Marihuana, legalización y farsa

COLUMNISTAS 17/03/2023 Redacción Quintaesencia Redacción Quintaesencia
marihuana-1-1024x576

Yarías

“…la legalización de la marihuana en N. York se ha convertido en una farsa”
(Wall Street Journal 14 de febrero/2023)

 Wall Street Journal se ocupa de un tema que ya resulta caótico en la ciudad. Ceremonia aplaudida por la progresía de derecha y de izquierda con la cancelación de todo discurso diferente y en donde hoy se ven las consecuencias. 

Así nos dice el medio americano: “…la Ley de las consecuencias imprevistas se refiere a las acciones de gobierno que tienen resultados imprevistos”. La miopía de legisladores y gobernantes en la búsqueda del aplauso fácil por la dictadura del “pensamiento correcto” está trayendo resultados dañinos para la salud.  

Me pregunto ¿Es importante la salud en este momento del mundo o debemos pensar en el viejo lema “business are business? ¿…o quizás como me dijeron en la OMS en el 2000 “¿Salud para todos, pero no en todo?”. 

Se realizó la legalización en nombre de la justicia social y rápidamente dos docenas de Estados se adhirieron: “debíamos crear impuestos y oportunidades, apoyar a las pequeñas empresas y entraran a N. York 4.000 mil millones de dólares así haremos equidad social y económica”; decían avezados y sesudos políticos. 

La mitad de las licencias eran para agricultores en dificultades, minorías, mujeres, personas condenadas por drogas; mientras tanto los mismos legisladores se niegan a ampliar las opciones educativas para las minorías de bajos ingresos atrapadas en escuelas deficientes y no abren fondos ante estas necesidades.

Las tiendas legales son cada vez menos porque los impuestos son altos y las ilegales pululan por doquier (más de 1.400) con productos más potentes de cannabis adictivo y multitud de productos adictivos. Lo mismo pasa en Uruguay ya que no se compra en farmacias (marihuana con menor poder adictivo y se la encuentra con mayor potencia en el mercado ilegal) mientras proliferan los cultivos ilegales y los llamados clubes cannábicos y las producciones en jardines caseros que fomentan el narcomenudeo. 

Mientras tanto en U.S.A. aumentan los granjeros y agricultores de marihuana que no pagan impuestos y son la boca de expendio de los compradores del mercado negro que ya es blanco. Muchos emigran a campos a producir marihuana por ejemplo en California. 

Antes de la legalización de la marihuana en el Estado de Washington los arrestos por delitos relacionados con la marihuana eran dos 2,5 veces más altos que los blancos; después de la legalización las tasas de arrestos de negros se quintuplicaron (2019-Biblioteca Nacional de medicina de Washington).

A su vez como buen “Caballo de Troya “el aumento del consumo de marihuana llevo al aumento de consumo de cocaína como pasa en Uruguay que junto a Argentina lidera el consumo en América Latina.

A su vez la criminalidad aumenta y se relajan los controles. 

Aceptación social del consumo 

La minimización del daño de la marihuana es alarmante. Una psicóloga de una Obra Social me pregunta por una consulta para un joven de 15 años que fuma marihuana; me llama la atención que la psicóloga me diga sorprendida que como es posible que por fumar marihuana los padres, incluso luego de un hecho policial en el cual intervino, pidan una consulta minimizando el hecho cuando el joven había abandonado los estudios y estaba en contacto con bandas de su pueblo. El sorprendido fui yo ya que también en circuitos profesionales se minimiza el uso de esta droga sin tener en cuenta los datos científicos que están a la mano desde hace muchos años. Es singular la falta de información y la banalización de los daños por el consumo de marihuana y máxime en edades de consolidación de la identidad como es la adolescencia.

En los jóvenes y en muchos adultos la marihuana es una droga de elección y es en muchos un paso previo a otras drogas. El uso de drogas como la marihuana en familia es otra de las novedades desde los 2000 en el mundo mientras crecen plantaciones en provincias y ciudades e incluso en casas particulares además de clubes cannábicos y de jóvenes o adultos que venden aquello que producen en sus jardines.

Nuestras reflexiones clínicas nos llevan a pensar:

1. Se ha normalizado su uso en padres, hijos, escolares y familiares ante la mirada ciega de los que deberían señalar los daños a la salud; 

2. El efecto cancerígeno del tabaco es menor que de la marihuana en fumadores crónicos de ambos cigarrillos (43% tiene el cannabis sobre la nicotina), fumarse un “porro” de marihuana equivale a más de 15 cigarrillos en términos de riesgos de cáncer de pulmón (Nueva Zelanda-2008). Todo esto no se dice. Como dice el expresidente Sanguinetti de Uruguay “el tabaco es de derecha y la marihuana es de izquierda”.

4.“European Respiratory Journal” muestra que daña las vías respiratorias más que el tabaco ya que el humo contiene más del doble de agentes cancerígenos como los hidrocarbonos poliaromaticos. La forma de fumar aumenta el humo inhalado y las consecuencias negativas (bronquitis pulmonar, enfisema crónico y cáncer de pulmón).

3. En edades puberales retrasa el desarrollo madurativo y máxime con un cerebro que no ha terminado de madurar (recién termina a los 25 años) y se resienten todas las áreas emocionales, intelectuales, cognitivas, motrices y dificulta los desarrollos académicos, así como los proyectos de vida en una fase de consolidación de la identidad.

4. Daña estructuras vitales en el cerebro como áreas frontales por ejemplo destinadas a las más finas operaciones de control de impulsos y de abstracción, así como todo el circuito motivacional. 

5. Esta muy vinculado al riesgo de contraer psicosis cannábicas o de estimular las vulnerabilidades psicóticas y las psicosis esquizofrénicas con alucinaciones y delirios de muchos pacientes que de no haber fumado marihuana no la hubieran desarrollado. Es también común el llamado síndrome amotivacional (perdida de interés, abulia, apatía) y el síndrome depresivo mayor (Plan Nacional de Drogas de España-2022).

El cannabis y los comestibles 

Veintiún estados de U.S.A han aprobado el cannabis recreativo para personas mayores de 21 años. Investigaciones anteriores han demostrado que las llamadas a los centros de envenenamiento y las visitas a los departamentos de emergencia por consumo de cannabis pediátrico aumentaron en ciertos estados después de que la droga se legalizó en esas jurisdicciones. 

Se hacen canapés, medialunas, dulces con estos principios psicoactivos   y caramelos, así como distintas golosinas lo que unido al consumo de los padres en la casa genera una gran cantidad de niños pequeños expuestos involuntariamente a estos productos comestibles de cannabis y en los Estados Unidos aumentó un 1375 % en un período de 5 años, según un nuevo análisis de datos de los centros de control de envenenamiento por los efectos colaterales de esta ingesta(Medscape-revista médica americana 2022).

En 2017, los centros recibieron 207 informes de niños de 5 años o menos que ingirieron cannabis comestible. En 2021, se informaron 3054 casos de este tipo, según el estudio, que se publicó en línea el 3 de enero en Pediatrics (2023).

Muchos de los niños experimentaron efectos clínicos, como depresión del sistema nervioso central (SNC), alteración de la coordinación, confusión, agitación, aumento del ritmo cardiaco, etc. Alrededor del 8% de los niños fueron admitidos en unidades de cuidados intensivos; El 14,6% ingresaron en unidades de cuidados no críticos. 

Recordatorio básico

El consumo de drogas es un problema de salud pública y debe abordarse con la misma mirada que otros problemas de salud crónicos. Esto significa en primer lugar fortalecer la prevención para que consuma la menor población posible y retrasar el inicio del consumo de aquellos que consuman cualquier droga y en segundo lugar entregar un tratamiento oportuno y de calidad a las personas que requieren ayuda producto de su trastorno por consumo de drogas.

De lo contrario pulularan o ya pululan Skid Row (al lado de Beverly Hill en plena California -Los Ángeles) como un campamento de marginales que semeja a un “campo de concentración” sin alambrados. Muchos lugares de Argentina se parecen. Causo impacto que muchos jugadores no quisieron firmar en un club de futbol muy importante de Rosario por temor a ese “Skid Row” argentino. 

Los Ángeles no es solo el lugar de las estrellas de Hollywood avanzando por avenidas fastuosas con coches de última generación; es también “Skid Row”.Ahí 58.000 personas vagan con múltiples enfermedades en las calles de ese condado de cuatro kms. La esperanza de vida no llega a los 48 años mientras que el californiano medio llega a los 80 años. Y esto se da en la quinta economía del mundo. 

Vamos formando rápidamente una sociedad “sin sujetos” en donde predominan los “ausentes” solo motivados por una sustancia en la cual se les va la vida. Sociedad de sonámbulos que deambulan con una vida regalada. 

Son los “nadies” promovidos desde la nueva “progresía light” con la avanzada de los grandes capitales económicos y políticos (de derecha e izquierda)  de esta nueva lógica y “nichos” de mercado que se abren aún a costa de la salud. Quemamos reservas cognitivas cerebrales que es lo necesitamos usar en la vejez. Así miles de jóvenes están anticipando el envejecimiento y una jubilación precoz.

 Quizás si Marx viviera ya no diría que la Religión es el opio de los pueblos, sino que la droga es ese opioide explotador ya que narcotiza los motores de cambio social. 

¿Sobrarán los seres humanos en esta era de inteligencia artificial y de robots que ya casi está entre nosotros?

Lamentablemente hoy forma parte de un negocio mundial que genera plusvalía a costa de la muerte o el deterioro de miles. Así estamos. “¿business are business?

Dr. Juan Alberto Yaria es Director general GRADIVA - Rehabilitación en adicciones.


Si te gustó esta columa, ¡podés colaborar haciendo clic en la imagen!
Somos un medio autosustentable que cuenta historias y visibiliza acciones que promueven un cambio social. 
si te gustó la columna

Te puede interesar

Recibí buenas noticias, buenas historias en la bandeja de entrada de tu correo.