Confiar en la vida

COLUMNISTAS 28/01/2023 Redacción Quintaesencia Redacción Quintaesencia
confiar

Tona

Hola soy Tona Galvaliz, hoy quiero compartir con vos esta nota para la revista Quintaesencia.

El tema de hoy es: Ten esperanza, confía en la vida.

Hay palabras y sentimientos que nos hacen sentir bien, la esperanza es una de ellas, es contagiosa y muy transformadora.

La esperanza tiene que ver con un acto de confianza y de adhesión a la vida, es un valor y un bien, ya que permite vivir con alegría y optimismo, a la vez que nos ayuda a seguir adelante a pesar de los momentos de incertidumbre y de dolor.

La esperanza es un estado de ánimo en el que se percibe la posibilidad de alcanzar lo anhelado, significa una fuerza interior poderosa que nos inspira con ilusión y alegría a seguir y perseverar con la convicción de que es posible alcanzar lo imposible.

También es una energía que brinda consuelo en los momentos difíciles y complicados, asistiéndonos con una fortaleza para continuar adelante cuando todo parece perdido. 

Sentimos esperanza cuando pensamos que las cosas suceden para bien y para mejor, haciendo posible sobreponernos a las adversidades como si hubiese una luz mostrándonos el camino, y que este conduce a algún buen lugar.

Solemos decir que no es posible vivir sin esperanza, dicho de otro modo, que la esperanza es lo último que se pierde, porque ésta forma parte del proceso de la realidad, es una de las energías posibilitadoras de vida -valga la redundancia- que trae posibilidades. 

Pocas veces somos conscientes de la importancia que tiene sentir esperanza en nuestras vidas. 

La falta de esperanza es la desesperación, en cambio las personas que tienen esperanza son más confiadas, optimistas, experimentan la serenidad y el bienestar.

Claro que es natural sentirnos afectados por las dificultades, por lo inesperado, por la incertidumbre, pero recordemos que la vida continúa y que en algún momento tendremos que impulsarnos desde el fondo de la situación donde nos encontremos, para volver a retomar el control, gestión de la situación y de nuestra vida, saliendo fortalecidos de las dificultades.

Recordemos entonces que la esperanza es confiar en que las cosas mejorarán y cambiarán, en que encontraremos la solución, la respuesta, la salida, el camino, en que podremos superarlo, resolverlo, lograrlo, aun cuando en el momento de ahora no podamos hacerlo; no está dicha la última palabra.

Entonces la esperanza es esa fuerza interior que nos sostiene cuando nos derrumbamos, cuando sentimos temor, duda o inseguridad, frente a lo que pueda pasar, es ese poder interno, esa actitud que nos fortalece e impulsa a seguir adelante, a enfrentar y a resolver más allá de las circunstancias.

También, es ese empujón que nos mueve a continuar haciendo la diferencia que marca la diferencia, realizando el trabajo, o el esfuerzo necesario para solucionar esa situación que enfrentamos con la confianza de que podremos hacerlo.

Nos gusta vivir esperanzados, porque así lo bueno que nos sucede adquiere una mayor relevancia y además  es saludable cultivar un “moderado” optimismo respecto a la valoración del mundo y a las vicisitudes; comprendiendo que las cosas no están tan mal como parecen, siempre hay opciones que nos toca descubrir; para evitar quedar atrapados en el temor, la angustia, la ansiedad que nos produce la incertidumbre ante el futuro, cuando vivimos en supuestos negativos respecto de lo que nos puede llegar a suceder.

Para ir cerrando; es buscando en nuestros archivos emocionales aquellas experiencias positivas, satisfactorias y reconfortantes en las que hemos conseguido lo que en su momento buscábamos, es evocando esas lecciones aprendidas surgidas de la adversidad que tocó vivir. 

Es apoyándonos en esos pensamientos y sentimientos constructivos para potenciar la confianza en nosotros mismos y en la divinidad que habita en cada uno, para mantener viva la llama de la esperanza. 

¿Sabías que las personas con mayores niveles de esperanza son más efectivas en hallar soluciones y alternativas a las problemáticas que surgen y que enfrentan y que, con mayor facilidad los obstáculos?

Porque a mayor nivel de esperanza, menor nivel de depresión, mejor salud mental, física y emocional aportándonos pensamientos posibilitadores y creativos, mejorando su nivel de empatía, multiplicando sus vínculos interpersonales, siendo estos óptimos, colaborativos.

¡Sigamos juntos en esto, te mando un beso inmenso y hasta la próxima! 

Tona Galvaliz es terapeuta y especialista en: Biodecodificación – Coaching Sistémico – Counselor -LogoTerapeuta- Análisis Existencial-Programación Neuro Lingüística PNL- Speaker. 
Instagram: @TonaGalvaliz; LinkedIn: María Antonia Galvaliz; Facebook: María Antonia Galvaliz.


 Si te gustó esta columna, ¡podés colaborar haciendo clic en la imagen!
Somos un medio autosustentable que cuenta historias y visibiliza acciones que promueven un cambio social. 

si te gustó la columna

Te puede interesar

Recibí buenas noticias, buenas historias en la bandeja de entrada de tu correo.