¿Ciclotímicas? No… ¿Cíclicas? ¡Sí!

COLUMNISTAS 18/03/2023 Redacción Quintaesencia Redacción Quintaesencia
ciclotímica

Silvana Musso

Es común desde el dicho popular, decir que las mujeres somos ciclotímicas por los cambios de humor y de mirada, donde de la noche a la mañana muchas cosas podemos ver y sentir distintas. Y si bien la ciencia no termina de avalar ni de asociar estos cambios a nuestro ciclo menstrual, nosotras sabemos muy bien  cuando conversamos con otras mujeres que estos cambios se ven asociados a nuestro sangrado.

Sabiendo que siempre hay excepciones, muchas dan cuenta de la tristeza, la melancolía y el pesimismo previos a menstruar, y de la amorosidad y el aumento del deseo sexual cuando estamos ovulando. Y es que si bien no somos ciclotímicas (ya que esto no responde a ninguna enfermedad ni patología), las mujeres sí somos cíclicas… Y al igual que la Luna que pasa por cuatro estados cada 28 días influyendo en cada uno de sus momentos sobre la fertilidad, la pesca, la agricultura y las aguas del planeta, también así nuestra Luna o Ciclo menstrual  distingue cuatro claros estadíos y ocurre aproximadamente cada 28 días influyendo sobre nuestros estados anímicos, nuestros pensamientos y nuestra energía.

Así que podemos proclamar tranquilas que no estamos alunadas, sino que estamos con nuestra luna y que no somos ciclotímicas sino cíclicas y empezar a avalarnos sobre todos los cambios que acontecen en nosotras durante todo el ciclo menstrual.

Y aquí comienza un mundo maravilloso y misterioso en el cual poder adentrarnos para descubrir y descifrar en cada una de nosotras los Misterios de la Sangre Lunar. Misterios que antiguamente se transmitían de mujer a mujer, de las ancianas a las jóvenes en lo que se llamaba Tienda Roja. Este era un espacio al que acudían las mujeres que estaban con su luna para poder descansar y recibir las enseñanzas de las ancianas sobre los distintos momentos del ciclo y sobre los poderes de la sangre. Mucho de esto se ha perdido y mucho hemos vuelto a recuperar cuando las mujeres empezamos a recordar y habilitarnos a hablar de lo que realmente nos pasa, sentimos y necesitamos.

Nuestra sociedad promueve de una forma alocada que las mujeres cuando estamos menstruando respondamos a las exigencias del mundo moderno sin muchas veces respetar nuestras verdaderas necesidades. El uso del tampón, de las pastillas anticonceptivas, de los medicamentos para anestesiar las molestias de nuestro cuerpo, si bien son un recurso muy posibilitador, también nos exige salir a la calle como sin nada nos pasara. Es cierto que no estamos enferma cuando baja nuestra sangre, que podemos lavarnos la cabeza sin temor a quedar loca, como  decían las abuelas, pero también es cierto que muchas veces estamos más cansadas, con necesidad de dormir , molestas o decaídas, sin energía para enfrentar desafíos, y esto también es bueno y saludable escucharlo y respetarlo. Y mucho es el trabajo psíquico y emocional que las mujeres hacemos durante ese momento.

Sabiendo que somos una sola cosa, cuerpo, emociones, pensamientos, energía y espíritu y que lo que ocurre en un plano también ocurre en el otro, hoy podemos decir que durante todo el ciclo menstrual la mujer pasa por cuatro momentos que podemos identificar claramente.

El momento preovulatorio que ser relaciona con el momento de mayor energía del ciclo, donde nos encontramos positivas, activas, animadas , claras, optimistas, con alto nivel de energía; el momento ovulatorio donde estamos más maternales, contenedoras, pacientes, amorosas;  el momento postovulatorio, que nos lleva a estar más atentas a poner límites, con la energía más replegada hacia nosotras, firmes y sostenidas, y el momento del sangrado donde estamos más melancólicas, tristes, iracibles, pesimistas y necesitando momentos de mayor intimidad.

Muchas autoras relacionadas con la Espiritualidad Femenina, entre ellas Miranda Gray, identifican estas cuatro etapas con arquetipos de lo femenino que permiten que las mujeres podamos hacer un trabajo de reconocimiento y activación de estos atributos femeninos muchos de ellos desestimados por nuestra cultura. Estos arquetipos responder a la Doncella, a la Madre, a la Hechicera y a la Bruja (entendida esta como la Vieja Sabia que todo lo ve y todo lo sabe).

Aprender a reconocer cómo funcionan estos arquetipos en cada una de nosotras y cuáles de sus atributos me son más fáciles y cuales he negado y censurado en post de poder recuperarlos y activarlos, es un trabajo muy sanador que permite que integremos en nosotras nuestras luces y sombrar y estemos cada vez más enteras y empoderadas para disponer de nuestra vida.

 

Silvana Musso es Psicóloga, Terapeuta Gestáltica, Sexóloga, Facilitadora de Círculos de Mujeres, Cantautora del cantos sagrados femeninos (Spotify, Youtube), Sacerdotisa de la Diosa y de la Luna, Coorinadora de la Escuela de Brujas Magia Circular y de Esencia desplegar y descubrir en Paraná, Argentina. Podés seguir en Instagram en silvana_musso


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