Una ley para saber con qué nos estamos alimentando

GENERAL 17/07/2021 María del Carmen Ruiz Díaz María del Carmen Ruiz Díaz
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La Cámara de Diputados de la Nación analiza por estos días el proyecto de Ley de Etiquetado Frontal en alimentos, mediante el cual se busca que los envases de los productos alimenticios incluyan etiquetas para advertir los excesos de azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías, además de promover la prevención de la malnutrición en la población y la reducción de enfermedades crónicas no transmisibles.

La iniciativa legislativa ya cuenta con media sanción de la Cámara de Senadores y se estima que, en poco tiempo más, se convertirá en ley. 

Hasta que esto suceda y la misma sea reglamentada, seguramente va a pasar cierto tiempo pero, mientras tanto, es mucho lo que se puede aportar sobre este tema para que cada vez más consumidores sepan de qué se trata. Por ello, Quintaesencia entrevistó a la nutricionista Jessica Kleisinger, a fin de conocer su postura sobre el particular, además arrojar luz sobre un tema que puede parecer complejo: saber a ciencia cierta de qué están hechos los productos que se adquieren en los comercios y son ingeridos por los argentinos. 

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Jessica Kleisinger.

"Con este proyecto -según entiendo-, además de informar sobre los componentes de los alimentos, se busca evitar publicidades engañosas para evitar que sean consumidos o pedidos para su consumo, por parte de los chicos. Sin ir más lejos, hace unos días vi un aviso de una salchichas que tenía en el paquete dibujos de zanahorias o acelgas, entonces quien adquiere ese producto puede pensar que también tiene esas verduras y leés los ingredientes, y por supuesto, no es así", dijo a modo de contexto la especialista en nutrición. 

Por otra parte, Jessica consideró como muy valioso que este tipo de información esté presente en los paquetes, en un lenguaje más sencillo y visible. "Esto permite a los consumidores, identificar el porcentaje de azúcares, sodio y demás que posee un determinado alimento", agregó.  

"Considero que esto también puede ayudar a prevenir la obesidad, en especial la infantil, porque si leés cuando vas a comprar un determinado producto, vas a saber si es o no nocivo para la salud", indicó.

Para tener en cuenta
En relación a qué mirar en los paquetes y envases de los alimentos, Jessica dijo que los ingredientes más dañinos son el azúcar y las grasas. "Por eso hay que leer las etiquetas y poder identificar cuáles son los productos. Tenemos que saber que el orden de importancia en la lista de ingredientes, es de mayor a menor cantidad. Por ejemplo, hay galletitas identificadas como integrales y leés sus componentes, ocupa el tercer o cuarto lugar -si es que está-, y primero está la harina de trigo 0000. Entonces, eso es una publicidad engañosa", remarcó. 

Ante este cuadro de situación, queda en evidencia que es fundamental promover la educación de la población para poder identificar aquellos que son nocivos. "Lo ideal sería que los chicos ya en la escuela aprendan a diferenciar los ingredientes que son dañinos para la salud, pero mientras tanto creo que contar con una ley que obligue a identificar si tienen mucho azúcar, sodio, grasas saturadas y demás, ya es un gran paso", aseveró la nutricionista.

En relación a cuáles son las características que posee un determinado alimento para ser considerado como ultraprocesado, Jessica indicó que tiene que tener: harina refinada, azúcar, sal, grasas y aditivos. "Y es por eso que es importante leer la lista de ingredientes de un producto, recordando que el primero de todos, es el que se encuentra en mayor porcentaje", agregó. 

Por otra parte, Jessica hizo hincapie en la importancia de que los padres se involucren a conciencia sobre los alimentos que ingieren los niños. "En especial, porque la otra gran pandemia que crece a pasos agigantados, es la obesidad infantil, junto con la diabetes infantil. Dos patologías que si bien pueden ser controladas, van a acompañar al niño por el resto de sus vidas. Y esa, es la responsabilidad de los mayores, que tiene la capacidad de discernir y tomar decisiones sobre qué consumen los chicos", concluyó.

Puntos importantes del proyecto

1) El proyecto persigue la obligatoriedad de rotular, de forma clara y explícita, los alimentos y bebidas para consumo humano informando acerca de nutrientes críticos y guiando al consumidor hacia opciones de compras más saludables.

2) El método propuesto es una etiqueta en forma de octágono negro, visible en el packaging del alimento o bebida a consumir, que informe sobre los excesos en grasas saturadas, grasas trans, azucares, que contiene.

3) Esa etiqueta deberá estar ubicada en el frente del alimento/bebida y su tamaño no puede ser menor al 5% del tamaño del envase.

4) La iniciativa busca contrarrestar el efecto positivo de ciertos mensajes de nutrición como, por ejemplo, el de “0 grasas trans” en la intención de compra a la vez que prohíbe el aval, a través del uso de figuras deportivas, asociaciones científicas o personajes infantiles, de productos que contengan algún sello de advertencia como en el caso de las bebidas alcohólicas.

5) En el caso de los productos con edulcorantes, el envase debe contener una leyenda que advierta visiblemente que contiene edulcorantes y no ES recomendable su consumo en niños/as.

6) El texto exceptúa de la colocación de la etiqueta al azúcar común, sal de mesa, aceites vegetales y frutos secos.

7) La iniciativa se propone prevenir el sobrepeso y la obesidad. Según la Organización Panamericana de la Salud, en la Argentina, los tres factores de riesgo más asociados a la mortalidad son la hipertensión, la hiperglucemia en ayunas elevada y la obesidad, que provocan unas 140.000 muertes al año. De acuerdo a una estadística de 2015, la Argentina está en tercer lugar entre los países de Latinoamérica con mayor cantidad de ventas de ultraprocesados per cápita anuales.

8) El proyecto exige, también, el cumplimiento de los valores máximos de azúcares, grasas saturadas, grasas totales y sodio establecidos según los límites del Perfil de Nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud.

9) El etiquetado actual no permite reconocer los productos que tienen exceso de azúcares, grasas y sodio, por lo que el proyecto, principalmente, se propone garantizar el derecho a la información para que el consumidor tenga más herramientas a la hora de elegir lo que consumirá y, por ende, a la salud, orientándolo hacia compras más saludables.

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