Cuidar las semillas nativas y criollas para garantizar la calidad de los alimentos
VIDA SUSTENTABLE31/07/2021María del Carmen Ruiz Díaz“Las semillas son la base de los sistemas alimentarios; significan asimismo cultura, tradición, espiritualidad, cooperación,
abundancia, esperanza y diversidad.”
Declaración Semana Continental de las Semillas Nativas y Criollas del
Movimiento Agroecológico Latinoamericano y del Caribe (MAELA).
Con diversas actividades, agricultores familiares de la provincia de Corrientes junto a organizaciones sociales y organismos públicos relacionados con el sector, celebraron desde el 26 de julio y hasta el 1 de agosto, la Semana Continental de las Semillas Nativas y Criollas. El lema de este año fue “Entrelazando saberes para el buen Vivir” y para ello, la Red Correntina de Agroecología promovió la realización de ferias y encuentros que se desarrollaron en diferentes puntos de la provincia.
“Una de las actividades realizadas se denominó ‘Canasta Viajera de Semillas’, la cual recorrió distintos lugares de la provincia, impulsando el intercambio y la preservación de semillas, además de ser una oportunidad para compartir conocimientos”, contó a Quintaesencia la responsable del área Agroecología y técnica de terreno en San Luis del Palmar y San Cosme de la Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena de la Nación (SAFCI), Lady Bartra.
"Esta iniciativa surgió en el marco de las reuniones organizativas del II Congreso de Agroecología que se realizará del 13 al 15 de octubre, en forma virtual", contextualizó.
Y tal como lo dice el lema de la Semana de las Semillas, que también es compartido por el Congreso, surgió la intención de "entrelazar saberes", razón por la que el punto de partida de las actividades fue la bendición de las semillas que se realiza en el marco de la festividad de Santa Ana y San Joaquín, en la localidad de Santa Ana. "Este evento se lleva a cabo en la comunidad desde hace cuatro años y surgió, por iniciativa de integrantes de la feria Guácaras y de la Secretaría", precisó la técnica de la SAFCI.
La Canasta Viajera inició su
recorrida desde Santa Ana.
Ya con la bendición de rigor por parte de monseñor José Adolfo Larregain, la Canasta Viajera inició su camino por distintas localidades de la provincia con la misión de llevar semillas para que sean tomadas por agricultores de otras zonas y a su vez, estos puedan aportar algunas de las que poseen para así generar un intercambio adaptado a este tiempo de aislamiento social como medida de prevención del Covid-19, en la que aún está sumido el mundo.
"Con esta modalidad buscamos continuar el trabajo de intercambio de semillas que, desde hace bastante tiempo, se realiza entre los agricultores. En especial, la que se concretaba todos los años durante el Encuentro Provincial de Ferias Francas que, en virtud de la pandemia, este año tampoco se llevará a cabo", contó Lady.
De la actividad realizada en Santa Ana participaron integrantes de la feria local, junto a alumnos de la Escuela de la Familia Agrícola (EFA) Tupá Rembiapó, técnicos de la SAFCI, integrantes de la Asociación Provincial de Ferias Francas de Corrientes y del Instituto de Cultura Popular (INCUPO). En este punto, cabe mencionar que la propia presidente de las ferias correntinas, María Antonia Báez, fue una de las custodias de la Canasta Viajera durante gran parte de su periplo.
Desde Santa Ana, una parte de la Canasta viajó hasta San Miguel, donde se realizó una actividad en la que participaron agricultores familiares de la zona, junto con alumnos y docentes de la EFA Ñande Roga, para continuar su recorrida por Mburucuyá, haciendo base en la sede de la Asociación de Productores de Manantiales. También hizo su paso por la EFA Renacer, de Pago Alegre (Saladas) y las ferias de Saladas.
La Canasta también hizo su paso
por Manantiales (Mburucuyá).
La otra parte, se dirigió a Ituzaingó para cumplir la misma misión, que productores de la zona tomaran algunas semillas e incorporaran las que tenían en su haber y culminó su periplo en la jornada de comercialización de la feria franca de Virasoro, la EFA La Unión y el municipio local.
Como parte de todas estas actividades, también se realizó una Mesa de Semillas e intercambio en la sede de la feria Agroecológica de la ciudad de Bella Vista, al igual que en el galpón de las ferias de San Roque. Estas actividades también se replicaron en el marco de la jornada de comercialización del Mercado de la Agricultura Familiar de Goya, en la feria de Santa Lucía, en Esquina, Colonia Liebigs, San Cayetano y también en Capital.
Para Lady, fue fundamental el trabajo de articulación entre las instituciones que promovieron estas acciones, “en especial por la repercusión y participación que se logró entre los productores y los alumnos, porque la propuesta fue tomada con entusiasmo. También porque permitió que una vez más se concrete el intercambio de las semillas en sí, pero también los saberes que están presentes en la comunidad”.
Cabe mencionar que las actividades de la Semana Continental de las Semillas Nativas y Criollas concluye el 1 de agosto, en coincidencia con una fecha importante para la cultura guaraní, ya que se cumple el tradicional ritual de beber tres tragos de caña con ruda en ayunas para así alejar las pestes propias del invierno. Pero además, este día también se conmemora el Día de la Pachamama, celebración muy arraigada en el Nordeste argentino pero que se va extendiendo a otros punos del país.
Mesa de Semillas en Bella Vista.
La importancia de estas semillas
En relación al gran valor que posee la conservación de las semillas nativas y criollas en mano de los agricultores, Lady indicó que por un lado está relacionado con el conocimiento que ellos poseen con respecto al tiempo de siembra y tenerlas disponibles para su cultivo y cosecha para autoconsumo, además de la venta de los excedentes. Y por otro, "que, ante determinadas contingencias climáticas, los productores pierden la cosecha y la campaña, por lo que no cuentan con este material como, por ejemplo, las ramas de mandioca o las semillas de poroto, pero las pueden conseguir o comprar a aquellos productores que sí tuvieron la oportunidad de conservarlas", agregó.
"Allí también radica la importancia del trabajo técnico para establecer esas conexiones entre los productores que necesitan acceder a esas semillas y aquellos que la poseen", remarcó. En esa línea también valoró la adaptación que poseen estos reservorios de vida a los distintos ciclos de la naturaleza, además del resguardo adaptado al ambiente y a sus propias características.
Variedad de colores y sabores en
las semillas nativas y criollas.
Entre los puntos favorables que tiene el cultivo con semillas nativas y criollas es que requieren una tecnología de procesos o de bajo insumos. "Esto significa que aquel productor que guardó las suyas de cosechas anteriores o las obtuvo de otro agricultor, no necesita comprar para sembrarlas, ni compra de fertilizantes, ni uso de agroquímicos. En cambio, aquellas semillas adquiridas en los distintos comercios poseen modificaciones genéticas que, para garantizar su rinde, requieren a su vez la compra e incorporación de un paquete tecnológico", aclaró la técnica de la SAFCI.
Además, el manejo del suelo que se realiza con la siembra de las semillas nativas provoca mínimos daños al suelo, e inclusive en muchos casos ocurre lo contrario, ya que al incorporarse abonos naturales y realizarse la rotación de las siembras, se logra su mejor nutrición. En cambio, la agricultura intensiva que se lleva a cabo con las semillas genéticamente modificadas, provoca la degradación del suelo y demanda la extensión de las fronteras agrícolas, para lo cual se realizan talas indiscriminadas de bosques provocando la consiguiente deforestación mundial que, según algunos estudios, ya es cercana al 80% a nivel mundial.
Calidad para el buen nutrir
En relación al valor y a la calidad nutricional que poseen los alimentos producidos en base las semillas nativas y criollas, Lady puntualizó que el consumidor puede tener la plena seguridad de que al estar libre agroquímicos, "no le van a generar problemas en la salud, garantizando así la seguridad alimentaria que no es más que la posibilidad de acceder a alimentos adecuados y saludables".
Sobre este punto, cabe remarcar que tanto la seguridad como la soberanía alimentaria son patrimonio exclusivo de la agricultura familiar por la forma en que se producen los alimentos, "y no está relacionada con los cultivos intensivos por todos los puntos ya mencionados que, está comprobado que son perjudiciales para la salud".
Sin dudas, la conservación de las semillas en manos de los agricultores familiares es garantía de producción amigable con el ambiente, además de calidad e inocuidad de los alimentos para el consumo humano.
A los consumidores nos cabe un rol fundamental: apoyar este tipo de producción adquiriéndolos en las ferias y mercados locales porque, como siempre, cada uno puede sumar su aporte y hacer la diferencia.
Riqueza en estado puro al servicio de la vida.
Galería de fotos de las actividades.