Zulema, la mujer que viste su vida con colores murga

HISTORIAS QUE INSPIRAN 07/05/2022 María del Carmen Ruiz Díaz María del Carmen Ruiz Díaz
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La Redoblona y Zulema Barrios, unidas por la pasión murguera.

Locuacidad y pasión por la murga, podrían ser algunas de las palabras que definen a Zulema Barrios, una mujer que nació y vivió parte de su vida en un pueblito de Uruguay y a mediados de la década del 70, decidió mudarse al barrio de Almagro, en Buenos Aires.

"Allí vivimos encerrados como en un ghetto durante 20 años, mirándonos el ombligo, pensando y diciendo que como Benedetti no escribía nadie, que como Zitarrosa no cantaba nadie. Hasta que un día, cuando nuestros hijos -que son argentinos- ya estaban grandes, empezamos a decir: 'Ché, y si nos empezamos a integrar al barrio porque ya está, ya nos vamos a quedar acá, así que empecemos a pensar que este barrio va a ser el nuestro'", contó a modo de contextualización a en el inicio de una charla con Quintaesencia.

Y como todo en la vida está concatenado, encadenado y una cosa lleva a la otra, un día fue a FM La Tribu, una radio que también está ubicado en ese mítico barrio porteño, y un joven que estaba allí la invitó a hacer una murga, "y en Uruguay, el que no canta bien no puede hacer una murga porque hay que cantar profesionalmente, pero él, me invitaba a hacer otra cosa, a hacer lo que él llamó 'La Opera del Pueblo', en la que cantan todos, los niños, los abuelos, la madre, el padre, todos. Y yo le decía, pero no, yo no puedo cantar ni en el baño y él me insistió y le dije que iba a ver. Vine a mi casa y le invité a mi hija, que estudiaba en la Facultad de Medicina y no tenía nada que ver con el arte ni nada y le dije de ir a cantar y me dijo que sí, 'si vos vas mamá, yo voy'".

El esposo de Zulema es baterista y el año anterior a esa invitación, había sido parte de la murga que se conformó en esa radio, por lo tanto, ya tenía un antecedente de cómo era la organización y demás, así que él, ella y su hija, decidieron ser parte de esa propuesta. "La murga era promovida por Daniel Álvarez y su pareja, quienes hacía un programa que se llamaba La Cuarta Pared y era sobre teatro. Al año siguiente, esa pareja se separa y nos dejan a cargo de la murga que, por supuesto, no teníamos mayores conocimientos. No obstante, asumimos el compromiso y le compromiso de nombre La Redoblona y decidimos empezar a hacer una mezcla más rioplatense, un poco inspirados por mi hijo adolescente que nos decía que él no iba a ser parte porque como era porteño, quería poder bailar como tal. A eso le sumamos cantar al estilo uruguayo con arreglos corales a tres voces y el baile porteño, e integrado por personas de todas las edades. Mi marido como parte de los músicos en la percusión, mi hija cantando y yo en la parte de vestuario. Todo esto comenzó en el año 97, por lo que este año cumplimos 25 años", rememora con entusiasmo Zule.

zule en tallerZulema Barrios en su espacio de creación.

Una de las particularidades de este espacio murguero es que nació en el seno de una radio comunitaria y por otro, que incorporó las artes del circo. "Entonces cuando hacemos la demostración de baile, también hacemos circo y baile, los mezclamos. Y esta murga rioplatense es parte esencial de nuestra vida. Tanto es así que nuestra familia y más habla de la murga que de las cuestiones familiares. Si vamos a ver algún espectáculo, siempre salimos hablando de cosas para la murga. A veces pienso que somos un poco monótonos", dijo a modo de reflexión.

Entre tantas particularidades que posee La Redoblona, también se encuentra el hecho de que el vestuario siempre está adaptado al tema que van a representar, es decir, son temáticos. "Por ejemplo, cuando hablamos sobre el tema género, el vestuario fue drag queen (artista o cantante que actúa vestido con atuendos de mujer y que exhibe maneras exageradamente femeninas), y esto tuvo un gran impacto tanto dentro de la murga como en el público. Sin ir más lejos, por ejemplo, uno de los integrantes cuando definimos ese tipo de vestuario, dijo que él no se iba a vestir de mujer y dejó la murga. Sin embargo, yo recuerdo que mi papá, hace 60 años, se vestía de mujer y era parte del carnaval, entendía que sólo era un disfraz. Pero lo que nos pasó con este señor, nos muestra que parece que el machirulaje les pesa más", contó la vestuarista.

"Cuando el tema fue género, nos vestimos de drag queen y un integrante dejó la murga porque él no se iba a vestir de mujer. Le pesó más el machirulaje".

Otra de las representaciones que para Zulema marcaron mucho a la murga como al barrio, fue cuando el tema era Juana Azurduy, "y las mujeres la representábamos y teníamos la balacera cruzada en el pecho y en lugar de balas, nosotras teníamos poesía porque decíamos que también esos textos eran armas poderosas. Pero todas estas particularidades son las que nos hacen diferente porque no es lo común en Buenos Aires, donde lo tradicional es llevar una levita y una galera, como antes los hacían los negros, pero como yo tenía el concepto de cómo se visten los murgueros, decidí aportarlo desde el vestuario".

Como parte de toda esta movida, ella junto a algunos integrantes de La Redoblona, tienen un programa de radio semanal que se emite por La Tribu desde hace 14 años, los lunes de 20 a 21, y se llama Carnaval de Radio. "Y allí hablamos de carnaval de todo el mundo, ya sea de Cádiz o alguna ciudad del Sur argentino, como fue una de las entrevistas que hicimos en el último programa, donde hablamos con integrantes de una murga que estaba ensayando en la calle con 3º porque para ellos eso no era frío", contó con una gran sonrisa.

Zule además reflexionó sobre la importancia del carnaval como expresión cultural, "imaginate que el 24 de marzo fue el golpe militar y el 16 de junio, prohibieron el carnaval. Eso deja en evidencia qué tan importante es para el pueblo".

Esta murga además promueve la organización de un corso que se realiza en la calle Lambaré, frente a la radio, "y lo llamamos el Tablado de la Quimera y allí, los vecinos usan van con sus sillas y no usamos vallas, lo cual permite el contacto entre el que está actuando y el público. Por ese lugar también pasan grupos y comparsas de candombe, entre otros, para que el público también tenga una variedad de sonidos y expresiones", contó.

redoUna murga con mensajes comprometidos al ritmo rioplatense.

La vestuarista y la modista

Ante la consulta sobre cuál es la diferencia entre una vestuarista y una modista, Zulema contó que la primera puede imaginar una prenda como parte de un todo y, a partir de allí, construirlas de acuerdo a los personajes que componen una obra, teniendo en cuenta de que el vestuario es una herramienta discursiva. En cambio, la modista lleva a cabo el pedido o la demanda puntual de una clienta.

"Esa diferencia la pude comprender con la murga porque antes de eso, yo me dedicaba a confeccionar uniformes para empresas de servicios de salud como clínicas y sanatorios, pero cuando empecé a dedicarme a este lado artístico, dejé todo porque no sólo confecciono los vestuarios para La Redoblona, también lo hago para grupos de candombe y para obras de teatro, películas y hasta para obras de títeres. La murga me permitió desarrollar mi costado creativo, tanto es así que, si un trabajo no me permite crear algo, simplemente me aburre", dijo Zule a modo de confesión.

Y como si quedaran dudas de que "cuando en la vida se hace lo que se disfruta, se vive más sano", contó además de que mientras transita su séptima década de vida, no consume ningún tipo de medicamento. "Y parece que es así y no se lo voy a discutir a los médicos", dijo con una gran sonrisa al tiempo que relató que hace un par de años atrás, desde el área de Comunicación del Hospital Italiano, cercano a su casa, filmaron su trabajo y una presentación de la murga como testimonio de que quien disfruta de su quehacer, vive de un modo mucho más saludable.

"Siento que cuando uno hace lo que quiere, vive como más llenito, no andás buscando con qué entretenerte. A mí por ejemplo me gusta buscar cosas bellas y creativas para ver porque siento que, de esa manera, exijo un poco más a mi cabeza", puntualizó.

"Mucha gente me dice que ya me tengo que jubilar, que ya tengo edad para eso, y sí es cierto pero no me imagino no haciendo esto que ni siquiera lo puedo considerar un trabajo, sino que es un gran disfrute. Además, la creación no se puede parar", contó.

"Siento que cuando uno hace lo que quiere, vive como llenito, no andás buscando con qué entretenerte".

 Entre hilos y telas

Zule comenzó en el mundo de la confección de prenda alrededor de los 9 años, cuando comenzó a confeccionar ropa para sus muñecas. "Mi mamá me tenía algún que otro conocimiento y me fue guiando, y yo les hacía de todo. Después, se me ocurrió hacer ropa un poco más grande para vendérselas a una amiga. Cuando crecí, fui a aprender con una señora, pero tenía una línea muy tradicional y como a mí me gustaba el rock and roll, quería hacer pantalones oxford y no los conseguía. Entonces me armé una moldería muy básica, los hacía y los vendía, era muy jovencita, estaba en el secundario", relató.

Cuando emigró a Buenos Aires, trabajó como muestrista en algunas casas de costura; además tomó cursos de alta costura y de vestuario teatral. En medio de todo ese aprendizaje, surgió la posibilidad de confeccionar uniformes para empresas, pero comprendió que tendría dificultades con las progresiones para el corte de las prendas y decidió estudiar para modelista industrial para confeccionar prendas estandarizadas y por cantidad. Después compró un taller para hacer ese trabajo, pero, el diseño y vestuario creativo, comenzó a tener cada vez más presencia en su vida y decidió dejar todo.

 zuleZule en la calle, en el barrio, con el barrio.

Reciclar

En medio de todo este recorrido, Zulema contó que toda experiencia y conocimiento también le permitió mirar las prendas desde otro lugar y le dio herramientas para reciclarlas. "A veces cuando en la murga no tenemos muchos fondos, yo les propongo abrir las valijas y comenzar a reciclar. Y cuando salimos reciclados, vos no te das cuenta de que esa tela ya fue utilizada en otro traje, está flamante con otra creación encima. Y poder reciclar me da muchísimo placer porque me permite volver a crear, además de cuidar el planeta porque toda esa tela es petróleo. Parte de la energía de la tierra fue utilizada para convertirla en tela y por eso, es necesario volver a utilizarla, reciclarla", dijo.

Otro de los anhelos que abriga Zulema en este tiempo, tiene que ver con la posibilidad de enseñar y transmitir sus conocimientos. "Algo de esto ya lo pude hacer y también me da mucha satisfacción porque la verdad, no quiero llevarme mi saber y mi experiencia sin compartirlo. Entonces, eso es algo que tengo ganas de poder seguir haciéndolo", reflexionó.

"Parte de la energía de la tierra fue utilizada para convertirla en tela y por eso, es necesario volver a utilizarla, reciclarla".

La confección de la vida con murga

Desde hace un par de semanas, los casi 50 integrantes de la murga se juntan a jugar, a moverse y disfrutar "para ir aflojando el cuerpo". En tanto que quienes forman parte de la percusión, se juntan a ensayar los sábados. El objetivo es llegar más o menos preparados para cuando en el mes de noviembre se defina el tema a representar junto con el vestuario.   

Después, todos comienzan a trabajar para aportar en la confección de la prenda, ya sea desde hacer los zapatos hasta armar botones o algún que otro detalle del vestuario. "Buscamos que cada uno contribuya porque creemos que así todos nos sentimos parte de la murga, sentimos que pertenecemos al grupo", dijo.

Toda esa labor también se vio reforzada este año 2022, cuando La Redoblona volvió a la calle. "En una asamblea familiar nos pusimos a pensar y dijimos: 'Bueno, si es mucho riesgo o inconveniente salir este año, no lo hacemos y ya está', pero cuando lo empezamos a hablar con todos, nos dijeron que no, que debíamos salir para regalar un poco de alegría después de tanto pesar por el aislamiento y la pandemia. Y así lo hicimos. Creo que fue una maravillosa decisión porque de verdad, volvimos a tomar la calle desde el disfrute y desde la vida, celebrando que seguimos vivos", concluyó Zulema.

la-redoblona-2018La Redoblona, una murga con espíritu rioplatense.


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