Diseñar y construir hogares en armonía con la naturaleza
GENERAL02/05/2021María del Carmen Ruiz DíazEn forma paulatina, un anhelo, un sueño fue tomando cada vez más fuerza hasta convertirse en un objetivo profesional para Agustina Garay: diseñar y construir hogares en armonía con la naturaleza. Pero para que este desafío haya logrado el ímpetu necesario, ella debió atravesar por procesos en los que la resiliencia, le permitió marcar la diferencia. Quintaesencia charló con esta la joven profesional para conocer su recorrido y el concepto de integración de una casa con su entorno.
“Soy hija de padres separados y ante esta situación, tuve que mudarme muchas veces con mi mamá, quien fue fundamental a la hora de amar y disfrutar del proceso de decoración de interiores hasta mi profesión como arquitecta”, dijo a modo de contexto en el inicio de la charla telefónica, a lo que agregó: “Cada vez que nos mudábamos, ella hacía casi una fiesta del desafío de empezar a decorar nuestro nuevo lugar. Me decía: ‘Agus, diseñá cómo querés que luzca tu cuarto’”.
Casi como obvia consecuencia, desde muy joven empezó a interesarse en la restauración de muebles. Buscaba ponerlos en valor, además de darle una oportunidad de reciclarlos como una nueva impronta. “Realizar esta actividad me llevó a entender la importancia de los procesos y del trabajo pensando y pautado paso a paso. Todo esto, contribuyó también en la elección de mi carrera y a mi elección de dedicarme al diseño de casas familiares”.
Al poco tiempo de recibirse, empezó a trabajar con ingenieros civiles y arquitectos. “Tuve la oportunidad de iniciar mi carrera casi en forma inmediata, siendo parte de un sinnúmero de diseños y proyectos más que interesantes”, remarcó.
Pero el más desafiante de todos fue justamente su primer proyecto: diseñar la casa de su mamá. “Y eso se debió a varios factores como, por ejemplo, el bajo presupuesto y la relación afectiva. Pero con su colaboración y acompañamiento, lo fuimos haciendo y creo que el resultado final es muy bueno porque la refleja y porque tiene tintes emotivos para mí, muy importantes”, rememoró.
Por otra parte, y teniendo en cuenta que el rubro de la construcción está casi netamente conformado por hombres, Agustina dijo que nunca se sintió ni intimidada ni relegada por el hecho de ser mujer. “Al contrario, siempre sentí que estaba en igual de condiciones, siempre me sentí como una integrante más del equipo de trabajo”.
Y allí quizás radica un valor diferencial a la hora de llevar adelante un proyecto: “Para mí es fundamental trabajar desde una mirada integral y para eso es fundamental contar con otras perspectivas”, remarcó.
Hogar y naturaleza
Pero a la hora de hablar de diseños y esas miradas integrales, Agustina remarcó que es fundamental contar con la participación de los dueños de la futura casa. “Porque una casa adopta y adapta los usos y costumbres de quienes la van a habitar, casi podríamos decir que tiene vida, pero para eso, es necesario su involucramiento”, puntualizó.
“Siempre digo que las casas están en continuo proceso de crecimiento y adaptación, como la vida de los seres humanos, considero que no se los puede disociar”, apuntó.
Y en referencia a este concepto, Agustina apuntó que quizás por eso también siempre le resultó muy interesante poder diseñar casas en relación a un entorno natural. Para ella, una construcción debe estar en armonía con el contexto y, en el caso de casas construidas en terrenos extensos, esta asociación debe estar más que presente.
Y por esas cosas de la vida, la pandemia hizo que muchas familias de Corrientes decidieran iniciar o continuar una vivienda en un predio con mayor disponibilidad de vegetación. “Creo que el confinamiento hizo que muchas personas entendieran que era necesario tener un mayor contacto con la naturaleza. Más aún, en ese tiempo en que teníamos que estar aislados”, señaló.
Así, el coronavirus también trajo el boom de salir de la ciudad. “Esto significó para el estudio en el que trabajo con otros arquitectos, un aumento en la demanda de diseños de este tipo asociados con el entorno. Yo estoy feliz con que esto sea así, creo que esa es la línea por la que debemos transitar y amigarnos, pero también respetar a la naturaleza”, reflexionó.
Y es que el regreso a la naturaleza junto con hábitos saludables, entre otros, parece que son una tendencia que llegaron para quedarse en el Siglo XXI y que, paradójicamente, encontraron en la pandemia del Covid-19, un fuerte espaldarazo. Y Agustina, con el camino ya recorrido, está preparada para acompañar a quienes se animen al desafío de convivir en armonía con la naturaleza.