicos sin el juego, deleitados por la cibervida que le entra por todos lados, se olvidaron del cuerpo y sus virtudes que deben saber mantener y mejorar porque ese cuerpo debe durar muchos años mas y cada vez son más.
¿Pero qué pueden ver de sus padres? Conflictuados, separados y con nuevas familias formadas. Pero lo esencial y real cambio: “Aceptar los errores e incumplimientos de sus hijos y catalogarlos como justos y justificables”.
Y se esfuman los espejos, solo queda el joven al desnudo parado en una nada de principios sin aceptar sus responsabilidades, reglas, sostenidas por sus padres en una nada de vida.
Sin pensar que la vida es un entrenamiento diario y el resultado un futuro saludable.
Cambiaron los roles, hoy el entrenador pasó de ser un formador al causante de insospechados traumas y frustraciones, cuando en realidad somos profesionales, formadores de personalidades, cumplidores de sueños y agentes sociales de éxito, somos padres, madres sustitutas, de padres y madres bilógicas en stop o bien en reversa funcional.
Quizás la próxima hable de mis experiencias personales, por ahora les dejo abierto el debate, ¿estoy en la cierto?
Quiero escuchar a padres, madres, hijos, atletas, entrenadores colegas, ¿se sienten un poquito identificados?
El libro de la vida está escrito con letras de oro desde la cuna, pero depende de que tan buen minero eres y trabajes tus vetas para que lo siga siendo hasta el fin de tus días.
Este columnista es entrenador Principal Equipo Oficial y Coordinador General de Remo del Club de Regatas Corrientes.
Los encontrás en Instagram como harrisgonzalezescobar y en Facebook, como Washington Gonzalez Escobar.
Si te gustó esta columna, ¡podés colaborar haciendo clic en la imagen!
Somos un medio autosustentable que cuenta historias y visibiliza acciones que promueven un cambio social.