Silvia tiene 84 años y dedicó su vida a estudiar el fenómeno ovni

GENERAL 03/12/2022 Josefina Echezárraga Josefina Echezárraga
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Museo del Ovni en Victoria Entre Ríos.

Silvia Simondini tenía 26 años cuando en 1968, un evento cambió su vida: un objeto volador no identificado (OVNI) permaneció más de 30 minutos sobre su vivienda en Caleta Olivia. Este fenómeno la llevó a desandar la ciencia para dar respuestas y hablar de un tema que durante, fue un gran tabú. Esta semana en Quintaesencia charlamos con la mujer que eligió creer, buscar respuestas y crear el primer museo del OVNI de Argentina, el cual está ubicado en Victoria, provincia de Entre Ríos. Además, junto a su hija Andrea, es protagonista de un documental sobre sus investigaciones que ganó dos premios y será presentado en el Segundo Festival Internacional de Cine de Ufología y Fenómenos Paranormales, que tendrá lugar los días 9,10 y 11 de diciembre en Victoria. Pero además, ella nos cuenta algunos detalles de ciertas actividades OVNI en los Esteros del Iberá. 

Conocer a Silvia Simondini, escuchar sus relatos y la pasión con la que cuenta cada detalle de ese camino hasta hoy, nos permite ingresar al menos por un momento, a este misterioso mundo. “Lo que busqué en más de 31 años de investigación, es dar respuestas basadas en la ciencia, en lo comprobable, porque si hay algo que aprendí en todo este tiempo es que para poder hablar de este fenómeno, primero debemos tener forma de comprobarlo, de mostrarlo con pruebas científicas aquello que a la razón le cuesta comprender, ese fue mi camino”, aclara en el inicio de la charla. 

A los 26 años, mientras Silvia bañaba a su segundo hijo en su casa, escuchaba gritos de personas en la calle: “Era el 18 de agosto en Caleta, como te podrás imaginar que por esas fechas, el viento sopla con tanta fuerza que lastima y para que la gente esté en la calle, es porque algo está pasando. Si bien los gritos persistían, decidí no salir a ver hasta que entró mi esposo y me dijo salga. Cuando llego a la puerta de mi casa, casi todo Caleta estaba afuera, mirando hacia arriba, no entendía que pasaba, hasta que di el paso, salí de la galería y miré. En ese momento el alma se me fue al piso, es difícil explicar lo que sentí, sobre mi casa había una nave en forma de platillo, que según los informes oficiales tenía más de 50 metros de diámetro, pero para mí era más grande. Luego hubo un estruendo fortísimo y de esa nave, comenzaron a salir naves más pequeñas. El platillo principal se movió y todas las pequeñas se formaron por detrás en forma de V y luego de unos minutos desaparecieron, las perdimos de vista”, resume Silvia. 

Todo el pueblo había visto lo sucedido, no había dudas: “Desde ese día mi vida cambió, no me había interesado nunca por los ovnis, pero desde allí, cuando pasaba un librero, le pedía libros del fenómeno, quería saber todo, sin importar de que autor, solo leía días y noches”, destaca. 

Silvia buscó información y, poco a poco, se convirtió en una investigadora. “Hubo años muy duros, donde me llamaron la loca de los ovni, es que la gente le teme a lo que desconoce, pero yo decidí no detenerme. Hay muchas respuestas en lo personal que me dio la ciencia, pero también ese día se sembró algo dentro mío, que es difícil poner en palabras, con el tiempo comprendí eso que dicen que todos venimos con un contrato firmado y en mi derrotero de vida, tenía esto marcado, porque desde entonces ni un solo día mi vida estuvo lejos del fenómeno, pese a todo como te decía. Hoy todas son alegrías, porque la gente está más abierta, se habla del tema, hay documentos que se están desclasificando, tenemos acceso a la tecnología que nos permite mostrar las cosas con claridad científica, pero no siempre fue así”, explica la mujer quien desde su casa en Victoria, dialoga con Quintaesencia y remarca que el fenómeno ovni, es el misterio más grande la humanidad. 

Un museo que crece 

En 2005 la gran cantidad de bibliografía, investigaciones realizadas y testimonios, además de restos de objetos no identificados y otros elementos que fueron llegando a la casa de Silvia, la empujó a abrir en una habitación un espacio donde quienes querían hablar del tema o conocer más se podían acercar. 

“Abrí las puertas de mi casa, dispuse una mesa y dos algunas sillas, mi voluntad de estar a disposición, seguían siendo años difíciles para la temática, pero la gran cantidad de avistajes y testimonios en todo el país y en Victoria y toda la zona hacía que la gente se anime a hablar más y así, el museo creció a la par que crecían las investigaciones y la tecnología que nos permitía tener más información concreta”, reconoce Silvia. 

En 2013, Silvia que ya trabajaba junto a un equipo de personas entre quienes se había sumado su hija mayor Andrea Pérez Simondini, comprendió que ese espacio debía agrandarse: “Un día viene un periodista que al ver todo lo que había, dijo 'Pero si esto es un museo', y un poco así nació la idea de crear el primer Museo del OVNI, que fue creciendo tanto en cantidad de cosas que seguimos recibiendo a lo largo de los años, como ocupando parte de la casa y el patio de mi vivienda”, comenta. 

“Te puedo decir una cosa, hay varios con estas características en el mundo, pero el nuestro será humilde pero la cantidad de elementos que tenemos no hay en otro lado. Realmente hemos logrado recopilar fragmentos de naves que están siendo estudiados por científicos de todo el mundo, además de los testimonios más destacado de casos emblemáticos del país. Quienes llegan se sorprenden porque aquí no quedan dudas del fenómeno, aquí todo se vuelve tangible, al alcance de la mano. Necesitamos que la gente entienda que esto no es ciencia ficción, es realidad”, insiste. 

Segundo festival internacional de cine de ufología

Silvia nos cuenta parte de su vida: “Este derrotero que fui transitando y que tantas alegrías me dio”, especifica. Su camino la reunió con amantes del fenómeno, muchos siguieron su investigación durante años, observando como lograba reunir piezas de un rompecabezas a fuerza de estudio, búsqueda y sobre todo muchas noches en silencio mirando el cielo. 

Entre quienes siguieron las investigaciones se encontraba el director de cine Maximiliano Schonfeld, quien junto a Cecilia Jacob, Benigno Lell y Alejandro Albarenque, deciden avanzar con un documental sobre la vida de Silvia y Andrea como investigadoras del fenómeno ovni. El documental Luminum fue presentado este año y, demandó más de tres años de trabajo. 

“Nadie nos avisaba cuando iban a filmar. Es un documental muy real porque está hecho a base de diálogos en noches de observación y estudio, reales, no hay guión más que las conversaciones que teníamos con mi hija, conversaciones reales, no hay maquillaje, no hay escenografías montadas, más que los sitios de observación. Este documental será presentado en el festival y es algo que nos llena de orgullo, porque ya ha sido doblemente premiado”, resume Silvia al comentar lo que será el festival que se realizará el próximo 9, 10 y 11 de diciembre. 

“Será un evento muy importante para todo Victoria y, sobre todo, para quienes se dedican al cine ufológico. También para las personas que se interesan por la temática porque habrá muchas presentaciones muy importantes, además de actividades que van a acompañar este evento para poner en valor no solo el trabajo que venimos haciendo en Entre Ríos, sino también en todo el país y el mundo”, nos explica la referente del Museo del OVNI. 

En ese sentido, agrega a modo de cierre que en la actualidad las condiciones están dadas para que se hable, se mire y difunda información: “Estamos transitando un muy buen momento para la temática ovni y eso es resultado de muchos años de estudio serio, de dedicación, de muchas personas que entendieron que hay más de lo que podemos ver, hay mucho más este planeta, y solo hay que querer ver”. 

¿Ovnis en Corrientes? 

Antes de despedirnos de Silvia y al contarle que Quintaesencia tiene su base física en la provincia de Corrientes, la mujer sonríe y señala: “Corrientes es un territorio muy rico en avistajes, en especial en la zona de los Esteros del Iberá, en los campos el agua, se ha visto una gran cantidad de naves. Siempre digo, que quienes estén en un campo por la noche en medio de los Esteros, cuando vean luces en el cielo, pueden pensar que son aviones, antenas o lo que quiera, yo primero pensaría en objetos voladores no identificados, porque verlos es más común de lo que muchas pueden imaginar, solo hay que querer ver”. 

Las palabras de Silvia nos quedan resonando. Su experiencia nos brinda certeza sobre un tema del que, hace años se habla, pero pocos son los valientes que desandan el camino de buscar respuestas concretas. 

Si querés conocer más sobre el museo o el festival ingresa a instagram @museodelovni 


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