La "evaporación" del padre: hacia una sociedad más "manipulable"

COLUMNISTAS03/07/2021Redacción QuintaesenciaRedacción Quintaesencia
Familias

Yarías

“ La familia parece ser el único lugar donde se da la gratuidad y
nos reconocen por lo que somos
y no por lo que tenemos", San Juan Pablo II.

 

Massimo Recalcati, uno de los más lúcidos analistas de este momento cultural, habla refiriéndose a este fenómeno como de la "evaporación" del padre. El maestro italiano llega a decir que en la vida somos “herederos”, pero si no hay transmisión de las generaciones precedentes y del entorno social (escuela, cultura) surge el vacío y un hombre lleno de agujeros. El desempleo juvenil alto agrega más incertidumbre al panorama. Ni hablar del nuevo fenómeno de grupos familiares en carrera de consumo ni de la aceptación social del consumo de estupefacientes y de su masificación planificada.

La caída del Padre y de la organización familiar (como de la escuela y las organizaciones culturales y deportivas del territorio) como donación de sentidos y transmisión de notas de vida (bajan en toda Europa y en Argentina los índices de natalidad) tiene mucho que ver con el vacío de miles; la orfandad de proyectos y el hastío de vivir. Ahí los estupefacientes cumplen un papel.

La crisis de la vida familiar tiene mucho que ver con la esclavitud actual. La familiar parece ser la base del capital social y humano de la sociedad y no solo sus riquezas energéticas y financieras o económicas. La crisis de la vida familiar tiene mucho que ver con la esclavitud actual. Vivimos dentro de un default humanístico.

Esto parece evaporarse en nuestro país. Recordemos finalmente a un grande de la filosofía francesa Gabriel Marcel, cuando dice: ""hay un lazo nupcial entre el hombre y la vida y es en la familia donde ese pacto se encarna; el acto constitutivo de la familia no es la cópula, no es algo para un instante, es para durar"" ("La decadencia de la sabiduría").

Las drogas y la “doma social”

Las drogas se han transformado en la forma moderna de la "doma" social. Ya no están más los grandes líderes del mundo desde Kennedy hasta los del viejo orden comunista que hacían de la lucha preventiva una bandera (no olvidarnos la epopeya de las dos guerras del opio por los chinos). Ahora parece no ser así. A esto hay que agregar la caída de todo un sistema cultual preventivo y de cuidados (familia, escuela, cultura territorial).

Las guerras políticas parecen ganarse con drogas y ahora desde la paz se ganan voluntades también con drogas y la plusvalía que generan en las grandes organizaciones se ligan a controles de territorio y por ende de organización politica y de manejo del Poder.

La droga forma parte de la mesa familiar en muchas familias y además de la planificación politica en muchos Estados. Un porcentaje significativo que consulta tienen familiares con consumos problemáticos haciendo entonces muy difícil el pronóstico.

 Lo que se transmitió no fueron palabras, valores, sentidos y orientaciones sino la solución química que resulta ser como la "solución final" de los regímenes totalitarios.

La sociedad actual nada tiene que ver con la Sociedad Victoriana, la cual se basaba en el deber, la postergación de los deseos y con todo un horizonte normativo centrado en la transmisión generacional y las normas sociales basadas en la tradición. El sistema social en la época victoriana estaba basado en el deber y ese era el imperativo social.

Hoy, mientras tanto, la civilización no exige la renuncia a la satisfacción inmediata, sino que la incentiva, la manda, la pide. El deber ahora es gozar. La droga permite esto ignorando las consecuencias. Todo esto se complica más por la caída de los ideales sociales, la agonía del amor en la tutela de los niños con el desamparo consiguiente y con una tecnología que a partir de la década del "80” del siglo XX irrumpe con fuerza arrasando aún más los vínculos de contacto humano.

Van surgiendo generaciones químicas y hoy se convierte en un "Imperativo Categórico" el uso de drogas para muchos ante la caída de las tutelas y de los vínculos familiares de sostén. 

Padre... ¿por qué?
La evaporación del padre, que es la de los vínculos de donación de sentidos, amor estructurante y valores que orienten delimitan una gran dificultad de hoy: ¿quién educa?. Los seres humanos necesitan ser educados, sólo los animales son adiestrados. A. Arendt retoma un texto de San Agustín de la "La ciudad de Dios": "Un recién nacido nos hace regresar al alba de la humanidad".

¿Qué significa el apellido hoy?; se pregunta Charles Péguy (1873-1914-escritor católico francés) en el "Hombre de la Esperanza" y nos dice "piensa con ternura en ese tiempo que no será tu tiempo sino el tiempo de tus hijos". Hoy el apellido parece significar poco. Incluso los descensos de la natalidad en Europa y también en Argentina hacen pensar a algunos en una orfandad melancólica de pérdida de sentido ¿para qué traer hijos al mundo si el mundo parece prometer poco, abrir un porvenir donde ya no parece haber porvenir? Al fin de cuentas, como dice Péguy, "el único aventurero del mundo de hoy es el padre: alimentar educar, es un pobre ser responsable, sufre por otros".

Recalcati recuerda al Cristo crucificado en el Gólgota cuando dice "Padre, por qué me has abandonado". También la película de Nanni Moretti (2011) "Habemus Papa", cuando es designado un Papa que se queda sin voz porque no puede soportar el peso simbólico de su designación. El balcón de San Pedro aparece vacío. Cuesta ser Papa, dice Recalcati, y también cuesta ser padre hoy.

El infierno en la tierra

Las historias de vida de nuestros pacientes parecen ser una imagen anticipada del "infierno", pero en la Tierra. El pensador francés Edgard Morin hablaba de estos tiempos como de una "megabarbarie organizada" en donde se conjugaban en este tiempo tres componentes: individualismo (caída de la noción de comunidad); "errancia" de los amores (vínculos líquidos y de utilización del otro como mero objeto mostrando la "agonía" del amor humano) y la masificación de las drogas.

En nuestra tarea cotidiana en los consultorios, muchas veces, el "infierno" parece estar cerca y más cuando tratamos adicciones que nos confrontan con la visión de lo que puede llegar a pasar (nuestra experiencia clínica nos va guiando) en ciertas situaciones críticas pero que, al mismo tiempo, no podemos detener porque no está en nuestras manos hacerlo o porque no nos dan la autoridad para remediarlo. Aparece ahí la visión del "infierno" terrenal junto a la megabarbarie.

Dijo una vez Ítalo Calvino (1923-1985): "El infierno de los vivos no es algo por venir, hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos, aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es riesgosa y exige atención y aprendizajes continuos, buscar y saber quién en medio del infierno no es infierno, y hacer que dure y dejarle espacio".

"Infierno" terrenal de Calvino y Megabarbarie organizada, según Morin, en estos tiempos líquidos abonan el desamparo de miles y la muerte anticipada con las drogas como arma letal (economías enteras viven de esto) y familias casi inexistentes que impiden por sus propias falencias una educación para enfrentar estos tiempos de inermidad y violencia homicida despeñando a muchos al abandono.

Familias solo nominales
Hace unos años conocí en un centro psiquiátrico a Jorge, de alrededor de 30 años, internado por una crisis psicótica por consumo de estupefacientes. Todo había comenzado en el desierto mexicano cuando, a los 12 años, empezó a consumir alucinógenos. El corolario fue un desorden psicótico marcado que siguió con una internación de 6 meses en una comunidad terapéutica europea. El desorden familiar expresado en la falta de límites era muy visible en esa edad porque no podían asegurar un mínimo continente normativo que lo alejara de amistades en contacto con las drogas.

Así su vida va transcurriendo con el consumo de distintas sustancias quedando Jorge al cuidado de su madre mientras el padre estaba en otro país y el recuerdo de su hijo era solo una cuota pagada religiosamente. Era lo que hoy se denomina una "familia nominal". Están, hay una heladera llena, el ausente pasa dinero... pero todo el horizonte de amor, límites y valores (base de un crecimiento sano) luce también por ausencia.

A los tumbos el joven crece y establece pareja en Europa con una chica. Tiene un hijo, es padre, pero no puede cumplir la función parental. El también abandona. Se afirma ahí un consumo aún mayor. La paternidad implica el desarrollo de una función simbólica para la cual no estaba preparado. Puede ser padre biológico...pero no padre adoptante y orientador de senderos y de acompañamiento a la madre en su función de transmisora de la ley de la vida.

La historia culmina con un vacío que lo llama y se desploma de un balcón hacia el vacío de la nada. Sin Padres y no pudiendo ser Padre solo el precipicio de lo bajo es lo que llama y la altura de la trascendencia terrenal que da la paternidad con un hijo no había aparecido.

¿Qué queda de la vida familiar?
¿Qué observamos ahí? Solo se habla de las mafias instaladas en esas zonas y eso es cierto y máxime si los medios de comunicación lo tienen como un tema de agenda permanente. Pero esto es solo una parte de la realidad.

Me voy a referir a dos temas que son el eje de la estructuración de lo humano: la caída de la familia como vínculo por excelencia y la falta de un cuidado de los más jóvenes al contacto con las drogas desde todas las estructuras sociales (desde las pocas familias existentes hasta las estructuras educativas).
Pude tomar contacto con estudios cualitativos de estos territorios y además los atiendo a través del sistema de obras sociales. El problema más recurrente es el consumo de drogas y enfermedades mentales invalidantes -si no se las trata desde sus inicios-. Jóvenes solos sin padre, con una abuela que pide por ellos en alguno de los pocos centros que pueden tomar adicciones severas. Padres también internados, presos o inexistentes. Es casi un calvario de puerta en puerta. En muchos casos nos preguntamos dónde está el padre o alguna figura sustitutiva. Son chicos que crecen solos. Al mismo tiempo, el abuso sexual es un tema recurrente ya sea de padres con hijas, madres con hijos, entre hermanos, de padrastros con hijos de la madre de otros matrimonios. Todo lo contrario, a un desarrollo sano.

La base de la vida humana está centrada en una vida familiar en donde la interdicción del incesto es el pasaje a la cultura o sea es la ley en donde se debe encontrar mujer u hombre fuera de la familia. Es la exogamia garante de nuestra autonomía. En estos grupos prima la endogamia que es el eje de todas las perversiones y de muchas enfermedades.
Encontramos padrastros que abusan de sus hijastras, con cambios de parejas recurrentes y con relaciones sexuales delante de los menores. La violación entre hermanos se da también ahí, especialmente de los mayores sobre las menores.

El tabaco es de derecha y la marihuana de izquierda

Esta frase pertenece al ex Presidente uruguayo Julio Sanguinetti en donde la venta registrada en farmacias y el aumento de la venta ilegal (que ha aumentado) fue tamizada con un discurso ideológico aprobatorio. El tabaco daña (quien lo negaría) pero la marihuana es “barnizada” con una pátina de rebeldía social cuando en realidad parece ser una forma de manipular a miles. Además, han convertido a Uruguay en el segundo país consumidor de cocaína luego de la Argentina.

 Se olvidan de la evidencia científica acerca de los daños de este estupefaciente sobre el sistema nervioso y en todo el aparato cognitivo. Es un “progresismo” de un hombre que parece no tener cerebro y las consecuencias sobre éste y la conducta.

Se disocia la conducta y el pensamiento del mundo otro. La disociación es una manera de desconocernos y de no conocer la realidad. Lo que duele o no nos gusta no forma parte de nuestro campo "visual “psicológico e intelectual.
Nuestra comprensión de lo que es desde el otro hasta la realidad se estrecha. La disociación es un rasgo que puede ser nuestra sombra obnubilando el conocimiento de nuestra realidad. 

No reconocemos una parte de la vida. La escisión y la negación nos persiguen y así nos transformamos en "enanos" en el conocimiento de la realidad. En la vida y en las sociedades a veces funcionamos disociadamente. Vemos una parte de la realidad y no vemos otras. Miopías en la cultura y en la vida cotidiana. La marihuana es un triunfo por su consumo masivo del marketing político unido a una red de comercialización enorme negando evidencias científicas. 

Me voy a referir a tres temas:

A) la población que consume marihuana tiene más posibilidades de consumir otras drogas; en este caso Uruguay es un experimento social interesante ya que no sólo aumentó el consumo de marihuana sino el consumo de cocaína. El cerebro no puede resistir pruebas tóxicas y hay una neuro-adaptación al uso de drogas facilitado por el consumo de marihuana. Es un "abre puertas" en los receptores cerebrales a todo tipo de sustancias por la manipulación de la dopamina que es el efecto del consumo de THC (tetrahidrocannabinol).

B) Olvidamos que no sólo es tóxica y modifica alucinatoriamente el espacio perceptivo, sino que es adictiva y máxime, hoy, con los índices genéticamente manejados de mayores dosis de alucinógenos en las plantas. Los que están en mayor riesgo son los que tienen un historial familiar de enfermedad mental y los que han sufrido abuso físico o sexual. Algunos legisladores olvidan que el 9% de los consumidores va a desarrollar una adicción (informe del NIDA-Instituto de drogas de USA). Además, este organismo señero en el tema de drogas nos enseña que el riesgo sube al 17% (uno de cada 6 personas) entre aquellos que comenzaron a consumir marihuana en la adolescencia y la pubertad como hoy claramente sucede en nuestro país y aumenta del 25 al 50% en los que la consumen a diario.

C) Los varones adolescentes que utilizan regularmente marihuana tienen un mayor riesgo de experimentar síntomas psicóticos subclínicos, persistentes, en particular paranoia y alucinaciones, incluso después de dejar de usar la droga, sugiere un estudio reciente.

D) Hay una reducción del volumen hipocampal y menor densidad de la materia gris hipocampal en los consumidores de marihuana.

El consumo de marihuana no solo tiene implicancias en el área del hipocampo, estudios de neuroimagen funcional, sugirieron que los consumidores adultos de marihuana han disminuido la actividad neuronal en la corteza cingulada anterior y la corteza prefrontal derecha. 

Además, la marihuana afecta gravemente una variedad de funciones neuropsicológicas de una manera dependiente de la dosis, especialmente la atención, la concentración, la memoria episódica y el aprendizaje asociativo.

Fuente: Nader DA, Sánchez ZM. Effects of regular cannabis use on neurocognition, brain structure, and function: a systematic review of findings in adults. Am J Drug Alcohol Abuse. 2018;44(1).

Progresivamente vamos “quemando” nuestro sistema nervioso ya que el cerebro se altera en forma circunstancial y luego permanente por la invasión de tóxicos. La "sociedad sin sujetos" nos puede devorar bajo la tentación del espectáculo y el vértigo. Nos transformamos en una sociedad de "jóvenes viejos" y envejecidos cerebralmente en forma precoz y m´s manipulable.

El autor es Director General Gradiva - Rehabilitación en Adicciones

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