Depresión y ansiedad en tiempos de pandemia, dos problemáticas a atender
GENERAL15/01/2022María del Carmen Ruiz DíazMuchas de las consecuencias del aislamiento a raíz de la pandemia del Coronavirus, se manifiestan en la salud física, pero otras hacen mella en la salud mental. De ellas poco se habla, al igual que el daño que generan y cómo se pueden prevenir. Para conocer más detalles de las patologías que se pueden generar, Quintaesencia entrevistó al médico psiquiatra Eric Wainwright, del Servicio de Salud Mental del Hospital Británico de Buenos Aires.
"Hay mucha información sobre ansiedad, depresión y demás por redes sociales que, en muchos casos, no son acertadas. Ante esta situación, es necesario buscar fuentes serias sobre el particular", dijo el especialista en el inicio de la charla telefónica. Para agregar que también es una realidad de que en Argentina todavía se cuenta con muy pocos datos y estudios que "nos permitan contar con un panorama sobre el particular".
Ante la consulta de qué manera el entorno puede detectar que una persona se encuentra atravesando un pico de ansiedad o un cuadro depresivo, el psiquiatra indicó que el cambio de conducta es uno de los principales indicadores. "En este punto es necesario dejar en claro algunas ideas. Por ejemplo, cuando una persona dice: 'Estoy triste, estoy deprimido', no es correcto porque se debe analizar cómo se desenvuelve en la vida diaria. Pero, si se detecta que una persona responde o desarrolla sus actividades a una velocidad menor, al igual que su fluidez mental o no disfruta las cosas como antes, ahí sí tenemos que pensar en un cuadro depresivo", puntualizó.
Por otro lado, Wainwright dijo que es necesario diferenciar los síntomas de una depresión a los de una ansiedad. "Una persona que atraviesa un cuadro de ansiedad, tienen manifestaciones de inquietud, preocupaciones excesivas, en tanto que en el depresivo menguó su capacidad de disfrute de cualquier tipo de actividad, además de las conductas funcionales y una tristeza marcada", remarcó.
En cuanto a la ansiedad, hizo hincapié en que "el concepto cardinal es la preocupación excesiva, son esos pacientes que prevén una catástrofe inminente en relación a cualquier tema. Estos también están acompañados por síntomas físicos como la tensión excesiva, incapacidad de relajarse, trastorno del sueño y de la conducta alimentaria, además de digestión lenta y taquicardia, entre tantos. Todas estas alteraciones influyen en forma negativa sobre el sistema inmune, y esto, es lo que más nos debería alarmar en este periodo de epidemia".
Una persona con un cuadro depresivo pierde su capacidad de disfrute en todas las actividades que le resultaban placenteras.
¿Cómo ayudar?
Una vez que todos estos puntos son analizados, la siguiente pregunta al médico psiquiatra fue cómo se puede ayudar cuando algunos de esos síntomas son detectados en una persona de nuestro entorno, a lo que respondió: "Ante todo - por supuesto- consultar con un médico como para iniciar un proceso de acompañamiento. Pero también, si esa persona tiene antecedentes de depresión, es trabajar en la prevención. Y entre otros puntos en los que podría hacer foco es una dieta equilibrada para asegurar que no va a haber tantos trastornos digestivos ya que en medicina y psiquiatría, hablamos de círculos viciosos porque, por ejemplo, la ansiedad altera la digestión y a su vez, la digestión alterada también evita el manejo de las emociones", remarcó Wainwright.
Cambios de rutinas
El médico explicó además que otro de los grandes trastornos que tuvieron lugar como consecuencia del aislamiento, está relacionado con el sueño. "Es muy alto el porcentaje de personas que está padeciendo las consecuencias de haber alterado las horas de sueño. Por ejemplo, de dormirse a las 12 de la noche como muy tarde, lo hacían a las 3 de la mañana porque se quedaban viendo maratones de series, por ejemplo. Esto, a su vez, provoca una alteración en el sistema inmune porque se ve afectado el normal funcionamiento de las hormonas ya que, por decirlo de alguna manera, por la noche se da el reseteo normal de aquel sistema", agregó.
Por otra parte, el especialista en salud mental indicó que otro de las grandes consecuencias de la pandemia es la adicción a la tecnología, lo cual también trae aparejado el sedentarismo. "Estudios realizados en los países bajos señalan que es altísimo el porcentaje de habitantes que lo padecen, y aquí -una vez más-, la mejor recomendación es la actividad física, en especial aquella que sea relajante y tonificante, no aquella que genera un estrés por exceso de esfuerzo", señaló.
Por otra parte, también hizo un apartado especial a la actividad artística que por lo general no es tenida en cuenta, "pero que está muy asociada a la salud mental, razón por la cual es necesario promoverla y que ocupe un lugar".
La actividad artística también debería ser promovida para evitar cualquier crisis en la salud mental.
Finalmente, el médico señaló que hay muchísimas personas que poseen alguna de todas estas condiciones de riesgo y que no lo saben, razón por la cual también es muy importante que el entorno familiar pueda recomendar e invitarlo a realizar alguna de estas actividades para prevenir ya sea la depresión o la ansiedad, entre otras enfermedades mentales.
Sin dudas, el estar atentos a los propios pensamientos y cambios de conducta, como también observar a nuestros seres queridos, puede ser punto de inflexión y hacer la diferencia para ayudar y generar cambios.