Sistema burbuja y nuevos dilemas frente al protocolo

GENERAL 14/03/2021 Josefina Echezárraga Josefina Echezárraga
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Un año pasó desde que los estudiantes pisaron por última vez un salón de clases. Un año sin contacto con sus pares y muchos, un año en donde el aprendizaje lúdico, sobre todo para los más chicos, estuvo a raya. Hace dos semanas con fuerte protocolo, las escuelas volvieron a recibir a docentes y alumnos que poco a poco se adaptan a una nueva realidad educativa que presenta nuevos desafíos. Quintaesencia entrevistó a docentes correntinos de distintos niveles para conocer cuál es su percepción hoy al pararse frente a un aula. 

Cristina es profesora de Geografía en dos instituciones educativas de Corrientes capital, lo que le permite observar distintas realidades y tomar contacto con estudiantes de maneras diferentes, ya que mientras algunos continúan de manera virtual, otros ya han regresado a la presencialidad en las denominadas "burbujas". 

“Trabajo en el Instituto de Música y en la escuela Piragine Niveyro del barrio 17 de Agosto. Sin dudas es un año completamente raro, tenemos nuevos desafíos que presenta estar frente a un aula, pero que entendemos es muy necesario para que los estudiantes puedan avanzar en su educación y sobre todo evitando la deserción escolar, algo que se dio el año pasado por la falta de tecnología”, comienza explicando. 

La metodología burbuja indica que las aulas son divididas en grupos de unos 13 alumnos aproximadamente que concurren 15 días de manera presencial y luego 15 días virtual para que haga lo propio el segundo grupo. Si bien, cada escuela aplica los protocolos según su realidad, el objetivo central es evitar que las aulas estén llenas y mantener así la distancia social. Pero, es justamente la distancia lo que por naturaleza buscamos minimizar y son los más jóvenes, quienes la tienen a flor de piel. 

“Estamos en transición, estar frente a las aulas no es fácil, porque además del contenido curricular hay que estar muy atentos a que los alumnos integren nuevos hábitos, como por ejemplo no compartir materiales, no sacarse el barbijo, mantener la distancia y usar alcohol, ellos igual nos están demostrando que quieren la presencialidad porque cumplen y respetan, lo que más les cuesta es evitar el contacto físico con sus pares, porque son adolescentes y muchos de ellos son amigos desde hace varios años”, resume la profesora consultada por Quintaesencia

María José es docente de nivel inicial y su mirada sobre el nuevo comienzo refleja una realidad que abre incógnitas respecto al protocolo y las necesidades afectivas y de desarrollo de los niños. “Somos la puerta de ingreso al sistema educativo, aquí los niños tienen su primer contacto y sobre todo aprenden a desenvolverse en grupo por medio del juego, eso hoy ha cambiado”, dice; agregando que “la esencia de un niño es aprender mediante el juego, ahora las actividades deben ser individuales y sobre todo quienes trabajamos en zonas más vulnerables notamos que el niño quiere expresarse mediante la cercanía, el abrazo, el contacto físico, lo que hoy no se puede y realmente es algo que pienso se debería rever”. Ella es docente está al frente de una sala desde hace varios años e insiste en que este será un tiempo de adaptación pero, sobre todo, de mucho aprendizaje. 

Emocionales y expresivos los más pequeños deben también permanecer largas horas con el barbijo, lo que les quita la posibilidad de observar el rostro de sus pares y del docente, restándoles así la posibilidad de percibir con todos sus sentidos. 

La vuelta a clases, fue sin dudas uno de los temas de la agenda de todas las provincias y del mundo entero, que entienden la importancia de aprender mediante la relación con el otro. “Sabemos que los niños que el año pasado no pudieron hacer nivel inicial y que este año ingresan a la educación primaria, tendrán que dar un salto muy grande, hay un sinfín de realidades; desde pequeños que pudieron ser muy estimulados en sus hogares, hasta niños que serán jardineritos con guardapolvo, desprovistos en muchos casos de herramientas, por eso es que  algunas aulas de primer grado tendrán el acompañamiento de pasantes de nivel inicial que en lugar de realizar sus trabajos en jardines serán apoyo para las maestras de primer grado”, explicaron las fuentes consultadas. 

Llenos de sonrisas, ganas de jugar, de encontrarse, de abrazarse, de recomponer vínculos sociales, y hasta de recuperar el tiempo perdido, los estudiantes de todos los niveles vuelven a la escuela este año y tal como coinciden las docentes consultadas por este semanario, no se trata de un comienzo más, sino de un comienzo que es muy valorado, esperado y sentido por los niños y adolescentes. “El año pasado fue muy duro, muy complejo, pero cuando miramos atrás se nos pone la piel de gallina y los ojos se nos llenan de lágrimas porque como docentes hicimos todo para adaptarnos para brindar contenido y contención, este año sabemos que será duro, que habrán contratiempos que irán surgiendo, pero ahora valoramos de verdad la presencialidad”, resume Cristina, quien destaca que la falta de acceso a la tecnología fue -sin dudas- el mayor problema del 2020. 

“Mi sensación de los primeros días de clases es que todo fue más frío, no hubieron abrazos y las fotos fueron muy pocas, hay miedo mucho miedo, pero acá estamos listas para poder brindar de manera ingeniosa todo el contenido y hacer que los niños puedan adaptarse pero sin perder su esencia”, resume María José. 

El año lectivo está en marcha, los desafío son innumerables y mientras todas las miradas están puestas en los estrictos protocolos, hay quienes ya los comienzan a observar que algunos puntos deberán ser revisados. 

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