Capioví, el pueblo que se viste de Navidad con miles de botellas plásticas

HISTORIAS QUE INSPIRAN 11/12/2021 Josefina Echezárraga Josefina Echezárraga
capioví
El pueblo de la navidad, que reutiliza plásticos y los convierte en hermosos adornos.

En 12 años de trabajo, la ciudad misionera conocida como el Pueblo de la Navidad, logró imprimir el espíritu navideño en cada rincón, convirtiéndose en un ícono a nivel nacional por lograr trasformar botellas plásticas en impresionantes adornos. En Quintaesencia, te contamos el camino que realizaron un grupo de vecinos que, decidió cambiar el rumbo del lugar en el que viven. 

Capioví se encuentra ubicado en el corazón de la provincia de Misiones, sobre ruta Nacional 12, a 429 kilómetros de Corrientes Capital y a 1097 de Buenos Aires. Según el último censo, la población es de 6097 habitantes, muchos de los cuales fueron artífices de lo que hoy se conoce como “Navidad en Capioví”, una iniciativa que nació en el 2009 para realizar decoraciones como proyecto para la catequesis familiar, pero -gracias al trabajo de todos los vecinos-, se convirtió en un proyecto común, que año a año logra atraer a más de 50 mil visitantes que se asombran al recorrer el centro del pueblo completamente ornamentado con decoraciones realizadas con botellas plásticas, moldeadas a mano. 

Para conocer a fondo la historia de la navidad reciclada, entrevistamos a Néstor Ledesma, coordinador de Capioví es Navidad. Un trabajo que durante todo el año no descansa, para aumentar, mejorar y sorprender cada noviembre cuando el árbol de navidad de 14 metros de altura es encendido para dar comienzo al tiempo de adviento. 

Néstor primero agradece la llamada, destaca que poder hablar de lo que hacen en Capioví siempre es una alegría. “Nos gusta mucho contarle a la gente como comenzó esta tradición de la que, de una u otra manera, todo el pueblo es parte, es algo que sin querer todos logramos hacerlo nuestro y que nos une en un sentir común que es la esperanza de vivir en un mundo mejor, ese es el mensaje que desde este pueblo de la provincia de misiones le queremos dar a todos los argentinos”, resume Néstor. 

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Para quienes no lo conozcan y no hayan odio hablar jamás de este lugar lleno de magia, es importante destacar antes de comenzar datos que nos dejan boquiabierto. Desde el 2009 a esta parte, más de 400 mil botellas plásticas de todos los tamaños ingresaron al taller para salir convertidas en adornos como flores, hojas, regalos, y diferentes partes de estructuras que componen las diversas imágenes. Se destacan por ejemplo, el árbol de navidad de 14 metros de altura donde se reutilizaron 10 mil botellas, los más de 24 árboles que son ubicados a lo largo de la avenida San Luis Gonzaga, el trineo con renos tamaño real, un pesebre enorme y tantas otras decoraciones que se ubican tanto en la zona de la parroquia como en calles y avenidas. Es que, en el Pueblo de la Navidad por donde se mire, se puede ver una decoración alusiva. 

Para dar contexto, el coordinador remarca que todo comenzó en el 2009, con un proyecto de la catequesis familiar para realizar adornos. “La idea fue reutilizar el plástico y unir a la familias, al principio no se sabía mucho sobre la técnica pero la verdad es que se le puso muchas ganas, se hizo un pesebre de madera y así se arrancó con un árbol de navidad de 10 metros de altura”, explica Néstor, quien además agrega que desde el inicio la idea de usar las botellas fue algo que interesó a todos. 

“Luego se sumaron más vecinos, las diferentes instituciones y la municipalidad, todos querían colaborar, y se empezó a conformar el grupo de trabajo, entendimos que si trabajábamos juntos podíamos llegar lejos y así con esfuerzo, dedicación  y mucha imaginación. La cantidad de adornos fue creciendo, al igual que la planificación y todo lo que creció junto, porque Capioví entero desde el sector hotelero, turístico, gastronómico, se fueron sumando, al principio venían visitantes de las ciudades vecinas, pero luego empezamos a recibir más y más visitantes muchos turistas que iban rumbo a Puerto Iguazú, decidían parar acá hacer noche para conocer y así las fotos del pueblo fueron inundando poco a poco las redes sociales hasta que los medios de Buenos Aires también se hicieron eco”, resalta. 

¿Cómo fue ese proceso de adaptarse a recibir visitantes? 

Los capiovisences se fueron adaptando. El cambio implica dar lugar para que algo nuevo ocurra y eso fue pasando, teníamos algo para mostrar y cuando la gente del pueblo vio que venían los turistas y se asombraban por lo que veían y que al mismo tiempo se quedaban, daban una vuelta, compraban algún recuerdo y se quedaban a tomar unos mates en la plaza o a cenar en un local. Comenzaron a entender la importancia de ser buenos anfitriones y a sentirse orgullosos de lo que habíamos logrado entre todos, porque al fin de cuentas en Capioví, lo que siempre buscamos es dar un mensaje de unidad y de cuidado del medio ambiente, mostrar como algo que antes terminaba en la basura, en una cuneta o en el agua, podía convertirse en algo hermoso, durante el proceso fuimos creciendo como comunidad, todos aportando desde su lugar y siempre felices de poder mejorar. 

 Buscamos es dar un mensaje de unidad y de cuidado del medio ambiente, mostrar como algo que antes terminaba en la basura, en una cuneta o en el agua, podía convertirse en algo hermoso.

¿Cada año los adornos aumentan?

Sí, hay un equipo de 7 talleristas que trabajan todo el año, haciendo nuevos adornos, remodelando o arreglando los que ya tenemos que siempre sufren algún daño, la idea es siempre superarnos porque tenemos visitantes que vienen todos los años y para nosotros es importante mostrarles algo nuevo, sorprenderlos con algo, tenemos muchas estructuras y un sinfín de adornos que se colocan en el patio de la parroquia, en la plaza y en las avenidas, también sumamos adornos sobre la ruta nacional 12 y en  el ingreso al salto Capioví, también en las instituciones y varios son los comercios que nos apoyan, por eso buscamos de aumentar los adornos para poder abarcar más sitios del pueblo.

¿Saben cuántos adornos tienen en total? 

Sinceramente no lo sabemos, porque el número es enorme, si sabemos que llevamos reutilizadas 400 mil botellas plásticas.

¿De dónde vienen las botellas? 

Principalmente las reunimos en contenedores que están en Capioví, aquí nadie tira las botellas al basurero domiciliario ni mucho menos a la calle, todas las botellas (o la grandísima mayoría) van a nuestros contenedores. Por la cantidad de años que llevamos trabajando, muchos vecinos ya las dejan en buen estado y limpias. Lo que nos ayuda mucho. Pero también a lo largo del tiempo y por la cantidad de personas que pasan cada año, se da mucho que nos llegan botellas en encomiendas de distintas partes de la provincia o gente de misiones que las junta y cuando pasa por Capioví nos las trae.

Creemos que hemos logrado cambiar, un poco la idea es mostrar que las botellas y los plásticos no son basura, acá son adornos navideños. 

Creemos que hemos logrado cambiar un poco la idea de que las botellas y los plásticos no son basura, acá son adornos navideños”

¿Cómo es el proceso para que una botella termine siendo adorno? 

Es largo, pero te lo voy a resumir. Tenemos un taller al que llamamos “el taller de la navidad”, que nos donó el instituto nuestra señora de la Misericordia, hasta allí llegan las botellas que primero son limpiadas con hidro, luego clasificadas, para después ser recortadas con tijeras, según el molde que se necesite y luego moldeadas a mano en anafes. Todo se hace con fuego, la técnica la fuimos mejorando a prueba y error y hoy se podría decir que tenemos un manual propio, pero la verdad es que empezamos sin nada y un poco con tutoriales de youtube y otro poco con capacitaciones fuimos generando un estilo.

Entonces, ¿cuántas personas son las encargadas de pensar y hacer todo lo que se ve? 

Durante todo el año trabajan siete personas en el taller y yo como coordinador, a principios de noviembre toda la maquinaria de Capioví es Navidad se pone en marcha porque se arman los equipos que se encargan de planificar todo, otro que se encarga de colocar y asegurar cada estructura, y otro que está encargado de las iluminación, hoy podemos decir que todo marcha muy bien, durante todo noviembre se trabaja sin descanso, porque hay que montar todo, ahí es cuando el pueblo de la navidad cobra vida y así queda hasta la primera semana de enero.

Si bien como decis es un trabajo de todos los vecinos, ¿si tuvieras que decir quiénes son el alma de esta tradición le podrías nombres?

Navidad en Capioví es algo que nos une, que nos atraviesa como pueblo como ciudad, pero son Úrsula y Marta, dos mujeres que hacen todo con mucho amor, pero también con dedicación esmero, ellas se dedican sin descanso a que cada cosa este en su lugar. Ellas le ponen el alma.

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¿Cómo pondrías en palabras la esencia de esta tradición? 

 Nuestro árbol de navidad este año está lleno de flores de magnolias, que representan la nobleza, la esperanza, el cuidado del medio ambiente, todo eso es lo que hacemos en Capioví con esta tradición y queremos compartir con todos, porque con estos adornos queremos recibir con los brazos abiertos a quienes nos visitan y darles esperanzas de que todo puede estar mejor, de que siempre podemos hacer algo para estar mejor, queremos decirles con este esfuerzo siempre se puede avanzar y que trabajando y estando unidos hay esperanzas.

Venimos de tiempos difíciles, pero acá jamás perdimos de vista que había que seguir mirando hacia adelante, el año pasado tuvimos la mitad de los visitantes, sabíamos que eso iba a pasar, pero igual decidimos doblar el esfuerzo, encender esas luces de esperanza.

Para nosotros es hermoso ver como las familias toman el recorrido como un paseo típico de cada navidad, aún más lindo es ver a los niños con sus ojitos brillantes mirando y queriendo tocar, la sorpresa siempre es de todos al ver como el plástico puede convertirse en cosas hermosas, creo que cuando como pueblo aprendimos a valorar eso fue cuando nos dimos cuenta del valor real de lo que estábamos haciendo, concientizando sobre la importancia de reciclar, pero a la vez generando un lugar de amor, de unión de buenos recuerdos y de risas. Cuando comenzamos, jamás imaginamos nada de esto, hoy lo vivimos y sobre todo lo disfrutamos, aunque andamos a las corridas, siempre hay un rato para pasear y decir una vez más lo hicimos juntos.

¿Qué más encuentran quienes vienen a Capioví? 

Como decía antes, todo el sector de artesanos, turismo y gastronomía creció mucho, con el objetivo de atender la demanda de quienes nos venían a ver, además en Capioví tenemos los saltos que son hermosos y aquí en la zona del centro el museo de la inmigración, que refleja quienes somos, que nos conecta con nuestras raíces. 

Además, los viernes y sábado, tenemos velada artísticas, que reúnen a muchas personas. 

Quienes quieran ver más pueden seguir la cuenta @navidadencapioviok

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