“Hay sueños que no piden permiso, se dan en el momento menos pensando”
GENERAL23/05/2021Josefina EchezárragaVerónica Romero es diseñadora de alta costura, asesora de imagen, tiene una agencia de modelos y se desarrolla en diversos medios de comunicación. Se define como multifacética. Vive en Formosa -de donde es oriunda- y, la semana pasada, uno de sus diseños fue lucido por la Miss Uruguay Lola de los Santos, en el evento Miss Universo, uno de los certámenes de belleza más importantes del mundo que se realizó en Florida, Estados Unidos.
Quintaesencia entrevistó a la diseñadora de uno de los vestidos que más impactó al mundo y que se convirtió en una bandera del anhelo de terminar con el odio y el racismo hacia la comunidad Lesbianas, Gays, ​ Bisexuales y Transgénero (LGBT+).
Desde su casa en la provincia de Formosa, Vero atendió el llamado de esta revista, para dialogar sobre el proceso de elaboración del vestido que fue lucido en la pasada denominada "traje típico", que significó además cumplir un sueño perseguido por años.
“Como persona, como profesional, siempre tiene sueños, algunos más grandes, otros más personales, algunos que involucran trabajo y dedicación o que son el resultado de muchos años de andar sin descanso, pero sin dudas para un diseñador de alta costura hacer un vestido para una pasarela internacional como lo es Miss Universo, es un poquito tocar el cielo con las manos”, resume Verónica durante la charla en la que no faltaron risas, anécdotas y emoción.
Es difícil imaginar cómo y cuando llegan las oportunidades, en especial en este último año y medio que obligó a todos a redoblar los esfuerzos para alcanzar metas, la pandemia nos pidió ser más flexibles y hasta derribar barreras mentales. “La verdad es que, en este último tiempo, entendí que quedarme de brazos cruzados no era una opción para mí. Como muchos, me reinventé, hice de todo, ropa urbana y hasta diseñé barbijos, porque si hay algo que siempre tuve claro, es que la clave es no parar, no quedarse y para eso hay que animarse a nuevos desafíos”, resume.
Quienes vieron el traje que lució Lola de los Santos, la Miss Uruguay, en la pasarela del Seminole Hard Rock Hotel & Casino de Hollywood, Florida, Estados Unidos, - el que pusimos en la portada de esta nota- se preguntarán, ¿cuánto tiempo lleva hacer algo así? Pero además se suceden muchas preguntas más cuando uno observa el diseño terminado. Sigan leyendo porque jamás podrán imaginarse que todo eso fue confeccionado en tan solo siete días.
Algunos detalles del traje tipíco son - al final de la nota la diseñadora nos especifica más sobre la elaboración-: un bodi negro con hombreras y plumas a la que se le unía una falda tipo plato, que al abrirse se podía ver la bandera gay y la inscripción “No más odio, violencia, rechazo, discriminación”. La magnitud y el esplendor, junto al impactante mensaje de la leyenda que llevaba la uruguaya, que días antes de la presentación se definió como bisexual, se convirtió en un ícono y revolucionó las redes sociales y el mundo de la moda que -por estos días-, donde comienzan a ganar espacio diseños con mirada social y profunda.
Verónica cuenta la verdadera hazaña detrás de la obra de arte: “El 1 de mayo recibo el llamado de Andrea, una de las directoras de Miss Mundo Uruguay, que me pedía que en una semana diseñe y arme el vestido para Lola y que el proceso obviamente debía ser de manera virtual. Ese fue el llamado que cumplía mi sueño, ¿Cómo decirle que no si habían pensando en mí para hacerlo? Ese mismo día armamos un grupo de whatsapp donde estaba Lola de los Santos, que me iba pasando sus medidas, y comenzamos a hablar de la esencia del traje, del mensaje que le íbamos a dar al mundo. Desde el principio tuvimos claro que sería un mensaje contra el odio y la violencia hacia la comunidad LGBT+, cada minuto contaba porque trabajábamos contra reloj. El vestido lo hacia en mi atelier en Formosa y tenía que llegar a Florida antes del 16 de mayo”, cuenta y su tono de voz deja traslucir la emoción de quien ha comprendido que no hay cosas imposibles.
“Supe desde el inicio que este no iba a ser ni un trabajo más, ni un vestido más, sería algo que marcaría mi carrera, de inmediato decidí sumar al muralista formoseño Alfredo Palacios y comenzamos a trabajar la opción de pintar la seda. No lo habíamos hecho nunca y la sola idea nos encantaba, pero no había tiempo para hacer muchas pruebas. Sin dudas, fue un momento muy especial de mi carrera, había que poner todo nuestro conocimiento, porque cada cosa era un desafío”, explica.
Verónica, pone el acento en los desafíos que debieron afrontar, ya que no solo la distancia con su modelo abría una ventana de posibilidades a las cosas que podrían fallar: “Nos enfrentamos al desafío de diseñar sin hacer prueba, además debíamos hacerlo en tiempo récord y no hay que olvidar que aquí (en Formosa), hay restricciones de circulación, lo que complicó el acceso a la materia prima. Fueron días de no dormir casi nada, pero llenos de felicidad, porque una nunca sabe cuando tus sueños golpean a la puerta y la verdad es que siempre, hay que estar listas para decir sí, lo vamos a poder hacer”, sintetiza la diseñadora y en sus palabras, casi sin querer, desliza un mensaje de esperanza.
Una nunca sabe cuando tus sueños golpean a la puerta y la verdad es que siempre hay que estar listas para decir sí, lo vamos a poder hacer.
Ante la pregunta de esta cronista sobre el momento en que vio su diseño en pasarela responde: “Tuve nervios durante todo el proceso, como no podía estar allá para hacerle retoque en el caso de que sea necesarios, (los últimos toques se los dimos minutos antes de llevarlo a despachar el vestido, porque habían cambiando el alto del zapato), sabía que muchas cosas podían salir mal, la sisa, las costuras, que no le quede perfecto y hasta la llegada, porque el vestido tenía un herraje y debía viajar en avión, así que teníamos miedo que no pase algún control, pero cuando me enviaron el primer video en el que la estaban maquillando a Lola y la ví feliz, moviéndose sin problemas, supe que todo iba a salir bien. Verlo en pasarela fue una sensación increíble, fue como romper una barrera que muchas veces nos ponemos nosotros mismos. ¿Con esta pandemia, cómo un vestido mío iba a llegar hasta Miami? Y ahí estaba, Lola llevándolo con una elegancia impactante y una fuerza increíble, tal como lo había imaginado, lo miraba un poco con ojos de diseñadora que mira detalle y también con una emoción que me dejó sin aliento, es algo que no tiene explicación con palabras”, trata de sintetizar.
Al hablar con Verónica, su emoción se contagia, atraviesa la línea telefónica e invita a soñar sin límites.
El rol del diseñador
Durante la charla la mujer, madre de dos jóvenes que son como dice ella “sus musas inspiradoras”, destaca que “antes los diseños de alta costura era cosas inaccesibles, hoy el rol del diseñador es poder usar las prendas para hablar por intermedio de ellas, para dar mensajes a un mundo que necesita esperanza, que necesita ver en la ropa más que géneros o colores”.
“Hoy las pasarelas y las entregas de premios, se han convertido en espacios donde los diseños representan a la persona, gritan, dan mensajes, es un cambio de perspectiva muy importante”, agrega.
“Como diseñadora, este traje me permitió romper límites, quizá hace algunos años si me decían que tenía que hacer un diseño de manera virtual hubiera dudado, la vida nos está demostrando que somos capaces de muchas cosas, solo tenemos que ir por ellas”, puntualiza.
Este traje me permitió romper límites, la vida nos está demostrando que somos capaces de muchas cosas, solo tenemos que ir por ellas”.
Desde Formosa y al mundo, el diseño lucido por Lola de los Santos, se convirtió en un emblema que se metió por los ojos pero que tocó los corazones de cientos de personas. “El objetivo se cumplió, tanto como profesional como personal, al tener la oportunidad de realizar esta obra de arte y darle un mensaje al mundo, a los argentinos y a los formoseños es algo que no voy a olvidar”, dice Verónica y va en perfecta consonancia con lo publicado por Lola de los Santos en sus redes sociales, donde escribió "Mis hermanas y yo, orgullosamente utilizamos esta plataforma para dejar un mensaje ante el mundo, para manifestar problemáticas. ¡LO LOGRAMOS!"
Detalles de la confección del vestido
Diseño de Verónica Romero: bodi hecho en micro tull transparente con hombreras hechas con plumas y piedras preciosas. Acompañado de un símbolo de luto superpuesto a la pieza central hecho con género de chiffon.
Posee una falda desmontable, por fuera con un corte campana plato utilizando un género de crep gasa y por dentro, una falda de media campana de satén intervenido con pintura de tela para lograr el color deseado del arcoíris (colores representativos al colectivo LGBT+) con un mensaje escrito también (No Más muerte, violencia, rechazo, odio y discriminación) pintado por artista plástico Alfredo Palacios .
En los extremos una varilla de aluminio que daba la estructura a la falda. Acompañaba al traje, un tocado hecho de cristales por la diseñadora de Mar del Plata, Fabiana Pojatti.
Para conocer más a Verónica Romero, podés a sus cuentas en redes veronicaromeroaltacostura y el atelierdevero.