De doulas, crianza en libertad y cambios de paradigma
VIDA SUSTENTABLE02/12/2019 Redacción QuintaesenciaDoulas, acompañamiento en el embarazo, mirada humanizada del parto y crianza en libertad, son algunos términos que de un tiempo a esta parte, forman parte del vocabulario relacionado con el cuidado de una mujer durante este proceso, el puerperio, el desarrollo y crecimiento de l@s niñ@s. Quintaesencia entrevistó a Jésica Busciglio, quien es especialista en psicología comunitaria, doula y asesora en crianza en libertad, con el fin de conocer más en detalle de qué se trata este nuevo paradigma referido a esta etapa muy especial en la vida de una mujer.
“Una doula es una mujer que acompaña a otras mujeres durante el embarazo, el parto, el nacimiento y el puerperio. Este acompañamiento se realiza con saberes basados en evidencias científicas actualizadas. Y el cambio de perspectiva está relacionado a la mirada humanizada a todos los procesos que tienen lugar durante un parto natural y también en el puerperio. Tenemos que tener presente que se trata de una etapa de nuestra sexualidad muy compleja, a la que le debemos sumar la lactancia, entre otras circunstancias referidas a la ciclicidad femenina, teniendo presente las verdades de nuestros cuerpos que hasta ahora estuvieron muy, muy ocultas para una mujer”, dijo Jésica a modo de contextualización.
Señaló además que un parto natural “es un encuentro con todo ese poder que tiene la mujer ancestralmente, que le corresponde por designio y que nos fue quitado hace un tiempo, cuando entró la figura del médico, el hospital y las clínicas en toda esta situación íntima del parto. Esto trajo como consecuencia un poco de desencuentros con todo nuestro poder, lo cual se traduce después en cómo criamos a l@s niñ@s, en qué posibilidades tenemos de criar con confianza, con amor, con seguridad o, por el contrario, con miedos, dudas y angustias”.
Según la terapeuta, en el sistema obstétrico actual la mujer está muy sola “en relación al mundo emocional y la mujer no cuenta con alguien que la escuche, que la contenga ni que le brinde información real y actualizada, acerca de lo que le va a pasar. Y ese es el rol de la doula, sostener emocionalmente a esa mujer.
En relación a la crianza en libertad, comentó que viene de una pedagogía y una mirada a la infancia, al niño y a la niña, como un ser autónomo competente que sabe sobre su cuerpo, que conoce sus deseos y que uno va acompañando ese camino. “Entonces la crianza la libertad es dejar que cada nuev@ niñ@ que llega a este mundo, pueda guiar su motricidad, pero también su desarrollo emocional y el adulto, tiene una función de estar ahí para sostener, para mostrar este mundo, pero no para decir exactamente qué es lo que ese niñ@ tiene que hacer, hasta dónde tocar”, puntualizó.
“Y este camino del doulaje también significa un cambio de paradigma que está muy relacionado con esa nueva perspectiva y tiene que ver con salirnos de esta visión intervencionista medicalizante, desconfiada del cuerpo de la mujer, del niño y de la niña y acercarse mucho más a lo natural. Pero cuando decimos natural, no solo nos referimos a los saberes ancestrales de nuestros originarios, que tienen mucho por enseñarnos, sino también nos referimos a las últimas actualizaciones en salud que nos muestran los beneficios físicos y emocionales de esta nueva mirada”, reflexionó la terapeuta.
Por otra parte, Jésica hizo un llamado a poner en valor a lo que el cuerpo de la mujer le va diciendo instintivamente, intuitivamente, escuchando a esas hormonas en las distintas etapas. “Por bastante tiempo, el mundo y la ciencia nos obligó a callar toda esa información. Con este proceso, buscamos ir conociéndonos más”, señaló.
“Está demostrado científicamente que l@s niñ@s que nacen por parto natural, tienen muchos menos riesgos de tener dificultades respiratorias. Por otro lado, al entrar en contacto con las bacterias de la mamá al momento de nacer, estas le favorecen su desarrollo. Además, las consecuencias de lo que sucede en el momento del nacimiento, lo vemos años después cuando esos niños tienen 10, 20 años. Hoy ya se sabe que llevamos las marcas de haber llegado al mundo a tu tiempo, a tu manera o no. Todo esto tiene consecuencias que después psicológicamente las mostramos en nuestro trabajo, en nuestras relaciones, en cómo decidimos mirar al otro, en cómo decidimos ubicar al otro”, puntualizó.
Finalmente, Jésica invitó a todas las mujeres que “fueron acalladas en su ciclicidad, que fueron acalladas en sus maternidades, que busquen espacios amorosos y se animen a encontrarse con otras mujeres que también están atravesando esta etapa, además de las miradas que rompen con todo lo que la violencia nos quitó y a la que nos hemos acostumbrado”.