La fe como un faro en nuestra vida

COLUMNISTAS02/03/2025Redacción QuintaesenciaRedacción Quintaesencia
fe

Penoucos

La fe es un concepto profundo y universal que trasciende cualquier barrera cultural, religiosa o ideológica. Aunque muchas veces se asocia con una creencia espiritual o religiosa, la fe también puede interpretarse como esa convicción interna que nos impulsa a creer en algo, incluso cuando no hay pruebas tangibles de que pueda suceder. Es una fuerza poderosa que nos sostiene, nos impulsa a actuar y nos ayuda a superar los momentos de incertidumbre. Hoy quiero hablarte de la fe desde esta perspectiva más amplia: como esa certeza interna de que algo va a suceder, esa confianza inquebrantable en un sueño, una meta o un propósito.

La Fe es una certeza que no necesita pruebas. Tener fe no significa negar la realidad ni ignorar los desafíos que enfrentamos. Más bien, es una elección consciente de creer en un resultado positivo, aunque las circunstancias externas no parezcan favorables. La fe se convierte en un refugio interno, un espacio donde las dudas y los temores no tienen cabida. Es esa voz interior que nos dice: “Todo va a estar bien”, incluso cuando la razón nos lleva a pensar lo contrario. O quizás alguien de nuestro entorno nos boicotea algún proyecto, sueño, diciéndonos que es imposible lograrlo. Pero cuando uno tiene fe, certeza de que va a suceder, no habrá nada ni nadie que nos saque esa fe que tenemos.

Por ejemplo: una persona que sueña con convertirse en un profesional, pero proviene de una familia con recursos económicos limitados. La razón podría sugerirle que sus posibilidades son remotas: no tiene dinero para la universidad ni contactos que lo apoyen. Sin embargo, elige creer. Trabaja arduamente, busca becas, se rodea de personas que lo motivan y, con el tiempo, alcanza su sueño. Su fe fue el motor que lo impulsó a actuar y a no rendirse. Conozco varias personas. Cero excusas y accionaron para lograrlo.

La fe y la esperanza suelen mencionarse juntas, pero no son exactamente lo mismo. A mi modo de ver, la esperanza es el deseo de que algo suceda, mientras que la fe es la certeza de que ya está sucediendo, aunque aún no lo veamos. Mientras que la esperanza puede fluctuar dependiendo de las circunstancias externas, la fe permanece firme.

La fe de creer y actuar: La fe no es solo un sentimiento o un pensamiento; también implica acción. Creer sin actuar equivale a quedarse en la fantasía. Cuando tenemos fe en algo, nuestras acciones se alinean con esa creencia. Esto no significa que no enfrentaremos desafíos, pero la fe nos da la energía y la determinación para superarlos.  

Por ejemplo: Un atleta que desea correr un maratón por primera vez puede sentir miedo de no estar preparado. Sin embargo, si tiene fe en que puede lograrlo, comenzará a entrenar, ajustará su alimentación y planificará su calendario. Cada acción refuerza su creencia, y al final, esa fe se materializa en su éxito.( cuando digo éxito, no porque haya ganado, sino porque logró correr la maratón, más allá del resultado).

La fe también juega un papel crucial en nuestra capacidad para superar los momentos difíciles. Cuando enfrentamos fracasos, pérdidas o situaciones adversas, la fe nos ayuda a seguir adelante. Es como una luz en medio de la oscuridad, recordándonos que, aunque no veamos el camino completo, podemos confiar en que hay un destino al final.

Pienso en una persona que ha perdido su empleo y enfrenta dificultades económicas. Sin fe, podría caer en la desesperación y rendirse. Pero con fe, esa persona confía en que esta situación es temporal y que nuevas oportunidades están por venir. Esta actitud positiva la impulsa a buscar soluciones, aprender nuevas habilidades y estar abierta a posibilidades inesperadas.

Desde el punto de vista psicológico, la fe está relacionada con conceptos como la autoconfianza y el optimismo. Estudios han demostrado que las personas que creen en un futuro positivo tienden a tener mejor salud mental y física. Esto se debe, en parte, a que la fe reduce el estrés y la ansiedad, permitiendo que el cuerpo y la mente funcionen de manera óptima.

Fe en los sueños. Cuantos ejemplos podría darte desde mi experiencia personal sobre este tema. “La fe como un faro en nuestra vida”.

La fe es mucho más que una creencia abstracta; es una energía transformadora que nos da la fuerza para seguir adelante, incluso cuando las circunstancias parecen estar en nuestra contra. Nos conecta con nuestros sueños, nos ayuda a superar obstáculos y nos permite ver posibilidades donde otros solo ven limitaciones. En palabras de Martin Luther King Jr.: “La fe es dar el primer paso, incluso cuando no ves toda la escalera”.

Así que, ya sea que estés persiguiendo un sueño, enfrentando un desafío o simplemente navegando por la incertidumbre de la vida, acordate que la fe es tu aliada más poderosa. Creé en vos, en tus sueños y en las infinitas posibilidades que la vida tiene para ofrecerte.

Porque, al final, la fe no es solo creer que algo va a suceder; es saber, en lo más profundo de tu ser, que ya está sucediendo.

Asique a tener fe, la certeza de que este año vas a lograr todo lo que te propongas. Eso sí, hay que accionar para eso.

La columnista se identifica como amante de la vida. Actriz. Directora de Artes escénicas. Master Programación Neuro Lingüística. Podés encontrar las entrevistas de María Gabriela en su canal de YouTube como Reiniciate, también podés seguirla en su cuenta de Instagram @reiniciateok, donde comparte reflexiones, libros, algún que otro bailecito.

Te puede interesar
Lo más visto

Recibí buenas noticias, buenas historias en la bandeja de entrada de tu correo.