

Hola soy Tona Galvaliz, hoy quiero compartir con vos esta nota para la revista Quintaesencia.
El tema de hoy es: Gestionando miedos
¿De que te pierdes en la vida por estar paralizado de miedo?
“Es posible transformar sentimientos insanos, emociones paralizantes, por otras positivas, con sentimientos más saludables y así llevar una mejor calidad de vida”. No es una tarea fácil, pero tampoco es algo imposible. Podemos mejorar y cambiar.
Tal vez hoy tu ánimo no sea el más entusiasta.
O puede que te encuentres mortificado por razones, creyendo que no existen alternativas o ninguna solución a eso que te preocupa, que te empaña la paz y que te aleja de tus sueños.
O, posiblemente estés extrañando a alguien o algo que ya no está; o que las circunstancias presentes se muestran complicadas o inciertas estando atrapado por el miedo.
Cuando hablamos de sentimientos ¿a que nos referimos? Podríamos definirlos como el estado de ánimo emocional y mental sostenido en el tiempo; ellos son subjetivos e intransferibles; entendiendo que las cosas son como las interpretamos, y vemos el mundo como somos.
Podemos definir también que los sentimientos son energías que conmueven nuestro interior, provocados por estímulos externos y/ o internos.
Por ejemplo, las sensaciones acerca de los recuerdos que llevamos, impresiones corporales, ideas, creencias o prejuicios.
Estos estímulos son importantes, por qué mueven nuestra psiquis y según sean estos estímulos: “positivos o negativos, de agrado o desagrado, de adhesión o de rechazo”; lo vamos a manifestar externamente a través de expresiones, acciones, actitudes; repercutiendo en las decisiones que tomamos, en nuestra conducta, impactando en nuestra salud integral, y en nuestro buen o mal humor.
Todos, como humanidad estamos atravesados por sentimientos negativos como ser: enojo, envidia, celo, culpa, miedo etc. Pero lo importante es advertirlos, identificarlos, registrarlos y más tarde gestionarlos adecuadamente, para trascenderlos, de manera de sentirnos más conectados, satisfechos, felices y mejores personas.
Nuestra naturaleza estructural es polar, enraizados dentro de emociones evolutivas duales, como ser AMOR_MIEDO, dos caras necesarias de una misma moneda. Igual que una pila para que funcione tiene que tener polaridades.
El amor nos lanza y expulsa para salir a la vida, al encuentro. Y, por otro lado, el miedo que nos cuida y nos defiende de posibles peligros o amenazas, nos detiene y frena.
El conflicto radica cuando estamos muy detenidos o anclados en una polaridad especifica de miedo, y alejados de la otra que es el amor.
Al experimentar la emoción de miedo, nuestro cuerpo cambia radicalmente su funcionamiento electro-magnético-químico- biológico- psicológico y prende la modalidad piloto automático como funcionamiento operativo, impulsando la huida-defensa o ataque.
El cerebro recibe menos sangre, se bloquean al instante la capacidad de análisis y discernimiento.
Este pequeño órgano de tan solo 1k aproximadamente interpreta que hay peligro inminente, el cerebro no está diseñado para cuestionar lo que creemos, a él no le interesa si el miedo es real o imaginario, le da igual.
Es así que frente a lo que imaginamos, pensamos, creemos o sentimos directamente enciende su tecla de supervivencia, y bloquea la función reflexión, la mayor parte de sangre que estaba en el cerebro se dirige a las piernas, brazos y los pulmones; para correr, atacar o huir necesitando los pulmones mayor oxígeno.
¿Como autorregularnos, hacer cambios o reconversión así poder autogestionar el miedo? Saber que siempre están, no negarlos, aceptarlos, pero verificar si los miedos son reales, o solo están en la mente y si están sobredimensionados.
Nunca dejaremos de sentir miedo, pero sí podemos disminuirlos, conectando en cada instante con la confianza en nosotros y en la vida, ir por eso que nos apasiona de la mano del miedo que nos cuida, pero hacer foco en eso que amamos.
Diez pasos de transformación positiva.
Aceptar, recibir las cosas como se presentan. Fluir. Resistir es persistir.
Autoobservación de uno mismo. Que te sucede obsérvate como fluyen dentro los sentimientos y emociones.
Demora la respuesta, pero no la suprimas. Permite ser consciente de “eso” que, si lo dejamos salir automáticamente, carecerá de la posibilidad de la autoobservación.
Reconoce, identifica qué ocurre en tu interior, ponle nombres a tus sentimientos.
Aparta la emoción, el sentir de la razón: chequea la causa desencadenante, plantéate que tan real es; o si simplemente es producto de la inseguridad y/o autoestima herida.
Revisa tus creencias: Analiza qué hay detrás de aquello que te pasa, identifica que creencias acompañan y sostienen esa conducta
Date tiempo a procesar tus sentimientos negativos. Compréndelos.
Reestructura tus pensamientos y sentimientos hacia el optimismo; Reemplazando una creencia de carencia por otra positiva
Ej. no se no puedo, me voy a morir, no sé qué hacer. Ejemplo: lo voy a intentar a pesar de que elijo vivir, daré pasos confiados y seguros, me atrevo a probar hacer esto o aquello.
Resignifica. Capitaliza. Quédate con los aprendizajes de la experiencia.
Si fuese necesario pide ayuda:
“Frente a las circunstancias de la vida; no podemos elegir nuestras emociones o lo que sentimos, pero sí podemos decidir qué hacer con ellas; o sea:
“Que haces con lo que te pasa, de lo que pasa”
Sigamos juntos en esto, te un beso inmenso y hasta la próxima.




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