Comunicar y vestir, desde la mujer egipcia hasta nuestros días

COLUMNISTAS 14/03/2021 Josefina Echezárraga Josefina Echezárraga
rococó

Cuando estudié Asesoramiento e Imagen, en el módulo de Historia, aprendí varias cosas como por ejemplo cómo fue la evolución feminista desde el vestuario en los últimos 5000 años. En este tiempo, algo siempre estuvo encendido y fue, el propósito de sentirse hermosas, empoderadas y confiadas. Aprendí, que hicieron del vestir una herramienta y lograron así imponerse. La historia lo muestra con claridad, es solo cuestión de mirar con atención. 

En un texto escrito por Camila Galfione en el año 2019, encontré todo eso que alguna vez analicé y ella con maestría, logró plasmar. Es importante mirar atrás, mirar la línea del tiempo completa desde Cleopatra y las mujeres egipcias, que lograron convertirse en emblema de la belleza, pasando por las mujeres griegas que hicieron del uso de prendas, una marca registrada. Las romanas, en tanto, hoy vuelven a nuestros tiempos para recordarnos que los zapatos, son piezas de empoderamiento.  

Cuando miramos a las mujeres del Renacimiento, con prendas para mostrar poder y lujo, entendemos por qué usar camisas y joyas muchas veces, nos envuelve en esa energía renacentista. El Barroco también se impuso en el vestuario y las mujeres francesas fueron -y son hasta hoy-, sus grandes abanderadas. El estilo Rococó en particular, de la mano de María Antonieta, nos metió de lleno en un romanticismo que aún hoy nos hiela los huesos por su fuerza. No podemos dejar de mencionar la picardía de los escotes pronunciados y la extravagancia de una época, donde la mujer se hizo sentir, comunicando pero también alejando desde la indumentaria al sexo apuesto. No se puede omitir que en 1800, el Rococó fue una bandera política y se sabe que quienes osaban usarlo, corrían riesgo de muerte. 

La Belle Époque, trajo consigo cinturas marcadas con corsets que quitaban la respiración, tacos de altura interminable y sombreros muy glamorosos. Hay quienes aseguran que todo aquello se hundió con el Titanic, llevándose la conocida “figura S” al fondo del mar. 

En los albores del siglo XX , los años 20 trajeron cintura baja, prendas holgadas, faldas más cortas y flecos que pudieran moverse al ritmo del jazz y el charleston. Era sinónimo de mujeres libres, divertidas y con estilo. En este punto no puedo evitar sonreír porque siempre, incluso antes de estudiar Imagen, amé esta década. 

Los 30 llegaron con fuerte crisis económica pero la mujer, se adaptó confeccionando su indumentaria en casa y la moda propuso menos tonos pero, aún manteniendo las faldas y la feminidad, el clima social comenzaba a cambiar y solo era el principio de la austeridad. 

Los 40 y la Segunda Guerra Mundial, puso en jaque a la industria de la moda en todo el mundo  y debió seguir adaptándose. Las mujeres debieron salir a trabajar y el mundo dio un salto que jamás imaginó. Mientras que aquellas que se quedaron en casa, hicieron economía de guerra, acortaron las faldas y siguieron adelante. También el contexto hizo que aparezcan los blazers con impronta militar, marcando presencia en todos los guardarropas. La femeneidad toma otros tonos, pero sigue siendo la indumentaria la forma de expresión en las calles de todo el mundo y fueron las mujeres, quienes se encargaron de llevarla adelante. 

En los 50, fue Cristian Dior quien se encarga de imponer un nuevo look, donde faldas amplias tipo corte A, cinturas marcadas, guantes y sombreros, hacen de la década un momento icónico para la moda. En las cuestiones sociales, la mujer vuelve a pisar fuerte, reclama derechos y sus tacos sobre todo de color blanco dan señales fuertes de un avance decidido. 

En los 60, aparece lo que se conoce como la democratización de la moda y la mujer comienza a generar estilo propio. Pero en los 60, la mujer se paró frente de la industria y comenzó a buscar un camino que la identificara de manera personal. La moda y la tendencia comienzan a separarse poco a poco y las marcas deciden hacer punta en las grandes urbes mundiales para que la moda llegue a las calles pero de una forma reinterpretada.  

En los 70’, el hippismo cobra fuerza en algunas partes del mundo y aparece el color, los accesorios y una mujer libre que accede a la educación superior y ocupa lugares en las universidades. 

En los 80, el desembarco de fuertes luchas en el ámbito laboral, lograron que las hombreras tomaran relevancia como así también looks más masculinos pero, ahora llevados con mucho color y peinados cortos pero bulliciosos. Había que ganar espacios, pero ahora con mujeres con títulos académicos y que buscaban alcanzar nuevos espacios. La mujer vistió con trajes de color violeta que fueron emblema de poder.

Hacia adelante, en el 2000, la moda comienza a cambiar con rapidez, reinventando los estilos anteriores y, una vez más,  son las marcas las que realizan campañas para sus públicos.  

Si llegaste hasta acá en la historia, te va a gustar saber que todo este camino está marcado en cada mujer, como un ADN que deja su huella. De ahí la importancia de conocer la historia de la moda, para poder comprender por qué hay ciertas prendas y estilos que nos encantan. Suelo decir que muchas mujeres viven dentro nuestro y con esta información, podemos aprender y darles lugar, aceptar que la historia nos traspasa como sociedad. 

¿Qué mujeres históricas viven en vos?

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