Pandemia y resiliencia: ponerle voz al sentir para crear otro relato  

Noelia Soledad Fernández es una joven periodista y docente de filosofía correntina que promedia la tercera década de vida. Desde hace un par de años, los caminos del corazón la llevaron a vivir en la provincia de Santa Fe. Allí, logró insertarse laboralmente y hasta llegó a hacer un programa de radio durante un tiempo. Todo transcurría con cierta armonía y equilibrio en su vida hasta hace un año, cuando el mundo debió frenar su cotidianeidad a raíz de la pandemia del Coronavirus. Por supuesto ella, como el resto de la humanidad, debió parar y dar de nuevo en menos de lo que canta un gallo. 

Y como tantos, en forma paulatina Noe fue reacomodando sus tiempos y reorganizando su vida. Hasta que un día, se sintió sumida en un pozo depresivo y fue presa de un estrés que la obligó a estar internada por un par de días a fin de hacerle frente a esa “procesión” que iba por dentro pero que, hasta ese momento, no se había hecho evidente. 

Quintaesencia la entrevistó, vía whatsapp, a fin de conocer cómo fue para ella atravesar esa noche oscura lejos de su familia de sangre y su Corrientes porá. Durante el ida y vuelta, la joven relató que la angustia por estar encerrada y la sensación que le generaban, por momentos fueron muy difíciles de manejar. “Tanto que tuve que recurrir a la internación y al acompañamiento de psiquiatras y psicólogos. Me sentía hundida en un pozo muy oscuro”, dijo a fin de graficar los sentires que la atravesaban. 

En forma paulatina, fue dejando atrás ese estrés grave pero aún continúa con tratamientos, además de hacer un ejercicio constante de estar atenta a las emociones que la embargan día a día. “Y cuando me sentí un poco más fortalecida, empecé a darme cuenta de que había algunas situaciones que me hacían daño pero no las veía así. Una de ellas, tenía que ver con el nivel de autoexigencia al que me venía sometiendo desde hacía tiempo”, rememoró.

Noe contó además que el haberle puesto el cuerpo y haber atravesado este proceso, le permitió dimensionar la importancia de pedir ayuda, como también de expresar los sentimientos. “Comencé a darle otra dimensión a la empatía y al acompañamiento de los demás. También, comprendí el valor que tienen las palabras y ser más cuidadosa con las cosas que digo y me digo. Además, aprendí a aceptarme vulnerable e imperfecta, pero no por eso, menos valiosa o importante”, reflexionó. 

En forma retrospectiva, cuenta que también comprendió cuán fundamental es darle lugar a las cosas importantes como la salud, los afectos, atender a las emociones, cuidar la salud mental, entre otras cosas.

“También entendí que la experiencia vivida, tal vez podría ayudar a otras personas. Entonces empecé a idear cómo podía transmitir un mensaje con el que alguien se sienta identificado y por qué no, hasta le permitiera encontrar una pista para seguir trabajando en la búsqueda de una salida”, dijo Noe.

El sentir que podía y hasta debía compartir este fragmento de su historia, la llevó a crear un podcast llamado Utopía, un ciclo en el que cuenta en primera persona esas vivencias que la marcaron, pero también, su saber en cuanto filosofía y su gusto por determinados intérpretes o estilos musicales. 

“Además retomé la escritura y comencé a escribir poemas, desde donde siento que puedo hurgar más en mi alma y sacar a la luz esos temas que me importan. Y de esta manera, recurriendo a estas herramientas, siento que me fui sanando porque me ayudaron a salir de esa zona oscura en la que me había sumido. Además de revalorizar los pensamientos positivos, porque creo que es desde ese lugar y con esa perspectiva, como podemos salir adelante”, reflexionó la joven. 

Y así, creando textos y poniéndole voz a esos sentires, ella no sólo quiere seguir curando sus heridas y conjurando sus fantasmas, también anhela constituirse en una pequeña llama que pueda llevar un poco de luz y esperanza a quienes necesiten, hacerles llegar el mensaje de que es posible hallar una salida aún del pozo más oscuro.