“Antes la gente buscaba bajar de peso, ahora busca un cuerpo sano”
VIDA SUSTENTABLE21/08/2021Josefina EchezárragaSheila y Gaby son amigas, nutricionistas y socias en emprendimientos que buscan aportar a un cambio de sentido sobre la alimentación. Quintaesencia, las entrevistó para conocer más sobre los cambios que se fueron acentuando en el último año y que tienen como eje central la nutrición de calidad, vista como un todo.
Sheila Berg (35) es oriunda de Roque Sáenz Peña (Chaco) y Gabriela Fank (36) de Puerto Rico (Misiones). Desde el 2004, viven en Córdoba donde la "casualidad" hizo que una silla vacía alado de Gaby en el primer día del cursillo de ingreso a la Universidad Nacional de Córdoba, las uniera. Ambas nos cuentan su historia, la actual que las hizo emprendedoras creando Aloha, una tienda de alimentos saludables que comienza a crecer como marca registrada en el mercado, y también en aquello que emprenden a futuro. En esta entrevista vamos a aprender la raíz de por qué, es importante una alimentación adecuada y sobre todo poner el acento en el cambio de mirada sobre la nutrición.
La charla se da por videollamda, ambas socias están en una finca en Colonia Caroya, es que allí se gesta el próximo proyecto.
¿Cómo nace Aloha? ¿Con qué objetivo?
Sheila: Veníamos de experiencias de sociedades en las que la cosas no habían resultado como esperábamos, yo trabajaba en una dietética que la iban a vender, andaba bien pero los dueños no la querían más, así le propuse a Gaby comprarla, fue bastante rápido fuimos al banco nos aprobaron créditos, Gaby venía trabajando el nombre de Aloha hacía un tiempo, asi que todo fluyó bastante rápido.
Gaby: Hoy lo contamos así rápido, pero claro en el medio hubo miedos y cosas difíciles, pero ahí estábamos las dos con nuestra primer dietética. El objetivo siempre fue vender alimentos que ayuden a una buena alimentación, seguir con el consultorio de asesorías, pero un día llegó la especialización en alimentación vegano y vegetariana, ahí nomás nos empezamos a dar cuenta que mucha gente llega al local pidiendo productos para bajar de peso, pero en realidad, veíamos que había mucha falta de información. Contar con un local, nos permitió tomar contacto directo con la gente ver que estaba pasando y como podíamos aportar. Así se fue dando que comenzamos a educar también en el cuidado del medio ambiente, primero con carteles, luego ya les pedíamos que lleven sus tuper o bolsitas reutilizables. Al principio costó, pero la verdad es que sabíamos que era cuestión de costumbre y que estábamos ayudando mucho al cuidado del ambiente. También crecimos, nuestro primer Aloha tiene tres año y el segundo, esta cerca de cumplir su primer año.
Hablan de nutrición consciente, ¿qué significa hacernos conscientes de lo que comemos?
Sheila: Comenzamos a ver que la gente que llegaba con dietas muy estrictas, veíamos mucha desinformación o mucho exceso de información, caían a la “diete” con muchas dudas. Nos empezamos a dar cuenta que las personas que están dietando durante mucho tiempo, están en un círculo donde la alimentación pasa a un lugar que no está bueno. Entendemos que para alimentarse bien, primero hay que alejarse de la información de mala calidad y en algún punto, es igual con lo que comemos, hay que alejarse de los alimentos de mala calidad. Cuando nos llegan pidiendo de esos polvitos mágicos o pastillas, ahí nomás tenemos que comenzar a hablar de la importancia de hacernos conscientes de lo que comemos. No hay magia en el cuidado del cuerpo, hay que hacerlo y saber que estás comiendo y para qué.
Gaby: Estamos hablando de un proceso, que hay que llevar adelante desde distintos lugares, nos empezamos a meter en distintos ambientes, donde se habla de alimento real, evitar uso de aditivos, conservantes, ir menos al supermercado, esa es la nueva nutrición.
¿Qué pasó en el último año?
Gaby: La pandemia hizo que la gente se comience a preocupar más por lo que estaba comiendo, tenía más tiempo y también hubo un poco de apuro por levantar las defensas. Comer fue un tema central, el que podía comenzó a hacer su huerta lo hacía, empezó a circular mucha información en redes sociales. Nosotras mismas, entendimos que era también teníamos que salir a dar más información, hablar de los superalimentos, recetas, uso de legumbres.
La pandemia hizo que la gente se comience a preocupar más por lo que estaba comiendo, tenía más tiempo y también hubo un poco de apuro por levantar las defensas.
Sheila: También en hubo una movida muy fuerte en esto del cuidado del ambiente, se dieron varias cosas para que muchas personas comenzaron a mirar que están poniendo en el plato, pero también de donde venía eso, hacerse más preguntas. Todo esto hizo que el camino sea más corto. La gente comenzó a hablar de activismo ambiental, vinieron las quemas, por otro lado, una fuerte movida feminista también que comenzó a poner sobre la mesa varios temas y el veganismo tuvo que dar una fuerte lucha para desprenderse de una campaña de marketing en la que querían hacer creer que era una “moda”, sin dudas mirar para atrás y ver todo lo que ocurrió en el último año de manera individual y colectiva es un motón.
Gaby: Quizá lo más importante es que las personas comenzaron a dejar de lado la idea de bajar de peso, y comenzaron a pensar más en tener un cuerpo sano.
Son muy activas en redes sociales, ¿qué pasa en ese nicho?
Sheila: Entendimos que había mucha desinformación lo veíamos en el local, desde el principio tuvimos redes, pero en el camino nos dimos cuenta que la red del local más que contar qué productos teníamos, debía ser un canal de información, usar todo eso que sabíamos y brindárselo a la gente, gente que capaz nunca llegue al local porque están en otras provincias o en otros países pero que, está buscando información confiable para alimentarse mejor.
Gaby: Nos preocupaba bastante ver que la gente entraba a Instagram para buscar información y que por ahí a nosotras mismas nos pasaba de ver que algunos famosos o hasta médicos, estaban recomendando productos que realmente no eran buenos. Nos encantan las redes, tenemos mucho contacto con nuestros seguidores que cada vez son más, se formó una comunidad digital hermosa. También pasó que decidimos ponernos muy activas con la información sobre cuidado del ambiente, porque entendemos que realmente somos una sola cosa. Cuando cuidamos nuestros recursos, también estamos cuidado el alimento que llega a nuestra mesa.
¿Qué le dirían a alguien que está pensando en comenzar a alimentarse mejor? ¿Qué pasos deben seguir?
Gaby: Es un proceso, hay que pensarlo como sumar alimentos, más que como restarlos. Cuando nos ponemos a mirar, se abre un abanico de alimentos que no sabíamos que existían. Es importante no creerle a la publicidad, asesorarse con profesionales, saber a quiénes quieren escuchar. Comenzar a escuchar a su cuerpo, si hay algo que les cuesta aceptar, no hay que forzarse. Se debe buscar algo que lo suplante y, otra cosa que es muy común, es que la gente cree que debe comer un solo tipo de alimentos, eso no es verdad, debemos aprender a sumar y no a restar, o mejor dicho solo hay que restar los alimentos cargados de químicos, de ultraprocesados, cuanto más paquete tenga más dañito es.
Sheila: Cuando restringís, comienzan los déficits que no están buenos, tu cuerpo te va pidiendo, se invierte el proceso, antes preguntabas que puedo comer, ahora alentamos a escuchar qué combustible me está pidiendo mi cuerpo. Hay muchas cuestiones de salud, molestias, que naturalizamos, ni te ponés a pensar que son cuestiones de alimentación, pero ni bien comenzás a cambiar la alimentación, te das cuenta que desaparecen o disminuyen los dolores y, ahí recién, se hace la relación de la importancia de escuchar a su cuerpo. Las personas a la segunda consulta nos dicen que ya se sienten mejor, con más energía, más alegres, nuestro cuerpo es una máquina perfecta, solo hay que saber que alimentos brindarle.
Ni bien comenzas a cambiar la alimentación te das cuenta que desaparecen o los dolores disminuyen y ahí recién se hace la relación de la importancia de escuchar a su cuerpo.
Animarse a más
El 2021, comenzó para las socias con un nuevo desafío, una finca llena de frutales (uvas y duraznos) en Colonia Caroya (Córdoba), donde instalar un restó y más adelante una posada. Sobre eso también quisimos hablar.
¿Qué es Casa Semilla? ¿Cómo nace?
Sheila y Gaby, no dudan, para responder, se miran sonríen y afirman.
Sheila: Casa Semilla es nuestro sueño, cuando pensamos en lo rápido que se fueron dando las cosas no nos queda más que pensar que este lugar era para nosotras. Algo nos puso acá, junto a Jorge que es el dueño del predio. Sus abuelos llegaron acá hace 120 años y él vivió toda su vida en esta tierra, ahora él nos ayuda mucho.
Gaby: Este emprendimiento es en esencia gastronómico pero, con vistas que sea un espacio donde compartir, donde los grupos de amigos o la familia, pueda venir a comer bien y estar en contacto con la naturaleza. Ahora estamos en el proceso de aprender de todo, desde cómo manejar la huerta orgánica, el proceso de riego sobre todo en tiempos de sequía como el que estamos atravesando ahora, pero realmente es lo que siempre soñamos, un espacio autosustentable, que pueda brindar alimentos de calidad. Acá el municipio está muy involucrado con la movida agroecológica, hay muchos emprendimientos de este tipo, asique estamos trabajando mucho para poder abrir a mediados de septiembre. Será un emprendimiento gastronómico en armonía con el medio ambiente, se va a abastecer con lo que se produce en nuestra huerta y también, con alimentos de emprendedores orgánicos de la zona.
Sheila: Queremos que quienes lleguen a este lugar realmente sientan esa conexión que nos enamora, que un plato condense las infinitas bondades de comer algo sin químicos, recién sacado de la huerta, que quienes nos visiten puedan recorrer los frutales, que puedan estar en contacto con la naturaleza.
¿Quiénes conforman Casa Semilla?
Gaby: Además de Sheila y yo está Leo (novio de Sheila) y Guille (novio de Gaby). Somos el equipo que decidió decirle sí a todo esto y, como decíamos hoy, siempre fue un sueño que por alguna razón se encaminó muy rápido y todo se dio. Además, Jorge, el dueño de la finca, está trabajando a la par nuestra, nos mostró el baúl donde sus abuelos trajeron todas sus cosas, cuando emigraron, todo eso es parte de este emprendimiento que busca reflejar ese trabajo de más de 120 años, cuidando esta tierra con productos libres de químicos y que nosotros hoy, queremos seguir llevándolo adelante.
Amigas, socias, emprendedoras y dueñas de una pasión por educar en una forma de nutrirse que se aleja de las restricciones y se acerca a una forma de alimentarse más amigable con el medioambiente, ambas nos contagian su entusiasmo por conocer más sobre la importancia de un cuerpo sano y en armonía.
“Entendemos primero que la alimentación saludable es un proceso que lleva tiempo, porque tiene mucho de autoconocimiento, es una mirada distinta sobre alimentarnos, estamos felices de ser parte de este cambio de mirada que se está dando, donde las personas están más preocupadas por tener un cuerpo sano que por el peso, eso realmente nos alegra, realmente es un paso muy importante”, coincidieron en afirmar las nutricionistas que, desde Colonia Caroya, se prendieron a una videollamada después de un intenso día de trabajo.
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