Hace tiempo que ando sentipensando en ¿cómo ser el buen pan? El pan de vida que nos nutre el cuerpo y el alma.
Ser el buen pan para un@ mism@ viendo la belleza en el cotidiano, creando, amando, agradeciendo. Ser el buen pan para los otros reflejando luz, sembrando calma, amor, paz.
Ser el buen pan, amasando materia y espíritu, para que la masa se integre, la levadura fermente y el fuego haga su alquimia dentro y fuera nuestro.
Entonces, como ser el buen pan? Seguro hay muchos caminos.
Después de mucho sentipensar esta pregunta en mí, creo que quizás un caminito que puede llevarnos a ser el buen pan es escucharnos, escuchar nuestro cuerpo, nuestros sentires, escuchar la madre tierra.
Somos naturaleza y creo que cuando nos brindamos la oportunidad de escuchar su pulso y acompasar nuestro caminar con sus ciclos, estamos dejando la levadura fermentar en nuestro interior para ser el buen pan.
¿Cuánto hace que no te detienes en un lugar cualquiera a contemplar la escena que allí se sucede?
Sea en la esquina de una gran ciudad, la calle de arena del pueblo, la orilla de la laguna, o la sombra de un árbol florecido, frenar, respirar, contemplar y habitarme siempre me devuelve a mí, siempre me trae mensajes.
Creo que es cuestión de entrenar, así como nos proponemos hacer ejercicio para cuidar nuestro cuerpo físico, habitar el instante presente necesita entrenamiento.
Pareciera que nos hemos olvidado, muchas veces es tan cargada la rutina en la que estamos inmersos (sobre todo mentalmente) que nos distraemos de habitarnos, de sentir, de ser. Solo vamos, resolvemos, cumplimos la larga lista de cosas que teníamos que hacer.
Creo que ser nuestro buen pan es tal vez brindarnos el espacio tiempo para habitarnos, para nutrir nuestro ser en todos sus aspectos, físico, emocional, espiritual, energético. Si nos abrimos a esta posibilidad, quizás conectando desde nuestro centro, podremos ser también el buen pan para los otros, esas personas con quienes amamos caminar la vida.
Te invito a que te regales una semana de entrenamiento, no hace falta ir a ningún lado, ninguna ropa especial, ni dinero, ni mucho tiempo. Simplemente cada día bríndate un instante, un momento para frenar, respirar, contemplar y habitarte, es un bello ejercicio que nos pone en eje y probablemente haya detrás algunos mensajes que puedas apreciar.
Ojalá esta semana te haya gustado y ¡vayas por más!
¡Que seamos buen pan!
Esta columnista es artesana y una mujer sentipensante y buscadora. Podés encontrar algunas de sus propuestas en su cuenta de Instagram: instantesparaelalma_li.
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¡El camino es hacia adentro! ¡Buen viaje!