#ChauGrasasTrans, otra campaña para generar cambios y saber qué consumimos

GENERAL 27/11/2021 María del Carmen Ruiz Díaz María del Carmen Ruiz Díaz
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En el mes de septiembre, organizaciones de consumidores y especialistas en nutrición presentaron ante la Comisión Nacional de Alimentos (CONAL), una propuesta para establecer un límite máximo al contenido de grasas trans de producción industrial del 2% respecto a las grasas totales en todos los productos, incluyendo aquellos que son utilizados como ingredientes y materias primas, además de prohibir el uso del aceite parcialmente hidrogenado.

En ese marco, también se lanzó la campaña #ChauGrasasTrans, a través de la cual también se busca difundir esta iniciativa, como también concientizar sobre los riesgos que poseen estas grasas en la salud. 

Para tener más detalles de esta propuesta, Quintaesencia entrevistó a Maga Merlo Vijarra, coordinadora de Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables (FUNDEPS); Ignacio Porras Sociedad Argentina de Nutrición y Alimentos Reales (SANAR) e Ignacio Drake, coordinador del área de salud de Consumidores Argentinos. 

La primera en tomar la posta durante la charla, fue Maga quien valoró el trabajo que en forma conjunta comenzaron a realizar estas organizaciones para “poder trabajar en estos temas fundamentales y poder ponerlos en agenda, en especial estos tan fundamentales relacionados con los alimentos que consumimos”. 

Por su parte, Porras indicó que el trabajo conjunto que vienen realizando estas organizaciones tiene como antecedente el accionar y visibilización que llevaron a cabo durante el tratamiento en el Congreso nacional, del proyecto (hoy ya convertido en ley) de etiquetado frontal de advertencia en los alimentos. En este punto, indicó que, si bien consideran que la educación de la población sobre los alimentos que consumen es importante, consideró que está demostrado que no es suficiente "si no hay entornos que acompañen ese conocimiento. Por ejemplo, cuando damos un taller en una escuela sobre alimentación saludable y les decimos que coman frutas, pero cuando salen al recreo, lo que encuentran en el kiosco son alimentos ultraprocesados. Ante esta situación, es el entorno el que tampoco acompaña estos procesos".

En cuanto a la propuesta de modificación del artículo 155 tris, del Código Alimentario Argentino (CAA), en el que se especifica la cantidad de grasas trans que puede contener como máximo los productos alimenticios, Porras señaló que además de las entidadas mencionadas, también están trabajando junto con la Federación Interamericana del Corazón Argentina (FIC) y la Federación Argentina de Graduados en Nutrición (FAGRAN).

Puntualizó además que el tope de este tipo de grasas en margarinas y aceites para venta directa al público es del 2% y que el resto de los alimentos pueden contener hasta un 5%. "Nuestro pedido específico a la CONAL es la modificación de ese tope al 2% en todos los alimentos, incluso aquellas que son utilizadas como materia prima en la industria y la prohibición de los aceites parcialmente hidrogenados que son fuente vehiculizable del 100% de grasas trans", agregó.

Por ejemplo, cuando damos un taller en una escuela sobre alimentación saludable y les decimos que coman frutas, pero cuando salen al recreo, lo que encuentran en el kiosco son alimentos ultraprocesados.

Defensores de la salud

Ante la consulta de cuál el rol social que cumplen como organizaciones en esta cruzada, Maga señaló que "podríamos definirnos como defensores del derecho a la salud y eso implica el derecho a la alimentación adecuada y el derecho a la información en relación al consumo, porque están intrínsecamente conectados. Por otra parte, y teniendo en cuenta todo lo ocurrido durante el tratamiento de la ley de etiquetado frontal, los consumidores exigimos cada vez más una mayor transparencia a la hora de hacer nuestras compras y de elegir qué comemos".

En cuanto al trabajo que llevan a cabo estas organizaciones, Drake de Consumidores Argentinos remarcó que las acciones que llevan a cabo se sustentan en el marco normativo que existe en Argentina en relación a la defensa de los consumidores. "Por lo general, se relaciona o se accede a una organización como la nuestra cuando el daño ya está hecho o cuando un servicio no funciona, pero desde nuestra entidad concebimos más a la defensa de tipo precautorio, antes de que el daño ocurra. Por ello, pensando desde una lógica de daño colectivo y concibiendo a determinadas políticas públicas, como causantes de daños colectivos y aprovechar las normas existentes para evitarlos", señaló.

Asimismo, remarcó que, a través del trabajo de estas organizaciones, se da una "asociación de derechos humanos, que tienen rango constitucional pero que no poseen un régimen sancionatorio y los derechos del consumidor, que sí poseen esas características, por lo que es fundamental poder avanzar en este tipo de demandas y medidas como las del etiquetado frontal y las grasas trans. En definitiva, trabajamos para proteger a los consumidores con esta lógica".

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Soberanía y seguridad alimentaria

"Con estas acciones colectivas, buscamos aportar herramientas para la seguridad y soberanía alimentaria, pero que esto no sólo esté centrado en el objetivo de llenar panzas ante el concepto de cubrir calorías y esto, no siempre está relacionado con la calidad y el origen del alimento", puntualizó el referente de SANAR.

En ese sentido, Maga agregó que al promover este tipo de acciones está relacionada con el derecho a la alimentación adecuada y per se, "y que muchas no están contempladas en las políticas de Estado e inclusive, ni siquiera tiene en cuenta la calidad nutricional o las necesidades particulares de a quienes están destinados esos alimentos".

Drake aportó que en su momento cuando se generó el debate en torno a la ley de etiquetado frontal, también se hacía hincapié en el acceso a una alimentación saludable, "por lo cual es pertinente cruzar las agendas, en las que se tiene que contemplar la seguridad y soberanía alimentaria junto con los precios de los alimentos, junto con el punto sobre cómo se producen esos alimentos".  

En relación al punto de los precios y la medida de congelar el costo de determinados alimentos, Porras señaló que también es necesario analizar y discutir "porque en cierta medida esto incide en el consumo de los alimentos. Porque si una medida económica solamente se basa en acuerdos con determinadas empresas productoras de alimentos, muchas de ellas de ultraprocesados, esos son los únicos alimentos que se hacen accesible a la gente".

En cuanto a la difusión de este tipo de información sobre la calidad de los alimentos que se consumen y el acceso a la misma, señaló que es fundamental porque "porque sin ella, no hay posibilidad de elecciones libres por parte de los consumidores".

"...se tiene que contemplar la seguridad y soberanía alimentaria junto con los precios de los alimentos, junto con el punto sobre cómo se producen esos alimentos".

El rol de las organizaciones

En cuanto qué papel juegan las organizaciones de la sociedad civil ante este escenario, la coordinadora de FUNDEPS consideró que "nos corresponde monitorear el funcionamiento de la industria y también del Estado. Además, no debemos perder de vista que podemos contar con políticas y normativas adecuada a los estándares internacionales en relación a la alimentación y las grasas trans, pero si no se cuenta con los elementos que permita el monitoreo correspondiente, esas propuestas van a quedar truncas".

Maga comentó además que con la finalidad de presentar esta demanda ante la CONAL en referencia a las grasas trans, tuvieron la posibilidad de reunirse con responsables de las áreas de Bromatología de diversos distritos del país y pudieron verificar las falencias que existen en cuanto al monitoreo y vigilancia de los productos en boca de expendio. "Una de las razones principales es la falta de financiamiento para la compra de tecnología adecuada que les permita llevar a cabo los análisis químicos necesarios, como tampoco cuentan con el personal capacitado para ello. Por ejemplo, en Argentina sólo existen tres cromatógrafos (el equipamiento a través del cual se realizan los análisis para determinar el porcentaje de grasas trans en los alimentos), por lo cual es muy difícil realizar los estudios", agregó.

A ello, se le debe sumar que por día se introducen en algunos mercados como los de la provincia de Buenos Aires, entre 70 y 80 productos por día y las autoridades nacionales consideran que a partir la limitación del porcentaje de grasas se cumple en base a un estudio realizado en el añ 2019 de 198 productos, contra la avalancha diaria de nuevas presentaciones de alimentos.

En esta línea, Porras comentó que las presentaciones que se realizan sobre el porcentaje de grasas trans que poseen los alimentos, es netamente declaratorio porque no se presenta ningún tipo de análisis que respalde dicha declaración. "Por lo tanto, el consumidor no cuenta con ningún tipo de garantía en relación a la declaración de porcentaje de grasas trans que posee un producto y el contenido real", agregó.

Finalmente, el referente de SANAR remarcó el concepto de que las grasas trans no son para nada beneficiosas para la salud, "por el contrario por lo que el Estado debe velar por la garantía de los derechos de la alimentación adecuada y la salud, como también verificar la información que aparecen en los rótulos de los alimentos, más allá de que esto tampoco está muy garantizado, por lo que es fundamental la participación de las organizaciones, como también de todos los consumidores".

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Para conocer más sobre esta movida, podés seguir sus respectivas cuentas de Instagram:

SANAR: sanar.nutricion

FUNDEPS: fundepsargentina

Consumidores argentinos: consumidores_argentinos

FIC Argentina: fic_argentina

FAGRAN: fagrannutricion

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