Huerta escolar, un espacio para aprender a cultivar la tierra y comercializar la producción

HISTORIAS QUE INSPIRAN 06/08/2023 María del Carmen Ruiz Díaz María del Carmen Ruiz Díaz
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Amplias sonrisas. La satisfacción de haber alcanzado el objetivo de comercializar la producción.

Estar en contacto con la tierra y cultivarla puede ser -para muchos-, muy terapéutico, cuanto más cuando también se puede producir alimentos y generar fuentes de ingresos para la economía doméstica. Con la finalidad de brindar el conocimiento técnico sobre el manejo correcto del suelo y cómo llevar adelante una huerta, el municipio de Corrientes capital creó el Programa Ñande Huerta, dependiente de la Secretaría de Desarrollo Económico. Y como parte de las actividades comunitarias que desarrollan, hace dos años comenzaron a trabajar con varios establecimientos escolares de la ciudad. 

Esa tarea ya dio sus primeros frutos y días atrás, alumnos de la escuela secundaria Federico Leloir, tuvieron la oportunidad de comercializar una primera remesa productiva. Para conocer los detalles de cómo se lleva a cabo el acompañamiento por parte de la comuna en este tipo de iniciativas, Quintaesencia entrevistó a Guillermo Grimaldi, responsable del programa.

-¿Cómo surgió la propuesta de trabajar con las escuelas?

 -Desde hace varios años, el municipio capitalino viene desarrollando el programa Ñande Huerta que, en un principio, tenía por objetivo capacitar a las familias de los distintos barrios en la producción de huertas. Estas actividades las desarrollábamos en las distintas delegaciones municipales, en una primera etapa contamos con la asistencia de numerosos vecinos, pero en forma paulatina, la afluencia comenzó a decaer.  

Cuando esto sucedió, decidimos generar otras propuestas y nos acercamos a algunas instituciones como, por ejemplo, las educativas. La primera con la que comenzamos a trabajar fue con la ubicada en el barrio Quintana, y comenzamos a brindar charlas para los docentes y con el tiempo, lo fuimos replicando en otras escuelas. En la actualidad, trabajamos con 18. 

-¿En qué consiste el trabajo que realizan en estos establecimientos?

-Los fundamentos principales de las capacitaciones son –entre otros-, el movimiento del suelo, cómo trabajarlo para no desperdiciar los nutrientes naturales que posee, además de cómo podemos enriquecerlo naturalmente. También hablamos mucho sobre la separación de residuos en origen, dando valor a los residuos orgánicos para la generación de un compostaje hogareño. En este punto hacemos hincapié en la importancia de la optimización de este recurso, máxime con el costo que posee si lo queremos comprar cuando, lo podemos producir en forma muy económica. 

En ese sentido, hacemos mención de que gran parte de estos residuos los podemos obtener de nuestras casas, por lo que son orgánicos y podemos generar nuestro compostaje para -en unos meses-, contar con abono de calidad para la huerta. En algunas ocasiones, también aportamos las lombrices californianas, en especial cuando el proceso de compostaje ya se encuentra bastante avanzado. 

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En esa línea, Grimaldi comentó que también se los asesora con respecto a los distintos tipos de semillas, momento adecuado de siembra, “como también cuáles son las recomendadas para nuestra zona por las temperaturas y el clima que poseemos”.

La ubicación y la disponibilidad del espacio destinado a la huerta también es un punto fundamental, “porque hay algunas escuelas que tienen mucho cemento, otras tienen mucho espacio, pero a veces no es el adecuado por las horas en que pueden recibir luz directa del sol o el acceso a una canilla, por ejemplo”, remarcó el funcionario municipal. 

“El año pasado, por ejemplo, docentes y alumnos de la escuela 275 pudo llevar adelante una huerta convencional, pero también hicieron la huerta vertical en una de las paredes como parte de un proyecto de ciencias. Por otro lado, en la escuela Quintana ahora tiene una capacidad productiva interesante, por lo que pudieron diseñar una propuesta comercial y nosotros apoyamos la idea porque nuestra intención es que los chicos adquieran los conocimientos y puedan llevarlo a la práctica”, agregó. 

-¿Cuáles son los pasos que se deben dar para hacer una intervención en las escuelas?

-Hay casos en el que un docente se contacta con nosotros y todo es mucho más sencillo. Por ejemplo, el primer contacto para trabajar con la escuela Leloir, lo dio la profesora Carolina Blanco, quien se acercó con una nota en la que solicitaba nuestra asistencia técnica. Después, nosotros nos contactamos con el Ministerio de Educación, porque se debe cumplimentar un protocolo para tomar contacto con los alumnos. En otro, por ejemplo, somos nosotros los que nos acercamos. Ese es el caso de la escuela 401, que está camino a Santa Ana, donde fuimos nosotros los que nos contactamos con la directora para acercarle un proyecto de trabajo.

-¿Cuál es el tipo de producción que promueven desde Ñande Huerta?

-Promovemos las producciones agroecológicas porque nos interesa que sean amigables con el ambiente. Por eso, cuando en determinado momento aparecen determinados bichitos, les mostramos distintos insecticidas caseros como el purín, les mostramos cómo pueden utilizarlo, qué otras técnicas pueden utilizar para evitar la aparición de insectos o de enfermedades.

Grimoldi además resaltó el trabajo interinstitucional que llevan adelante con, por ejemplo, la Facultad de Ciencias Exactas de la UNNE y el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, quienes proveen de capacitaciones para la elaboración de abono y semillas para la siembra. 

Producción y venta

La profesora Carolina Blanco del colegio Leloir comentó –por su parte-, que con la huerta escolar “comenzamos a trabajar con estudiantes de sexto año de la orientación en Ciencias Naturales, pero también integramos a alumnos de otros años”.

“Este año también sumamos la parte del compost y estamos incentivando a los alumnos y a las familias a que nos ayuden al reciclado, para obtener toda aquella materia orgánica que nos puede servir para un abono ideal para nuestras plantas”, detalló.

En cuanto a las producciones comercializadas, en esta oportunidad los alumnos ofrecieron especies de hoja verde, tales como lechuga, rúcula, acelga, entre otros, además de una variedad de plantines como albahaca y orégano. 

Sin dudas, es una oportunidad no sólo para estar en contacto con la tierra y producir alimentos, sino también tener experiencia con la economía social y comunitaria.


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