“Vivir el presente, hacernos consciente de que lo único que tenemos es el hoy”, son sin dudas frases que nos gustan mucho, pero que suele costar llevarlas a la práctica. Pero ahí venimos todos, "en alegre montón", tratando de disfrutar el aquí y ahora, tratando de vivir más simple, en una búsqueda hermosa, que nos cruzan con otras buscadoras y buscadores.
Y como les solemos decir desde Quintaesencia, no creemos en las casualidades, pero sí creemos en la perfección de los encuentros, en la magia del presente que la mayoría de las veces tiene una tibia y dulce conexión con el pasado. Hoy les vamos a contar la historia de un emprendimiento que, llega para sumarse a las flores que se abrieron gracias a la pandemia. Esa revolución de personas que se hicieron cargo, decidieron mirar hacia adentro y simplemente comenzar a vivir según su sentir.
Liset Del Valle, tiene 31 años y hasta octubre del 2020 vivía en Buenos Aires, tenía un trabajo formal en una conocida marca de ropa internacional y durante las restricciones más estrictas del aislamiento social por la pandemia del Coronavirus, la idea de volver a su provincia, la tierra del payé, comenzó a resonar con más fuerza. Renunciar, juntar todo y volverse a Corrientes, al principio sonó abrumador pero, había una semilla que estaba plantada y estaba ligada a vivir de manera más consciente.
Esta semana la joven charló con esta revista para desandar ese proceso que aún transita pero, que tuvo como primer resultado la creación de Presente, un showroom de ropa vintage, por medio del cual vuelve a la vida prendas de distintas épocas con un toque muy especial.
“Me fuí a las 23 años, me había recibido de periodista y creí que en Buenos Aires podría desarrollarme, pero la realidad es que no todo fue como pensaba y al poco tiempo, encontré trabajo en Zara, donde estuve durante 8 años. La marca fue una escuela para mí porque me permitió desarrollarme en una faceta distinta, así es que estudie asesoría de imagen y fui creciendo en el rubro, sobre todo en lo visual, lo que me dio muchas herramientas. Después del aislamiento estricto, volví muy poquito tiempo al trabajo y decidí renunciar para volver a Corrientes con mi novio”, contextualiza.
Volver a su provincia después de 8 años, le permitió reconectar con familiares, amigos y lugares. “La verdad era que volvía, pero volvía distinta y tenía que ver de qué iba a vivir, así que me puse a pensar, habían cosas que tenía muy claras, quería hacer algo que me represente, en lo que pudiera aplicar todo lo que había aprendido y además, sentir que estaba aportando desde algún lugar. Y así fue surgiendo el tema de la ropa vintage, algo que me encantó siempre y donde sentía que había mucho por hacer, vi que tenía un lugar para dar”, resume y esa alegría de haber encontrado su propósito se siente en su tono de voz, como quien recuerda un hermoso momento.
En marzo de este año, Presente, nace como un emprendimiento tipo showroom donde el circuito inicia en las calles de Buenos Aires, caminando, caminando mucho para llegar a ferias, espacios vintage, ventas de ropa de iglesias de distintos credos y hasta a casa de personas que ofrecen vender algunas prendas en muy buen estado.
“Desde el primer momento, fuí muy consciente de que hacer esto era comenzar a andar un camino donde hay que romper con viejos paradigmas, donde está muy instalado que la ropa vieja o usada, no es de moda entre otros conceptos. Pero sabía que podía volverlas a la vida y comenzar a mostrar que, si hay ropa en circulación, lo mejor que podemos hacer es darles amor para que puedan seguir siendo usadas”, explica e insiste en la importancia de que lo único real, es el hoy.
La charla con Liset, como toda charla de personas que se alegran de coincidir, rumbea por distintas aristas, “creo que nos conocemos de antes nosotras”, desliza ella y allí la charla se da tratando de recordar donde se habían cruzado los caminos de quien entrevista y quien es entrevistada, para más tarde retomar la nota, con un ¿dónde nos quedamos?
Es que el presente, se construye con aquello que deja el pasado, pero que somos capaces de tomar entre las manos y resignificar. Justamente lo que hace esta emprendedora que en cada prenda puede ver el potencial. “Tengo el ojo muy preparado, cuando voy a rescatar prendas, ni bien veo algo, me imagino como podría quedar con jeans y zapatillas, miro más allá de lo que veo, miro esos géneros como lana, lino, seda, satén, corderoy, jean, telas que ya no son fáciles de encontrar en las tiendas. Ahí mi cabeza va a mil, tengo que pensar rápido porque se trata de ver el potencial y también de observar cómo se le puede traer a la vida nuevamente, pero sin modificarla mucho, porque no se trata de quitarle la esencia, se trata de darles amor para que vuelvan a ser usadas”, explica en detalle.
Miro más allá de lo que veo, miro esos géneros como lana, lino, seda, satén, corderoy, jean, telas que ya no son fáciles de encontrar en las tiendas.
Si bien Liset se encarga de gran parte del proceso, aclara: “Las rescato, me ocupo de pensar que se le debe hacer, pero cuando se trata de arreglo o pequeños cambios las manos mágicas son las de Margarita, una costurera que se las sabe todas, es una genia”.
Vestir como una elección consciente
La aventura del emprendimiento nace, primero con un cambio interno, una revolución de esas que hacen replantearse las cosas enserio. “Estaba haciendo cambios, entendiendo que vivir el hoy era lo importante, eso me llevó a dejar la ciudad donde ya no me sentía bien, para ir en busca de algo que me haga conectar con quien soy. Eso fue venir a Corrientes, creo que en el medio del proceso como que no te das cuenta y después te van cayendo las fichas, me fui dando cuenta que la elección de la ropa que usamos también nos atraviesa. Comencé a pensar, ¿por qué habiendo ropa tan hermosa dando vueltas, siempre estamos pensando en comprar nueva, sin pensar en el impacto social y ambiental que genera el proceso de producción. Por lo general, solemos pensar en el impacto ambiental cuando hacemos cambios de alimentación, pero ahí nomás te das cuenta que todo es parte de un mismo sistema que no da para más”, insiste como antesala a contar el inicio de Presente.
“Como te decía antes, cuando me lancé sabía que quizá me encontraba con tabúes, o esa vergüenza mal fundada en usar 'algo usado', pero realmente comenzaron a pasar cosas mágicas que me sorprenden todos los días”, se adelanta a contar.
¿Qué es Presente?
Algunas personas lo toman como algo que es un regalo, pero “Presente”, está pensando como algo que toma vida en el momento presente, es el tiempo que vivimos, pero en el cual podemos generar cambios para modificar el futuro. También está pensado con esa intención de vivir el aquí y ahora. Por ejemplo, mucha gente guarda la ropa linda para una ocasión especial, la guarda y la guarda y resulta que después, no la usa nunca. En Presente, entendemos que las prendas hermosas son para usarlas y disfrutar el hoy, es un poco decir: 'Ey! estamos acá'. Hay que usar todo lo que querés, vestirte según lo que sentís.
¿Qué es vestir con consciencia?
Sin dudas es sentir orgullo por estar usando algo que ya existe, algo que volvió a la vida y que lo estoy usando aportando a mi estilo personal y al mismo tiempo, sabiendo que no se gastó ni un litro más de agua para su elaboración, sabiendo que es un aporte para el cuidado del planeta. Además, es un acto enorme de amor, para conmigo y para el ambiente, no sé, para mí el vintage es mucho más que usar cosas de otra época, tiene mucho valor y al mismo tiempo nos hace diferentes, porque sabemos que lo que estamos usando es único y eso nos hace hacernos conscientes de que realmente estamos vistiendo según nuestros estilo.
¿Cómo es el proceso?
Trato de viajar a Buenos Aires dos o tres veces por año, ahí me dedico a caminar, camino y camino, conozco ferias vintages y otros espacios donde vamos quienes estamos buscando salvar prendas, la movida en Buenos Aires es grande y en general, muy variada, porque tenes lo vintage, lo antiguo y lo retro, son todos estilos diferentes y por ende lugares distintos donde encontrarlos.
Luego de la compra, llega el proceso creativo donde si bien ya tenía una idea inicial, me pongo más en contacto con la prenda y analizo que le hace falta. Luego llegan las manos de Margarita y la tintorería, si hace falta. Por último, entrar al perchero para sumarse a las colecciones que voy armando.
¿Qué es el vintage para vos?
Es general podría decir que es un estilo, pero cuando lo vivís, se convierte en una filosofía, porque empezás a ver que quizá te gustan prendas con cortes muy de los 50', y comenzás a conectar con tu forma de vestir desde otro lugar. El vintage, lo que permite es que puedas vestir más allá de una moda o de una marca, te brinda la posibilidad de generar un estilo único que realmente te represente, dejando de ser una percha para las marchas y realmente luciendo aquello que queres lucir y como.
Liset, habla rápido, el tema le encanta, la entrevista/ charla de amigas, se convierte en risas en una siesta fría.
¿Qué encuentran quienes llegan al showroom?
Primero se encuentran conmigo, que soy multitareas, me encargo de todo, por eso es con cita previa, así también preparo el lugar para que las personas puedan estar tranquilas y probarse todo sin compromiso y sin gente.
En cuanto a las prendas, podés encontrar de todo: blazer, faldas, pantalones, remeras, camisas, blusas, todo y en todos los talles que es algo que para mí es muy pero muy importante. Estoy preparando novedades sobre ese tema, porque realmente tengo muchos talles y también géneros que son muy lindos originales, cosas que no hay en un local tradicional.
Liset, decide traer al presente prendas y al mismo tiempo, concientizar sobre lo dañina que es la industria de la indumentaria y por ende como podemos hacer algo desde nuestro lugar para ayudar a que las prendas sigan en circulación, pero por otro lado la joven, insisten en la importancia de encontrar un estilo personal haciendo una búsqueda que salga de los lugares cómodos y que invitan a vivir un estilo único.
Quienes quieran seguir al emprendimiento lo pueden hacer en a través de su cuenta de Instagram: @presente._