Cinco técnicas sencillas para manejar el estrés en el día a día

COLUMNISTAS15/09/2024Redacción QuintaesenciaRedacción Quintaesencia
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El estrés es una respuesta biológica diseñada para protegernos en situaciones de peligro. Sin embargo, en la sociedad actual, donde los desafíos y las demandas son constantes, el estrés se ha convertido en una parte omnipresente de nuestra vida diaria. Si no se gestiona adecuadamente, puede tener efectos perjudiciales en nuestra salud física y mental, llevando a problemas como la ansiedad, el insomnio e incluso enfermedades cardiovasculares. Afortunadamente, existen técnicas sencillas que podemos incorporar en nuestra rutina diaria para manejar el estrés de manera efectiva y mejorar nuestra calidad de vida. A continuación, quiero dejarte cinco estrategias prácticas y respaldadas por investigaciones para ponerlas en práctica en tu día a día.

1. Ejercicios de respiración profunda

La respiración profunda es una técnica fundamental para reducir el estrés porque actúa directamente sobre el sistema nervioso. Cuando estamos estresados, nuestra respiración tiende a volverse rápida y superficial, lo que activa el sistema nervioso simpático y la respuesta de "lucha o huida". La respiración profunda, por el contrario, activa el sistema nervioso parasimpático, responsable de la relajación y el descanso. Para practicarla, encuentra un lugar tranquilo, siéntate cómodamente y cierra los ojos. Inhala profundamente por la nariz contando hasta cuatro, retén el aire por cuatro segundos y exhala lentamente por la boca contando hasta seis. Repite este ciclo durante cinco a diez minutos para calmar tu mente y cuerpo.

2. Mindfulness o atención plena

El mindfulness es la práctica de estar completamente presente en el momento, sin juzgar ni intentar cambiar lo que experimentas. Esta técnica es eficaz para reducir el estrés porque disminuye la rumiación, que es la tendencia a pensar repetitivamente en eventos pasados o futuros. Al centrarte en el "aquí y ahora", puedes liberar tu mente de preocupaciones innecesarias. Comienza con ejercicios sencillos, como prestar atención a tu respiración o enfocarte en los sonidos a tu alrededor. También puedes practicar el mindfulness mientras realizas tareas cotidianas, como comer o caminar, prestando atención a cada detalle de la experiencia. Esta práctica regular puede mejorar tu capacidad para manejar el estrés y aumentar tu bienestar emocional.

3. Establecer límites saludables

Una de las principales causas del estrés es la sobrecarga de responsabilidades, a menudo resultado de no saber decir "no". Establecer límites saludables implica ser consciente de tus propios límites y comunicar tus necesidades de manera asertiva. Esto no solo te protege del agotamiento, sino que también te ayuda a mantener relaciones más equilibradas y respetuosas. Para empezar, evalúa tus prioridades y determina qué actividades o compromisos son esenciales y cuáles puedes delegar o rechazar. Recuerda que decir "no" a los demás es decir "sí" a tu bienestar. Al establecer estos límites, estarás protegiendo tu tiempo y energía, lo que te permitirá manejar mejor el estrés.

4. Actividad física regular

El ejercicio es una de las herramientas más efectivas para combatir el estrés. La actividad física estimula la producción de endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, que actúan como analgésicos naturales y elevan el estado de ánimo. Además, el ejercicio ayuda a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés. No es necesario realizar ejercicios intensos; actividades como caminar, nadar, practicar yoga o incluso bailar pueden ser suficientes para obtener beneficios significativos. Lo importante es encontrar una actividad que disfrutes y hacerla parte de tu rutina diaria. Además de reducir el estrés, el ejercicio regular también mejora la calidad del sueño, aumenta la energía y fortalece el sistema inmunológico.

5. Desconexión digital

 la era digital, la constante conectividad puede convertirse en una fuente significativa de estrés. La sobrecarga de información, las notificaciones constantes y la presión de estar siempre disponible pueden afectar negativamente nuestra salud mental. Por ello, es importante establecer momentos de desconexión digital. Dedica al menos una hora al día a estar sin dispositivos electrónicos, como el teléfono móvil, la computadora o la televisión. Aprovecha este tiempo para leer un libro, meditar, pasear al aire libre o disfrutar de una conversación cara a cara. Esta desconexión no solo reducirá tu estrés, sino que también mejorará tu capacidad para concentrarte y disfrutar de las actividades sin distracciones.

El estrés es inevitable, pero no tiene por qué dominar nuestra vida. Al incorporar estas técnicas sencillas en tu rutina diaria, podrás manejar el estrés de manera más efectiva y crear un entorno mental y físico más saludable. Recuerda que el manejo del estrés es un proceso continuo, y lo que funciona mejor para una persona puede no ser lo más adecuado para otra. Por eso, es importante experimentar con diferentes estrategias y encontrar las que mejor se adapten a tus necesidades y estilo de vida.

Podés conocer más sobre las propuestas y consejos de la columnista en su perfil de Instagram: @mdelcruizdiaz.

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