Aquí ando, sentipensando mucho en los espejos.
Que son, que reflejan, que me/nos muestran, que vemos.
Y ahí me quedo respirando hondo, serena, sentipensando en que hay espejos físicos… y de los otros.
De los físicos hay tantos, tan diversos, los que llevamos en carteras, los que están en los baños, ese de cuerpo entero en un dormitorio, el del living quizás o el hall para vernos antes de salir… Creo que en cada hogar hay al menos un espejo…
Ellos nos reflejan, nos muestran como estamos, como nos queda una prenda, un aro, una corbata, un maquillaje. Nos muestran cómo nos presentamos visualmente ante el otro…
Y me quedo sintiendo si nos vemos… si nos detenemos a vernos realmente, en profundidad y reconocernos en este reflejo que un espejo físico nos muestra…
Y después están los otros espejos… los vínculos, las situaciones, los textos, las vivencias.
Tener vínculos en quien me puedo espejar con amorosidad es algo que atesoro en el alma con infinita gratitud. ¿Reconocés esos vínculos que te espejan con amor?
Me muestran quien soy, sin máscaras, la yo que quiero ver, la que reconozco, la que a veces me olvido que soy y también la Yo que más me cuesta, mi propia sombra…
Creo que darnos la oportunidad de mirarnos en el espejo de otro ser implica mucha valentía, conlleva reflexión, a veces nos muestra que nos perdimos de vista, tal vez refleja heridas, otras ayuda a la acción, a poner luz, o a dimensionar… No sé, en todo caso, creo que brindarnos esta posibilidad puede ser una instancia nutricia para nuestro camino de autoconocimiento…
Otras veces son situaciones fortuitas o sincronicidades las que nos reflejan y nos dejan sentipensando… una palabra, una voz, la carta de un oráculo, un sentir, ahí cuando algo resuena…
Y así cuando suceden estos reflejos inesperados donde me veo, siento como una especie de magia y agradezco más aun, porque en ese instante preciso algo dentro se movió y me pude Ver y entonces puedo elegir, modificar, re significar y crecer desde mi centro, auténtica, sincera, con mis luces y sombras.
¿Nos vemos? ¿Qué vemos cuando nos miramos al espejo?
Te invito a darte un tiempo sereno de encuentro en un espejo.
Busca un espacio-tiempo para ti, un lugar tranquilo, íntimo. Pon una música relajante, tal vez algún rico aroma en el aire, siéntate comod@ y coloca un espejo entre tu manos.
Cierra los ojos, respira profundo tres veces y ábrelos buscándote en el reflejo del espejo. Obsérvate con detenimiento, con tiempo, sin prisa, sostente la mirada, a quien ves, ¿te reconocés? ¡Creo eres un ser muy valioso y valiente que se está dando una amorosa oportunidad para reconocerse! ¡Felicitaciones!
Mirá tu interior, los pasos que te trajeron hasta aquí, las heridas, los logros, los miedos, los caminos, las cicatrices, los sueños… Agradécelos todos y cada uno, son parte tuya, es tan fácil perdernos de nosotr@s mism@s.
Hoy te estás viendo, te reconocés, ¡celébralo! Te has brindado un preciado regalo, tiempo para ti, para verte, para sentir, para elegir quien quieres ser… Puedes quedarte con este reflejo, abrázalo, atesóralo, eres Tú, siendo… y ojalá también puedas integrar las nuevas miradas que éste te trae para seguir creciendo en tu camino interior.
¡El camino es hacia adentro! ¡Buen viaje!
Con amor, Li, el fuego que acaricia...
La autora es artesana y sentipensadora, si querés conocerla más, ingresá a: instantesparaelalma_li