Un paciente me decía: “La Iglesia donde tomé la comunión hoy, está tomada por un grupo de consumidores y distribuidores, fue abandonada y ahí consumía hasta que vine acá”.
Paradojas de esta cultura.
Mientras gran parte de América del Sur y el Caribe es una fábrica cada vez más fuerte de producción drogas con aumento del Poder en los territorios ante Estados que se muestran “fallidos” para enfrentar estos nuevos “Ejércitos de Dominación” mientras la cultura que se va promoviendo es la de la aceptación social del consumo , la naturalización del mismo y el avance sobre franjas poblacionales cada vez más jóvenes lo cual asegura una dependencia rápida por la inmadurez de la personalidad y de las estructuras cerebrales (el cerebro termina de desarrollarse en sus áreas frontales recién a los 25 años y rápidamente queda “hackeado” ante los primeros consumos por la inmadurez del mismo).
Negocio redondo con gran oferta y un consumo asegurado por la cancelación del discurso preventivo ya que no es lo políticamente correcto y la promoción de un consumo naturalizado. Plusvalía enorme. Miles de “Zoombies” asegurados. Eutanasia social en acción. Civilización del “descarte” que Baumann en sus escritos anunció y que el Papa Francisco incorporó a su discurso.
Ya el maestro italiano en la prevención y asistencia en drogas L. Cancrini me decía en un encuentro en Méjico “en los barrios donde hay mucha droga circulando y hay muchos adolescentes siempre gana la droga”. El dilema de crecer del adolescente, la consolidación de una identidad (proyecto, trabajo, estudio, amor, etc.) es muy difícil y más con familias desmembradas o poco solidas en transmisión de normas, valores y afectos. Ahí aparecen las sustancias desde el alcohol en adelante como una huida ante los dilemas a resolver y máxime si esto està naturalizado.
En Uruguay -país en crisis en este tema después de la legalización de la marihuana y del aumento de consumo de todas las drogas como consecuencia de la naturalización y con un aumento de la venta narco enorme a pesar de la venta en farmacias (cada vez son menos las que las quieren vender)- se ha comprobado que el índice de crimen y violencias criminales en un 90 % tiene que ver con el consumo de drogas y las carencialidades económicas y socioeducativas unidas en este fin.
En este momento progresa en el país vecino un proyecto del Ejecutivo que disponga que el indigente que vive en la calle y que consume inveteradamente sustancias debe y necesita ser internado. En estudios científicos se comprobó que el 90% de ellos està en esas condiciones y es una fuente de deterioro, muerte y tráfico enorme.
Señales de alerta precoz
La detección precoz junto a la prevención desde pequeño en las aulas, con los padres o referentes educativos, las organizaciones sociales es una avanzada que contradice al discurso cancelatorio de la naturalización del consumo. En Uruguay un grupo de padres (16.000) se rebelo ante esto e incluso en sus propios hogares vivieron la enfermedad o la muerte de alguno de sus hijos.
Cuando aparecen las drogas en la pubertad las alteraciones motivacionales del síndrome higiénico – dietético – tóxico (J. Aizpiri-España), cambian los parámetros de la salud en esta etapa de la vida
y es importante recordar conceptos que muestran los primeros cambios de la personalidad y las rutinas de salud:
• Cambios en el sueño (alteración de los ritmos circadianos)
• Sedentarismo (reducción del desarrollo músculo esquelético y de la oxigenación cerebral)
• Afectos (alexitimia o sea pobreza en la expresión verbal, mímica o gestual de las emociones o sentimientos provocada por cambios de los umbrales neuronales y de lazos sociales invalidantes con cambio de amistades)
• Descenso del Aprendizaje (por efecto tóxico sobre sistemas motivacionales en un cerebro en desarrollo)
• Alimentación “Chatarra” que debilita todos los sistemas orgánicos y psicológicos
• Aumentan todos los sistemas de envejecimiento celular y del organismo
• Agotamiento cerebral = depresión y ansiedad post traumática al consumo de tóxicos
De seguir esta conducta que lleva a la adicción por la falla de la detección precoz (no se consulta a especialistas, se deja avanzar a la “inocente” marihuana, no se atienden los rendimientos académicos en descenso o directamente el abandono de los estudios por ejemplo) y así se va configurando una personalidad con rasgos adictivos en donde se convierte el consumo en la única vinculación con la realidad, cambio de amistades, robos en la casa, días enteros fuera del ambiente familiar, etc.) y al mismo tiempo hay un descenso del sistema cognitivo tanto en la memoria, la atención , la planificación del día y la semana y un sistema de recompensa cerebral (placer) solo centrado en consumir con desbordes impulsivos seguidos por apatía y falta de motivación. Si se realizaran estudios de neuroimagen cerebral se empezarían a detectar un hipo-funcionamiento de áreas claves del cerebro.
En el “negocio del descarte” que asegura una gran plusvalía a costa del deterioro de miles es fundamental en una iniciativa cultural perversa para que el púber o adolescente se inicie en el consumo de drogas lo más temprano posible. A mayor inmadurez mayor voracidad en el consumo en el futuro y la renta queda asegurada.
El Instituto Nacional de drogas de U.S.A(NIDA) muestra en sus investigaciones que la mayor dependencia se da cuando el ingreso al consumo se da entre los 12 y los 25 años. Ahí precisamente es cuando las estructuras de la personalidad y las biológicas cerebrales están en desarrollo.
La marihuana es la droga reina y publicitada en esta “cultura del descarte” y los pasos hacia la desestructuración de la personalidad siguen los siguientes pasos que figuran en los manuales de Neurofarmacología y de Adicciones:
a. consumo recreacional (sin todavía cambios en la voluntad, pero si en la dinámica neuronal del cerebro);
b. síndrome amotivacional con alteraciones volitivas y en las neuroimágenes;
c. depresión e intereses exóticos con alucinaciones;
d. síntomas psicóticos que pueden llevar a la esquizofrenia con delirios y/o alucinaciones.
El lóbulo frontal a quien el Premio Nobel de Neurología Kohon Goldberg llamó el asiento biológico de la civilización queda alterado y el lo refiere de la siguiente manera: “El lóbulo frontal hace a la civilización y la civilización hace al Lóbulo frontal; su daño genera una anosognosia en donde perdemos la parte central de nuestro ser y èl no lo sabe, desaparece sin saberlo, no sufren, no se angustian ni lamentan su perdida; nos transformamos en perros ya lo que està fuera de la vista està fuera de la mente”. Además, pierde la capacidad de leerse a si mismo y de tener empatía con el otro.
Las conductas derivadas de esta disfunción de la personalidad y del sistema nervioso (alteración de la corteza prefrontal) va seguida de una serie de características conductuales estudiadas en centros mundiales de tratamiento en adicciones: perdida del sentido de responsabilidad social, déficit de con concentración y abstracción, problemas en el control de los impulsos , hiperactividad, falta de organización y planificación, perdida de criterio de realidad y de la memoria reciente, anhedonia (perdida del placer) e incluso no puede solucionar algunos problemas aunque sean elementales.
De a poco van apareciendo secuelas psiquiátricas y /o consecuencias legales o discapacidades (muchos deben gestionar carnets de discapacidad o pensión en un futuro de discapacidad).
Crear un sistema de inmunología preventiva
Los estudios mundiales muestran que a menor trabajo comunitario en prevención y detección precoz con sistemas asistenciales válidos hay mayor consumo y mayor aceptación social del mismo. Esto nos puede estar pasando. Se va generando una naturalización del consumo junto a una minimización del daño que genera el consumo.
Cuando hay mayor trabajo preventivo comunitario crece la menor aceptación social, la consulta precoz, baja la prevalencia del consumo y crece la noción de daño que generan las drogas.
Cuando el consumo està naturalizado y se ha cancelado todo discurso preventivo el consumo crece por contagio psicosocial (de par a par -entre compañeros de escuela, de barrio, entre otros), explotándose las vulnerabilidades individuales o familiares que muchos tienen y aprovechando las múltiples bocas de venta que existen. La plusvalía està asegurada e incluso muchos por la dosis serán “soldaditos” desde un barrio popular o desde un country.
Pensemos que buen trabajo asistencial según la Asociación de Medicina de U.S.A. necesita varios años para que la memoria adictiva vaya supliendo el “flash” que cautiva por otros placeres más sanos.
El cambio cerebral lleva dos años desde el primer consumo en consolidarse (químicos, eléctricos, emocionales, funcionales y estructurales en algunos casos). Los tiempos de resiliencia (superación de estas adversidades) lleva también dos años para llegar a un proceso de neuro-regeneración ya que las drogas generan un proceso neuro-degenerativo.
Además, el duelo psicológico por la sustancia (“compañera de penas” durante muchos años en el paciente) lleva 5 años. Es el mismo tiempo que dura un dura intenso por un familiar querido. Se ha estudiado en neuroimágenes activadas el encendido de ciertas zonas ante la palabra droga o situaciones asociadas a las mismas.
Un sistema inmunológico preventivo social-educativo que funcione como un sistema cultural adversa a la naturalización del consumo necesita de la formación de Lideres y de organizaciones lideres desde cada localidad o municipio, la potenciación de redes asociativas y la formación de Ciudades Preventivas ciudad por ciudad.
Centrar todo en la persecución bandas es jugar a perdedor. Es la cultura preventiva lo que vale y esto lo saben los expertos en neuromarketing del consumo naturalizado.
Dr. Yaria es Director General Gradiva - Rehabilitación en adicciones.