Mujeres que Cuentan, segunda edición con nuevas historias para compartir 

En tiempos de tanta incertidumbre, que una escritora se atreva a presentar la segunda edición de su libro podría ser considerado un grito de rebeldía. Si a eso le sumamos que además se le hacen cambios, se suman historias y más, habla de un compromiso por seguir aportando contenido de calidad para el lector. Ese es el caso de la segunda edición del libro Mujeres que Cuentan, obra presentada a principio del año 2019 por su autora, Nacha Ríos.

En una entrevista concedida días atrás a Quintaesencia, la autora comentó que para ella implicó un desafío, pero también casi una obligación para con las protagonistas de las historias que sumó y otras decenas que, por una cuestión de espacio, no pudieron ser parte de esta reedición. 

“En la segunda es edición de Mujeres que Cuentan, hay dos cuentos nuevos en la de los relatos de historias verdaderas, dos cuentos que han salido, otros han ingresado y se incorporaron fragmentos de algunas historias de mujeres en guerra. Esto nació a raíz del camino del libro, porque tuve la oportunidad de presentarlo en universidades de Asunción, Paraguay, y algunos de los alumnos me comentaron muchas cosas sobre las mujeres paraguayas y la necesidad que también se le diera un lugar”, dijo a modo de introducción la autora. 

Nacha hace la salvedad de que, si bien ella no es historiadora, a través de estos relatos busca generar la curiosidad en los lectores para que se animen a indagar, a buscar y a informarse más sobre estos hechos, muchos de ellos de extrema crudeza y mucho dolor. 

Por otra parte, indicó que “en este tiempo, incluso en pandemia, siento que tengo la necesidad de seguir escribiendo sobre esta temática de género porque siento que todavía queda mucho por hacer y hablar, que no está de ninguna manera nada malo recordar y si esto se hace a través de la literatura y puede llegar este a los lugares educativos, a los conversatorios, y demás, bienvenido sea”.

“Sería muy importante que también sirva para hacer parte de un debate de un análisis", indicó. En relación a la responsabilidad que implica presentar su obra en ámbitos académicos, la autora indicó que eso genera un plus de responsabilidad, por lo que "cuando escribo sobre esos temas, trato de ser coherente y ser responsable de lo que digo y cuento”, puntualizó. 

En relación a la forma en que esta obra en particular la ha atravesado como mujer y ser humano, cuenta que tardó más de dos años terminar de escribirlo, “porque sentí que había un compromiso y que me había modificado, en especial cuando lo empecé lo empecé a compartir, sentí que se me fue las manos porque mucha gente se comprometió y lo difundió”. Consideró que estos amigos comprometidos, le pusieron el cuerpo al libro porque “trata de un tema que está latente en nuestra sociedad o que está en nosotros y que no se habla y que está ahí, como algo que puja y no es algo que te lleva a tener un compromiso social en cuanto a violencia de género, sino en toda discriminación, en toda violencia como con los originarios, las personas discapacitadas y todo aquel que es discriminado en esta sociedad”. 

Pincel en mano

La segunda edición de Mujeres que Cuentan, también empujó a Nacha a transitar otros caminos artísticos. “Cuando me puse a indagar sobre la mujer en honor a quien se erige la figura de la Madre Patria, Maria de los Remedios del Valle, me sentí muy movilizada por todo lo que pasó y sufrió. Y sentía que contar esos hechos no eran suficiente, entonces sentí la necesidad de pintar. Al principio eran colores como las emociones que sentía y después, realmente la quise pintar como un homenaje a ella. Me llevó días hacerlo. Lo fui haciendo por partes, fue como ir abordando desde distintos lugares la violencia y la sangre. Empecé como a experimentar, también como para homenajear a otras mujeres”, relató 

En el último tramo de la entrevista, fue propicio para anunciar que próximamente estará inaugurando una sección en Quintaesencia, que llevará por nombre ComentaRíos, en la que tratará diversos temas de la vida cotidiana desde el respeto, pero buscando echar por tierra algunos prejuicios.